My Sweet Sinner. ||Yoonkook||

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Al llegar a mi pequeña pero acogedora habitación, solo me senté en la orilla de mi cama. Aún era temprano por lo que para no aburrirme decidí leer -no, no me pondría a leer la biblia.- Extendí mi mano hacia la mesilla a un lado de mi cama, tomando un libro que había encontrado en las bancas minutos después de una misa, en sí no tenía nada llamativo. Pero por alguna razón en mi despertaba cierta curiosidad que hasta me daba algo de miedo.

- Espero valga la pena ver su contenido. - Sin darle más vueltas al asunto, lo abrí, mis dedos rozaron la cubierta de color marrón encontrándome con una de las primeras páginas. Estaba escrita a mano y no es ningún tipo de diario personal, es más lo que contenía era una historia.

Guiado por mi curiosidad me mantuve leyendo, pasando las hojas con rapidez cada que terminaba, haciendo hundirme cada vez más en el punto de vista del protagonista. La historia era interesante, solo que tenía escenas muy subidas de tono y mi mente decidió jugarme en contra haciéndome imaginar que era yo junto con un pequeño azabache el que protagonizaba ese momento. Avergonzado cerré el libro, 'pero al apartarlo de mi vista pude notar a cierto demonio sentado frente a mi. Con su sonrisa, esa sonrisa que se burla de todo, en especial de mi.

- Vaya, Padre Min. Nunca espere verlo así tan pronto. - Yo solo alce una de mis cejas, mirándole con intriga, él bajo su mirada y le imite, notando que tenía una erección. Y ni hablar de la pequeña mano que se encontraba en este momento acariciando la zona de alrededor, obligándome a soltar un suspiro de pura satisfacción. - Padre, si usted me permite yo le quitare esta molestia que debe sentir a causa de esto.

¿Qué? No, de ninguna manera se te ocurra aceptar. Pero...¡Que no! Tan solo debo respirar hondo, esto ya pasara. No soy un adolescente urgido que necesita esto tanto como dormir. ¡Al diablo, lo haré de todas formas!

- Esta bien, hazlo bebé. - Murmure enredando mis dedos en su sedoso cabello, acercándolo lentamente a mi entre pierna. Mientra cerraba mis ojos, escuchando como desabrochaba mi pantalón y removía la ropa interior que traía puesta. Dios, creo que estoy a punto de visitar el paraíso.

Juro que esto será la única y última vez que suceda esto.

-_-_-_-_

Holaaa:v

Creo que quedó algo raro idk, solo espero que a alguien le haya gustado ;-;

Bueh...hasta la próxima :'v