XIV

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Capítulo 14.


Me puse el pasamontañas y guarde mi manopla con navaja en un estuche personalizado para ello. Deje la AK47 en su lugar ya que no la utilizaría... Por ahora.

Megan comenzó a quejarse del mal olor de los pasamontañas, ya que llevan ya tiempo guardados ahí. Por otro parte, Jacob estaba guardando munición en caso de que se le acabasen, porque nadie sabe lo que suceda ahí fuera.

Muero por algo de comer en estos momentos —se quejó uno de los hombres de afuera.

Miré por el huequito de la estantería y comencé a contar cuantos hombres había ahí. Habían cinco a la vista, pero no sé si habrán en las habitaciones...

— Muevan las estanterías —ordene.

Me aleje para hacerle espacio a Megan y Jacob para que movieran la estantería, ya que ellos eran los primeros que tenían que salir.

Una vez abierta escuchamos como los de afuera comenzaron a quitarle el seguro a las pistolas, antes de que comenzarán a disparar, Jacob salió primero apuntando con la AK47 y detrás salió Megan.

— ¡Bajen las armas o disparo! —grito a todo pulmón Jacob.

Me asome y todos bajaron las armas. Solo habían diez hombres, creo que será mejor así. Me acomode mi pasamontañas y salí, todas las miradas se dirigieron hacia mi.

— ¿Y tú quién eres, preciosura? —me dijo uno de los hombres.

— Seré la que te parta los huevos si no te callas —dije en un tono serio que sorprendió a Megan.

Las risas no tardaron en hacerse notar y eso me enfureció. Me acerque al tipo que me había dicho "preciosura" anteriormente y quedé frente a él.

— ¿Que me harás?, ¿Golpearme? JA, vamos inténtalo, no me llegas ni cuello.

Oh no, con mi estatura no puto. Forme un puño con mi mano y lo golpeé justo en la entrepierna, hizo que se cayera y en ese preciso instante me acerque a él y me posicione detrás de él sacando la manopla con navaja de su lugar y la posicione en su cuello.

Las risas cesaron hasta quedar en completo silencio.

— ¿Ahora dejaran de decir estupideces? —todos asintieron— Te sacaré la navaja del cuello, si abres la boca y dices algo que a mí no me gusta, no lo pensaré dos veces y la misma navaja pasara por tu cuello, ¿Entendido?

— S-si...

Saque la navaja y la guarde en su sitio. Caminé hasta quedar al lado de Megan y quite mi pasamontañas. Jacob y Megan hicieron el mismo acto.

— ¿Para quien o quienes trabajan? —pregunte derrepente.

Tardaron un momento en responder. Un chico rubio de tes albina levantó su mano.

«Al fin alguien que respete» Pensé.

— No sabemos su nombre, solo lo conocemos por su apodo —trago grueso y prosiguió— Se hace llamar "El diablo".

— No conozco a nadie con ese nombre —susurre para Megan y Jacob— Pero de verdad, que patético.

Alguien más alzó la mano para poder hablar, esta vez se trataba de un moreno de ojos azulados.

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