17

406 48 37
                                    

Jhulian

Quizás yo no este hecho para los días tranquilos. O quizás soy muy bueno para los días malos y por eso mi vida se basa en ellos. Es decir, los tomo muy bien.

No, no es verdad. Odio, detesto cuando los días son más que malos. A quien se le ocurre correr y esconderse en una casa.

No hay muchos lugares, aunque se nos esté volviendo difícil encontrarlo. Admiro su capacidad para correr tan rápido, corrió como cuando mi madre vio aquella rata en nuestra antigua casa. Que tiempos.

Ahora lo estoy pasando tan mal como aquella vez, solo que yo no estoy buscando la rata. Estúpido Joaquin o Jhoshua o como putas se llame.

Quiero comer, dormir y quizás ver una película, pero esta situación de mierda no está dejando que pueda hacer nada de esto. Lo bueno es que me dejaron a cargo del perro y este está dormido muy cómodo en mis piernas.

No sé dónde está mi billetera para al menos poder pedir una pizza barata, y me seguiría quejando si no es porque estoy viendo a Jhoshua intentar cruzar la puerta sin ser visto. — Eh, pequeña mierda donde crees que vas. — A fin de cuentas, fue bueno quedarme cerca de la entrada.

—Hijo de... casi me das un susto de muerte. Caín necesita ponerte un cascabel — Grito mientras se sobresaltaba en su lugar volteando a mirarme enojado y yo le respondí— Ojalá hubiera funcionado, tu existencia está perjudicando demasiadas vidas.

—Solo cállate. — Deje al cachorro en el sofá mientras decía—Mira pedazo de basura, tus eres el que debe estar en silencio porque yo no soy el que intento escabullirme mientras nadie me ve.

—Madre mía, ¿Qué hice yo para conocerte? — Reí bajito y le respondí— Debiste hacer algo muy bueno, porque conocerme es lo más maravilloso que pudo sucederte. La verdad necesitas unos cuantos golpes de mi sarcasmo. También golpes de mis puños, pero eso podemos arreglarlo después.

— ¡Puta vida! ¡NO SABES NADA DE LO QUE ESTA PASANDO! ¡No sabes ni una mierda! Así que deja de meterte en mis asuntos. — Alcé las cejas cabreado— Eran tus asuntos hasta que decidiste aparecerte en la casa de mi novio.

Joshua estaba más que furioso y yo demasiado cansado, hambriento y con ganas de que se largue. Hable ante su silencio — Mira, tú y yo estamos dando más vueltas que una noria, así que te lo voy a vomitar sin rodeos.

— ¿Vomitar? ¿Qué? Hazlo en el baño. —Santo Dios dame paciencia o una pistola que me arreglaría las cosas más rápido. —Solamente te diré una verdad. Lo más estúpido que puedes hacer es alejarte de la persona en lugar de discutir las cosas y arreglarlas.

—No me estoy alejando, solo quiero pensar mejor las cosas, quiero hacer eso primero.

—Eso solo te vuelve en un cobarde, ¿Te lo explico con manzanas? — Me miro como si estuviera indignado y dijo entre dientes —No me estés tratando como idiota.

—No te estoy tratando como si fueras idiota, es que lo eres, y si quieres que yo cambie mi actitud, deja tú de ser un idiota. —suspire cansado y continúe—No me malinterpretes, estaría mejor si te fueras. Me gustan los paseos largos, especialmente si lo toman las personas que me joden la poca tolerancia que tengo.

Se deja caer en el piso para terminar sentado y hablarme desde ahí. —No sé si quieres ayudar o seguir echando mi autoestima por la borda.

—Yo solo quiero ayudar a Caín a deshacerse de ti.

—Para desacerté de mi entonces debes ayudarme... escuchándome—Ahora yo me senté presintiendo que esto sería largo. — ¿Es absolutamente necesario? No soy bueno para historias de vida. Lo más seguro es que a la mitad de la tuya diga "Sí, me encanta escuchar todo lo que me estás contando, por eso desde que has empezado he bostezado unas cincuenta veces..."

Sex llamada...¿Con el operador?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora