Gracias Luke. [Pausada]

Capítulo dos.

Me desperté junto con todos mis sentidos el sábado por la tarde. Estos días he estado muy poco lúcida debido a los medicamentes y el supremo cansancio, pero por alguna extraña razón me sentía más viva de lo que me había sentido estas últimas semanas. Me encontraba raramente alegre.

- Emma, dios mío, te ves bien – dijo una de las enfermeras que se encargaba de cuidarme. La miré y estaba notablemente sorprendida por la noticia, pero de buena manera, como emocionada – Iré a llamar al Doctor Johnson.

Con la velocidad que había salido no alcancé a decirle nada. Bueno tampoco es que le diría algo muy importante.

De pronto llego a mi memoria un sueño que había tenido mientras me encontraba realmente en un mal estado. Sonará un poco estúpido pero soñé que Luke estaba aquí conmigo, lo soñé cantar "Invisible" y entre sueños le prometí que me recuperaría de toda esta mierda. Y aunque solo haya sido un sueño fue una promesa, así que trataría a toda costa de recuperarme. Si no me recuperaba de esto no tendría ninguna posibilidad de conocerlos jamás y eso sí que me lo lamentaría.

- Señorita Emma – el Doctor había entrado a la habitación y había llamado mi atención - ¿Cómo se siente? – preguntó.

- Yo... me siento bien Doctor – le respondí y formulé una pequeña sonrisa.

- Realmente me alegro por ello – dijo suspirando – Verá debo ponerla al tanto de su situación – dijo serio. Asentí para que continuase – Su salud sigue siendo delicada, pero por suerte su sistema está respondiendo bien a los tratamientos. Pero necesitamos que usted ponga de su parte, necesitamos que consuma los alimentos y la medicina que se les entregará.

- Lo haré Doctor – le respondí decidida.

- Si todo sale bien dentro de una semana se sentirá mejor. Pero la llevaremos a un centro de rehabilitación para personas con trastornos alimenticios – mencionó.

Suspiré y asentí, si quería recuperarme no tenía de otra que obedecer a estas personas.

- Señorita ¿Está usted al tanto de que sufre de anorexia? – preguntó.

- Tenía la sospecha – respondí. Sonreí triste, sabía que ese era mi problema, pero nunca quise aceptarlo.

- Bien, con esto se lo confirmo – dijo – Contactamos con su padre y lo pusimos al tanto de todo. Me pidió que le dijera que lamenta no poder estar aquí pero que no se preocupara por los gastos.

"Sí, claro, lo lamenta" pensé.

Asentí con la cabeza ante aquello. El Doctor se despidió de mí y luego salió de la habitación dejándome solo con la enfermera que me había visto despertar.

- Me presento, me llamo Sky – me dijo pasándome la mano y sonriendo.

- Hola Sky, mucho gusto. Y bueno tú ya me conoces jaja – mencioné. Me encontraba un poco débil pero respondí el saludo

- Pues sí – rió sentándose a mi lado.

- Y... ¿Desde hace cuánto trabajas aquí? – pregunte haciendo conversación.

- En realidad soy pasante – contestó sonriente – estoy estudiando enfermería en la universidad.

- Oh genial – dije, no era la chica más sociable del mundo, por lo que muchas veces no sabía que contestar o decir.

- Oye, creo que te alegrará escuchar esto – me dijo con una sonrisa pícara.

- ¿Qué cosa? – le pregunté confundida.

- Ayer vino a visitarte tu novio, se veía muy preocupado ¡E incluso lo vi soltar unas lágrimas! – dijo con cara de pena lo último.

¿Mi novio? Yo no tenía ningún novio, con suerte tenía algunos conocidos en el instituto. ¿De qué estaba hablando? Mi cara de confusión se hizo aún más notoria y solo me preguntaba si esto era algún tipo de broma.