Capitulo XI: "Creepys Humanos"

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  En la mansión Creepy, Zalgo y los demás se encontraban tratando de pensar en cómo terminar con esta lucha cuando las puertas de la mansión creepy salieron volando, permitiéndole el ingreso a Circe y a Mr.Creepypasta, quien tenía en su poder a Dreiven, Garden, Zaid, Alida, Aria, Blade, Keir y Kerira convertidos en humanos.


—¡Dreiven! —chilló Zalgo.

—¡Garden! —exclamó Slender.


La familia Ender saco de inmediato sus tentáculos, sin embargo, una barrera impidió que atacaran, Zalgo estuvo a punto de romperla y atacar el mismo, más un grito de dolor de Dreiven lo obligo a detenerse.


—Es bueno volver a verte amigo... —sonrió Mr.Creepypasta —Debo admitir, tu hijo y sus amigos si que les causaron problemas a Circe así que, tal parece que no tuve más remedio que...ayudarla.

—¿Qué...les...hiciste? —Zalgo estaba más que furioso, toda la mansión temblaba pero sabía que no podía hacer nada ya que su hijo y los hijos de la familia Slender se encontraban convertidos en humanos, un movimiento en falso y fácilmente serian asesinados.

—Lo mismo que nos hiciste a mí y a mi hermana, Circe creo unos collares que sellan sus poderes creepys, solo que, con unos modificaciones, para que tu hijo no pueda quitárselo facilmente —contestó el cuñado del Rey de los Creepys.

—Jeje, los demás también, ellos están bien pero...están incapacitados temporalmente—rió Circe—Ahora mi amor, te preguntare lo mismo que te pregunte hace años...¿Vas a devolverle los poderes a mi hermano o tendré que matar a nuestro hijo?


Dreiven y los hijos intentaban por todos los medios liberarse del agarra de Mr.Creepypasta pero era inútil, con sus poderes sellados tenían la fuerza de un simple mortal, osea que, todo lo que intentaban hacer resultaba en vano. Fue entonces cuando en ese mismo momento recordó algo, algo por lo cual él y los demás hijos de los creepys pasaron en cuanto descubrieron sus orígenes y batallaron por primera vez contra los lacayos de Mr.Creepypasta.

Según lo que supo, su padre creo collares que fueron sellos para aquellos Creepys que poseían poderes, mientras que, para los que solo eran humanos semi inmortales, mantuvieran su cordura intacta y no se rompiera. Si los collares de Circe eran casi iguales a los collares de su padre, eso quería decir que, aquellos que eran humanos, podían luchar sin problema alguno.

Rápidamente pensó, había varios que eran humanos y otros que eran en parte humanos: Janneth the Killer, Ashna the Killer, Eyeless Nils the Killer (humano por parte de Nina), Homicidal Lei y Lidal, Brais Smile Jr., Danielle y Donnel (por parte de The Doll Maker), Tic-Tac Tammy, Horie, Kirby y ahora que lo recordaba, Marie también era humana al igual que Ava (humana por parte de Zero)


"No todo está perdido" pensó Dreiven.


Papa Grande poseía una magia "creada" por el ser humano, no era magia demoniaca como la mayoría de los creepys posee, por lo tanto, era probable que el sello del collar no hiciera efecto en Marie ya que lo que sabía de magia lo aprendió de su padre. Maldijo internamente, puesto que se había dado cuenta tarde y con sus poderes sellados no tenía forma de comunicarme mentalmente con Marie o el resto de los creepys humanos.

En la mansión de Dreiven, los demás hijos de los Creepys estaban amordazados y encerrados en una barrera que les impediría salir, siendo vigilados por los lacayos de Mr.Creepypasta y Circe, esperando la orden de asesinarlos. Abajo en el sótano, una joven maga despertaba luego de caer inconsciente debido al canto de cierto elenco de programa de televisión.


—¿Dónde estoy? —inquirió Marie confundida. No podía ver absolutamente nada, pero pudo determinar que se encontraba en una especie de caja o ataúd, así que sin demorar más comenzó a patearla con fuerza—¡Mierda!

—¿Marie? ¿Eres tú? —preguntó una voz femenina al lado suyo la cual Marie reconoció en seguida.

—¡Ava! ¡Qué bien que no soy la única! ¡Tenemos que salir de aquí! —exclamó Marie—Si tan solo pudiera usar mi magia...

—¿No puedes? ¿Lo has intentado? —volvió a preguntar Ava—Claro, tenemos estos collares que sellan nuestros poderes...

—Poderes...¡Eso es! ¡Ava! ¡Intenta salir! —gritó Marie, recibiendo por respuesta un gran "¿Qué?" dándole a entender que Ava estaba completamente confundida—Estos collares sellan poderes, pero tú no tienes ninguno, eres una humana, ve si puedes salir de lo que sea que estemos dentro, yo intentare lo mismo, ahora que me doy cuenta, mi magia no cuenta como "poderes"


Ava respondió un simple si y comenzó a patear con fuerza la tapa, Marie, mientras tanto, ponía a prueba los trucos de escapismo que su padre le había enseñado. En menos de diez minutos, ambas estaban libres, la cosa era ahora, liberar al resto.

Con sigilo ambas subieron las escaleras y se asomaron por la puerta, el resto estaba en determinados rincones de la casa encerrados en barreras y siendo vigilados por los sirvientes de Circe y Mr.Creepypasta, necesitaban idear un plan de inmediato si querían salvar a Dreiven y a los hijos de la familia Ender. No sabían si el poder del canto les serviría, pues ese si era un poder que los collares podrían ser capaces de sellar.


—Ava, intenta cantar tú, hay más probabilidades de que funcione el poder del canto contigo ya que eres una humana semi inmortal—susurró la hija de Mr.Creepypasta—Escasas son pero aun las hay.

—No estoy segura...pero lo intentare...—susurró igual mientras tragaba con nerviosismo la hija de The Puppeteer y Zero.


Marie regreso abajo junto con Ava, busco hasta encontrar una tela y con ella cubrió al resto de los ataúdes donde se encontraban Carnival y sus demás compañeros, chasqueó los dedos y en seguida se escuchó un escándalo proveniente del piso de arriba. Rápidamente las dos volvieron a subir las escaleras, salieron por la puerta y Marie, con un simple chasquido de dedos, hizo aparecer sogas amarrando a los enemigos.


—¡Chicos! ¡Aquellos que no son entes mágicos o seres demoníacos! ¡Los collares no funcionan! ¡Pueden liberarse! —exclamó Ava.

—¡Ya se estaban tardando! ¡Esperábamos con ansias una señal antes de cometer una estupidez! —exclamó Tammy liberándose al igual que todos los demás que eran humanos.

—¡Ava canta ya! —ordenó Marie.

—¡Sí! —dicho y hecho, Ava abrió la boca.

Creepypastas Descendants 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora