Gracias Luke. [Pausada]

Capítulo siete.

Horrible.

Esa era la palabra con la que podía describir mi primera semana en este lugar. Los pacientes estaban mucho más enfermos de lo que yo consideraba estarlo, había de toda clase y con todo tipo de enfermedades, vigilada las veinticuatro horas del día, me sentía literalmente en el manicomio.

El primer día fue todo lo contrario a lo que siento ahora, me mostraron las instalaciones, las enfermeras eran realmente agradables conmigo, me daban tiempos a solas, fueron cuidadosas a la hora de ofrecerme comida. Sentí que por fin iba a mejorar. Pero el segundo día las cosas se voltearon de manera drástica, no todas las enfermeras eran carismáticas, muchas parecían estar totalmente cansadas de tener que lidiar con enfermos y si no es menos podía percibir leves maltratos, y eso no es todo; ese mismo día me sentaron en una silla de la que sería mi nueva habitación, que por cierto compartía con otras chicas, y me dijeron todas y cada una de las reglas del lugar.

Aquí tienen un sistema realmente práctico, si haces todo lo que te digan al pie de la letra serás gratamente recompensada, si no, tendrás "pequeños y leves castigos" puedo jurar que este mismo sistema es el que usan los entrenadores de animales de circo y no me da buen rollo.

El tercer día intimidada por las autoridades del lugar, seguí todas y cada una de las ordenes al pie de la letra. Tarde horas en comer todo lo que me ponían en el plato, pero lo hice. No dormí la siesta, por más cansada que me encontrara. Intenté interactuar con los demás pacientes, cosa que no salió del todo bien. Inclusive realicé algunas labores, como por ejemplo lavar los trastes.

Pero fue el cuarto día cuando todo empeoro, mi cuerpo había pasado demasiado tiempo aceptando las comidas que ingería sin rechistar y yo no estaba acostumbrada a eso, ya que en casa lo común era saltarme las comidas o a regurgitarlas si llegaba a consumirlas. Debido a esto a las tres de la tarde del miércoles sufrí una horrible recaída, vomite todo el contenido de mi estómago, absolutamente todo. Pase horas encerrada en el baño, sentada frente a la taza del inodoro, completamente débil y con una maldita enfermera gritándome tras la puerta. Fue horrible.

Y mi episodio del miércoles me costó el uso de mi celular para el día domingo, ese fue mi castigo. Si bien intente recomponerme luego y seguir una vez más todas las normas, el castigo ya estaba impuesto y no cambiarían de parecer. Hasta ese domingo a la tarde que con lágrimas en los ojos le rogué a una de las enfermeras que me dejara enviar un mensaje, solo un mensaje. Claramente le di pena y ella accedió.

Y ahora heme aquí, lunes de noche de la segunda semana, escuchando el llanto de alguna de mis compañeras, sin poder dormir. Fantástico.

Mis pensamientos divagaban en torno a muchos temas, pero todos ellos tenían un contenido en común, Luke Hemmings. En sus hermosos ojos color cielo, en esa cabellera rubia natural, en sus rosados labios y en sus definidas facciones ¿Cómo podía un ser humano ser tan perfecto? ¿Acaso eso es legal?

Suspiré.

Su voz, definitivamente su voz es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida, y escucharlo a él dirigiendo sus palabras hacía mí. Joder ¿Cómo es que no me encontraba a tres metros bajo tierra ya?

Sonreí, voltee y cerré los ojos. Deje a mi mente divagar un rato más hasta quedar completamente dormida.

...

Bien, me he esforzado toda la semana para este momento. Es domingo de nuevo y estamos a minutos de que nos entreguen nuestros celulares, mis nervios están a tope hoy.

- Emma, aquí tienes

La enfermera bondadosa única en su especie me alcanzó mi móvil y cuando lo sentí entre mis manos no pude hacer más que sonreír bobamente, podría llamarlo y hablar con él nuevamente, podría entrar a mis redes y saber que ha sido de ellos estas dos semanas, si están bien, si están mal, lo que sea. Pero primero me contactaría con Sky.