Capítulo 1

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  Harry Styles levantó la vista a tiempo para ver a Alston tirar una bola de papel a través de los escritorios donde su equipo de seis estaba sentado.

Louis Tomlinson levantó los brazos, indicando un touchdown cuando el papel se deslizó por el escritorio a su regazo.

—Styles, Tomlinson, a mi oficina –gritó McCoy desde la puerta.

Desapareció en el interior.

—¿Qué habéis hecho ahora, chicos? —Preguntó Alston.

Harry puso los ojos en blanco.

—Yo no he sido.

—Esta vez —intervino Clancy.

—Espero haber sido yo —dijo Louis con fruición. Se puso de pie y se abrochó el traje, dejando un formulario sobre armas a medio descargar en el ordenador.

—A veces me pregunto hasta dónde irías para librarte del papeleo —dijo Alston.

—Mira viejos episodios de Pinkie y Cerebro y podrías acercarte –murmuró Harry, provocando bufidos de risa de sus otros dos compañeros de equipo.

—Antes de que todo se volviera digital, había convencido a los médicos de la Agencia de que era alérgico a la pasta de papel —les dijo Louis, hablando muy en serio. Sus ojos color azul brillaban—. Fue precioso.

—Eres alérgico a todo lo demás —dijo Harry mientras se levantaba—. Vamos. Sabes lo que nos hizo la última vez que le hicimos esperar.

—Citas de salón de belleza —reflexionó Lassiter.

—Conferencias de relaciones públicas —dijo Alston.

—Vacaciones forzosas —Agregó Clancy.

—Cristo, no sé cuál de ellos es peor —dijo Harry.

Todo era parte integrante de ser compañero de Louis Tomlinson. Y, tenía que ser honesto, algunos eran por su propia culpa.

Louis señaló a cada uno de sus compañeros de equipo, amenazándolos en broma mientras iba detrás de Harry. Llamó a la jamba de la puerta, mirando hacia el Agente Especial al mando de la Oficina. McCoy levantó la vista de la pantalla del ordenador y sonrió. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Harry.

—Oh, diablos.

—¿Ahora qué? —Soltó Louis. Ambos sabían que la expresión de la cara de McCoy era un presagio de fatalidad.

McCoy sacudió la cabeza y les indicó que entraran y cerraran la puerta. Una vez que Louis la cerró, McCoy agitó dos hojas de papel hacia ellos.

—Hace varias semanas tuvimos una solicitud. Una poco habitual, pero es un paso razonable hacia mantener nuestras narices limpias en la prensa.

—¿Es esto más chorradas de relaciones públicas? —Preguntó Louis.

—No es una chorrada —McCoy tuvo las agallas de decirlo con una cara seria. Harry se sentó con un profundo suspiro.

—Todavía me haces dar una conferencia a la comunidad una vez al mes. ¿La última? El alcalde me preguntó si me gustaría hablar con la Cámara de Comercio. ¿Cómo se supone que voy a ser un investigador criminal discreto, encubierto, cuando todo el mundo sabe quién soy?

—Ese es un punto muy bueno —dijo Louis.

—Esa es una de las cosas de las que tengo que hablar con vosotros. Individualmente. Más tarde —añadió McCoy con el rostro más sombrío—. Pero por ahora nos ocuparemos de esta, muy razonable, petición.

T&G~ Adap. L7 LSWhere stories live. Discover now