Capítulo 3 "Una Verdad Oculta".

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Varias semanas habían pasado desde aquel incidente, que por obvias razones había decidido ocultar a mi hermana; Omory aún me seguía de cerca, pero parecía que ahora trataba de evitar hacer contacto directo conmigo. En las clases ella simplemente se iba al otro lado del aula y se unía a otros alumnos quienes casi siempre la recibían encantados debido a su popularidad, que últimamente se había extendido como una plaga por la escuela. La tranquilidad ya no era muy natural, mi clase era confrontada por muchos alumnos de otras clases, curiosamente el motivo de casi todos ellos era Omory... Hace tres días, un par de chicos vinieron porque querían aprender magia divina; más tarde, uno llego buscando información acerca de los orígenes de Omory, con la excusa de escribir "La voz del Fénix" el periódico escolar más popular de la institución. La verdad tenía entendido que los periódicos solamente escribían acerca de temas culturales, sociales o académicos que fueran de interés o muy importantes; supongo que la llegada de un mago espiritual a la academia se consideró un importante tema académico y social, es molesto pero al menos gracias a esto muchas personas dejaron de criticarme debido a mis habilidades, ser el centro de atención por mi fama como el peor estudiante no es bonito. Mi tiempo libre aumento en gran medida, por ello decidí invertir mi tiempo para pensar en Omory; por varios días mi cabeza se hizo pedazos, no tenía suficientes datos para teorizar. Poco a poco me quedaba sin opciones, la única cosa que podría hacer es un acercamiento directo, una ¡estúpida! idea, ¡no quiero morir!, además no tengo ninguna garantía de sacarle la verdad. Ella siempre está ocupada rechazando a otras personas, ¿por qué iba a ser yo la única excepción hasta el momento? Todo este tiempo de reflexión no daba frutos, estuve a punto de darme por vencido, hasta que un día al salir de la clase de historia, descubrí que ni siquiera ella podía resistir el aburrimiento.

"A pesar de todo, ella también es humana". Pensé mientras esperaba que mis compañeros salieran del salón rumbo a la clase del tanque humano, a los pocos minutos el salón quedo vacío.

Finalmente mi espera había terminado, el profesor de historia mágica también había dejado el aula, probablemente porque iba por alguna merienda o quizás al baño. Aproveche el tiempo para armarme de valor y finalmente comencé a aproximarme lentamente hacia el pupitre de Omory. Finalmente estaba cara a cara frente a ella, observándola dormir, en verdad es una linda chica, parece totalmente normal y es sencillamente atractiva, ¿por qué alguien como ella tiene motivos para atacarme?, ¿porque alguien así sabe incluso que existo?, solo soy un estudiante poco destacado. Toque su hombro 3 veces guardando un poco mi distancia, a pesar de estar dormida dudo mucho que ella este indefensa, probablemente me golpee al despertar. Dejando de lado mis pensamientos, volví a tocar su hombro, es evidente que en ese momento logre perturbar su descanso, el silencio más absoluto se hizo presente y la tensión aumento cuando note que ella abría lentamente sus hermosos ojos esmeralda, inmediatamente después me di cuenta de que una vez más estaba tumbado en el piso, totalmente desarmado y con una espada apuntando hacia mi cuerpo; los finos y hermosos rasgos de la sonrisa de Omory volvieron a cambiar a la misma mirada fría que me lanzo en nuestra última confrontación, una vez más el miedo invadió mi cuerpo pero mi curiosidad era mucho más grande. Antes de que pudiera emitir palabra alguna, los labios de Omory se torcieron levemente y emitieron un dulce hilo de voz mezzosoprano; agradable en todos los sentidos, mis oídos disfrutaban el escucharla pero mi mente aun temía, aunque algo en su tono de voz me recordaba ligeramente a mi madre.

— ¿Qué es lo que quieres de mí? —.

Me preguntó mientras me observaba con desprecio. Me limite a guardar silencio durante unos segundos finalmente tome el valor necesario y respondí tratando de ocultar el miedo en mi voz.

— ¡Necesito respuestas!, no aceptare ninguna evasiva—.

Por un instante me examinó a detalle y finalmente negó con su cabeza, luego respondió apartando su espada.

Destino Carmesí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora