Hacía demasiado calor y el aire estaba cargado en su suite, Harry despertó sintiéndose medio sofocado. Nueva Orleans a finales de abril era agradable después del frío de Baltimore, pero parecía que el aire acondicionado estaba teniendo problemas para mantener el ritmo. No ayudaba que estuviera medio encima de Louis mientras dormían.
Poco a poco se desprendió de los brazos de Louis y se incorporó, frotándose los ojos antes de mirar a su amante, que yacía junto a él. Las pesadas cortinas bloqueaban el sol de la mañana, y apenas podía ver a Louis mientras se revolvía.
Louis no era durmiente inquieto por lo general, un hecho sorprendente en comparación con sus horas de vigilia. Pero ahora parecía incómodo. Sacudía la cabeza y movía las piernas, un gemido suave salió de sus labios. Rodó de lado, los hombros comenzaron el lento balanceo rítmico que a menudo mantenía despierto a Harry. Le observó durante unos instantes, preguntándose si era un sueño lo que causaba la mueca en la cara de Louis. Se levantó para ir al baño, sólo para encontrar a Liam y Zayn enredados en el suelo a los pies de la cama. Sabía que no habían vuelto a su habitación la noche anterior, pero habían comenzado en el sofá-cama. Debía haber sido incómodo como el demonio para que se movieran al suelo.
Zayn estaba usando una almohada que Louis le había arrojado en medio de la noche, y Liam estaba usando el estómago de Zayn para descansar la cabeza mientras roncaba. Harry resopló.
Puso los ojos en blanco y pasó por encima de ellos para dirigirse hacia el baño, donde se tomó su tiempo, se cepilló los dientes, se afeitó y saboreó el silencio de la madrugada.
Tanteó en la oscuridad en el montón de ropa que había dejado la noche anterior y agarró los pantalones para coger sus cigarrillos, recordando demasiado tarde que su encendedor había desaparecido.
—Maldita sea.
Se sorprendió cuando sus dedos rozaron la punta del encendedor, metido en el bolsillo de los pantalones vaqueros. Lo sacó y un pedazo de papel envuelto apretadamente alrededor.
Harry frunció el ceño mientras lo desenrollaba y lo levantó hasta la rendija de luz débil que entraba por la cortina para leer las palabras garabateadas. Era un número de teléfono y el nombre de "Niall" en letras pequeñas y pulcras.
Harry resopló. Recordó la mano de Niall en su cadera. ¿El hombre le había robado sólo para causar impresión? Desde luego, había forzado una manera memorable de encender el cigarrillo. Le había robado el encendedor, luego se lo devolvió con el número enrollado. Impresionante. Y sólo un poco favorecedor. También espeluznante. Harry miró a Louis, sonriendo con cariño mientras pensaba en lo irritado que su amante se pondría si veía esa nota. Louis no consideraba los celos una parte de su espectro emocional, pero seguro que lo eran. Harry siempre se sentiría más halagado por eso que por el número de un extraño en su bolsillo. Hizo una bola y lo dejó caer con sus pantalones al suelo. Lo quemaría después.
Tuvo que abrirse camino a través de la maraña de extremidades Sidewinder en el suelo para volver a la cama. Era un poco molesto no poder saludar a Louis de la forma que quería, pero supuso que podía sacrificar una mañana de manosearle para que Louis tuviera algo de tiempo con sus amigos. Si es que alguna vez se despertaba.
Liam resopló en su sueño y trató de esconder la cara en el estómago de Zayn, haciendo gemir a este y que le empujara. Ninguno de los dos se despertó. Louis rodó hacia un lado, haciendo eco del gemido. Harry reconoció los signos de una pesadilla. A veces Louis despertaba desorientado y peligroso. Otras veces se despertaba sacudido y asustado. Y a veces soñaba con dolor.
Harry se tumbó a su lado y se deslizó cerca, esperando poder lograr que descansara un poco más, sin tener que despertarle de la pesadilla. Puso la mano en la espalda de Louis y frotó.