Nuestro avaricioso juez se encontraba durmiendo, estaba sintiendo agotado por lo que decidió tomar una siesta.
Mientras dormía, se le vino un sueño. . . O. . .
Sueño~•
Ellos estaban sentados en frente de una laguna, un pelimorado en una roca y un peliazul en el pasto.
-Oye, Gaku, ¿Te gusta alguien?- preguntó el peliazul.
-Sí- afirmó el pelimorado.
-¿Y quién es?- cuestionó.
-Kaito, si te lo digo no me creerías- dijo con cierto tono desanimado.
-Ay, Gakupo, eres mi amigo, obvio que no te voy a criticar- le respondió el peliazul.
-¿Puedes pararte, por favor?- le pidió Gakupo.
Kaito accedió y se paró.
-Si no me vas a criticar. . . No te molestaría esto- dijo para que de los hombros atrajera al peliazul a sus labios, terminando, obviamente, besándose.
A Gakupo también le gustaba Gumi, pero se sentía muy bien cuando estaba con Kaito.
Por el lado del futuro avaricioso juez, se encontraba hecho todo un tomate.
El momento menos deseado por los 2 llegó, el separarse de esa sensación muy linda.
-Ahora lo sabes- dijo el pelimorado para darle un último beso en los —riquisimos 7u7 ahre— labios de su amado e irse.
Kaito solo veía como su "amigo" se iba.
-¡Tú también me gustas!- gritó.
El futuro lujurioso duque sonrió.
Volteó para mandarle un beso volado y continuar su camino.
Para seguirle el juego, Kaito atrapó "el beso" y se lo llevó a sus labios.
El pequeño peliazul corrió un poco y gritó -¡¿Nos casaremos cuando seamos grandes?!-
-¡Claro que sí, es una promesa!- se oyó el grito del pelimorado. Kaito sonrió sonrojado.
Pero el egoísmo adulto hizo que se separan. . .
-¡Gaku!- gritaba llorando el pobre peliazul.
-¡Kaito!- hacía lo mismo el pelimorado al ver como su amado era llevado en un carruaje para ya no volver.
Gakupo corría detrás de el carruaje, pero no consiguió alcanzarlo.
-Kaito. . .- vió como el amor de su vida se iba, cayó de rodillas.
-Gaku. . .- el peliazul, por la pequeña ventana trasera del carruaje, veía como pelimorado había hecho su esfuerzo en vano.
Lágrimas brotaban en los ojos de ambos.
«Juro que te amaré por siempre, no romperé la promesa que hicimos»
Fin del sueño~•
El juez despertó, estaba agotado y con lágrimas en los ojos.
Definitivamente no era un sueño, sino un recuerdo, uno que al principio se pintó de rosa para luego convertirse en uno sin color.
Lo ignoró y se vistió.
Bajo las escaleras y encontró a su hija.
-¿Miku?- vió a su pequeña mirando hacia la ventana, pero se le notaba que había llorado -Hija mía, ¿Qué pasó?- preguntó preocupado para dirigirse a su hija.
-Nada padre, solo un recuerdo doloroso- respondió la peliaqua.
Y otro recuerdo se le vino a la mente del juez.
Cuando su pequeña jugaba con una joven de unos 13 años. Miku tenía 8 años en ese entonces. También recordó cuando la joven que era pelirosa se iba, tal vez para no regresar. . . Miku no paraba de llorar y decir que la extraña. Que esa promesa que hicieron no sucedería.
-Papá. . . ¿A ti te pasó algo parecido, no?- Kaito quedó sorprendido.
-Eh. . . Sí. . .- respondió con tristeza, no me podía mentir a su hija, pero el recordar todo eso se sentía mal.
-¿Abrazo de padre a hija?- le preguntó.
-Abrazo de padre a hija- dijo el juez para agacharse y abrazar a su hija.
Los 2 tenían algo en común a parte de los genes.
Tuvieron un amor en el pasado, pero que por el egoísmo, se tuvo que romper.
Lo que no sabían es que . . .
El duque pelimorado y su amiga pelirosa que vivían con él en el castillo, visitaran la ciudad. Y pasarán por donde el juez y su hija viven.
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Lujuria y Avaricia
RandomPor saciar sus deseos lujuriosos, se acostó con él. Por su gran avaricia, tuvo que ofrecer su cuerpo. ¿Habrá amor entre ellos? O sólo será. . . ~•Lujuria y Avaricia•~ ...