Agonía

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Vi a Hoseok desde que era un niño, lo vi crecer, lo vi madurar, lo vi convertirse en una adulto, lo vi cada segundo de su vida. Estuvo conmigo en mis peores y mejores momentos y yo sólo estuve con él en sus mejores momentos... porque él nunca tuvo malos ratos, sólo buenas cosas le sucedían, pero hoy... lo he visto en el peor momento de su vida. Su muerte.

Lo he visto morir frente a mi y por mi causa, soy un asesino ahora, ¿qué puedo hacer al respecto? Él mató mi vida psicológica.

Lo observé por un rato en el piso con espuma saliendo de su boca. Cuando salí de la academia pasé a una veterinaria para comprar veneno para animales, ¿y adivinen qué es lo que acaba de tomarse? Ese veneno lo metí en las cápsulas que toma cada noche y adiós Hoseok, esto sólo provoca burla hacia él, estás muerto, literalmente.

Después de un rato busqué mi teléfono y marqué el 119 una vez más, esta vez por una emergencia de verdad.

—Hola, habla con el 119, ¿Cuál sería su emergencia? —La voz de la misma chica se hizo presente en la línea.

—Quiero reportar un suicidio que ha ocurrido en mi casa, mi mejor amigo ha colapsado después de haberse tomado cápsulas con veneno de animales. —Trato de sonar un tanto dolido aunque en realidad no lo estaba en absoluto.

—¿Me podría decir su nombre? —La chica habla mientras yo observo el cuerpo en el piso del baño.

—Park Jimin —respondo serio.

—Muy bien, Park Jimin. Una ambulancia será enviada hasta su casa junto a la policía para comprobar el incidente, ¿puede darme la dirección exacta de su casa? 

Le respondo con la dirección del apartamento y al ella confirmarme la llegada, cuelgo y continúo mirando a Hoseok quien yacía en el frío piso.

Lamento que todo haya tenido que terminar así, pero me has llevado hasta este punto de sobre pasar los límites. Es una lastima, aún tenias mucho por vivir pero sé que todo lo que vivirías serían las desgracias mías, no quiero imaginarme cuantas cosas más me ibas a quitar.

Al cabo de unos quince minutos llegó la ambulancia, y rápidamente entraron a la casa, les dije donde se encontraba el cuerpo y corrieron hasta allí con una camilla plana. Empecé a llorar para que ellos estuvieran convencidos de que estaba dolido. Vi como lo subieron allí y entre tres de ellos lo llevaron hasta la ambulancia, uno de ellos se acercó a mi y me dijo que sería necesario que yo fuese con ellos aparte de que necesitaba testificar. Asentí y caminé detrás de ellos hasta montarme en la ambulancia con el cuerpo de Hoseok, sólo veía lo pálido que estaba y sus ojos cerrados. Nunca pensé que tendría que verlo así.

El viaje fue corto y en cuestión de minutos, ya nós encontrábamos en el hospital, bajaron a Hoseok y rápidamente lo llevaron adentro.

—Tú ven conmigo —me dijo uno de ellos. Me guío hasta adentro, un gran pasillo largo, hasta llegar a una oficina donde estaba un doctor esperando—. Él te hará algunas preguntas —me dice de nuevo y luego se va.

—Buenas noches, me han puesto a cargo del paciente que recién entró, también me han dicho que venías con él. Para tener control con la situación, necesito que me expliques con detalles que fue lo que sucedió —me dijo mientras miraba la pantalla de su ordenador.

—Bueno... yo estaba en la sala de estár de nuestra casa cuando él llegó, fue directamente a su cuarto sin decir ni una sola palabra, fui al baño porque tenía ganas y lo vi echando una sustancia rara en sus cápsulas, después de eso él empezó a colapsar y quedó tirado en el piso, entonces rápidamente llamé al 119 —mentí, como nunca antes lo había hecho, nunca antes había tenido la necesidad de mentir sobre la muerte de alguien. Pero siempre hay una primera vez para todo, incluso para la muerte misma.

LIE; p. jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora