Fall in love with me
Capítulo 1: Lo que soy.
<<Tres palabras, tres simples palabras, pueden cambiar tu vida por siempre, Enamórate de mí.>>
Esta es la historia de mi vida, de cómo llegue a ser lo que soy, todo tiene un inicio, así que hay que empezar por lo que tengo más a la mano. Lo que soy.
Mi nombre es Cara, solamente Cara por el momento, mi historia empieza al cumplir cuatro años, cuando mis padres murieron, ¿la razón? nadie la sabe, lo único que sé, es que desaparecieron de la faz de la Tierra y nunca volvieron.
Estuve viviendo por años en un orfanato de niñas, ahí aprendí en no confiar en nadie, yo valía por mi cuenta y no tenía ningún familiar o siquiera un amigo. Después de algún tiempo, una señora de nombre Michelle me adoptó, me dijo que era una vieja amiga de mi madre y que cuidaría de mí. Puedo decir que lo más cercano que he tenido a familia es ella, es a la única persona en la que por ahora puedo confiar.
Desde los trece años tuve una vida normal, como una adolescente normal, Michelle me dió todo, educación por primera parte. A los diecisiete años, sigo viviendo con ella, pero las cosas se han tornado más difíciles, Michelle está luchando contra el cáncer, y en poco tiempo la perderé.
Desde que me adoptó, soy todo lo que tiene, así que cuando se vaya, no tendré otro tutor y como en poco tiempo seré mayor de edad yo me quedaré con toda la herencia. El dinero no me importa, lo que realmente quiero es que Michelle no se vaya, es lo único que tengo y cuando se muera tendré que arreglármelas sola para seguir adelante.
Toda mi vida he estado en Bradford en Inglaterra, un lugar muy frío, Michelle y yo tenemos un pequeño departamento cerca del centro de la ciudad en un edificio muy grande. Michelle era abogada y tenía dinero, pero vivíamos ahí, porque ella estaba ahorrando para cuando yo fuera a la universidad, aunque más bien ahora que lo pienso, ahorró para mi herencia para cuando ella muriera.
Sabía muy bien que las cosas buenas no me pasan a mí, justo en el momento en cual había encontrado la felicidad, a mi único familiar le diagnostican cáncer.
Michelle está muy débil, aproximadamente le quedan algunas semanas de vida, ella no pudo con el cáncer y se lo diagnosticaron tarde, realmente tarde.
Ahora mismo estoy caminando por las calles de Bradford, me dirijo al único lugar en donde me siento cómoda además de mi pequeño departamento, Readers’ coffee shop, una pequeña cafetería-biblioteca donde conocí a mi mejor amigo Andrew sin mencionar que es el único. Suelo pasar las tardes más lluviosas en una esquina de la biblioteca con la compañía de Andrew.
No me malentiendan, prefiero tener un amigo hombre, por las siguientes razones, las chicas, aunque yo misma sea una, son demasiado dramáticas y suelen ser vengativas y hasta mentirosas. En cambio Andrew es sincero y un muy buen amigo, por eso mismo es el único, digamos que soy cerrada, ese tipo de personas que no se acercan a nadie, y se tardan demasiado en confiar.
Muchos me tienen miedo, soy muy seria, y cuando me enojo tengo un carácter muy fuerte, eso pasa cuando llevas casi la mitad de tu vida arreglándotelas sola en un sucio orfanato.
Casi siempre visto de color negro, ese color simplemente me representa, mi fría aura no concuerda con nadie y algunos no pueden entender porque Andrew, un chico tan alegre se junta con una chica cerrada como yo, simple Andrew puede romper mis paredes con una mirada, lo conozco desde tanto tiempo que ya no sirve para nada si intento cerrarme a él.
Entré como siempre al local empujando la puerta gigante de cristal, salude al empleado, iba tanto a esta cafetería que todo mundo ya me conocía, busqué con la mirada a Andrew, su cabello café dorado lo delató. Estaba de espaldas, sentado en un sofá con las piernas cruzadas leyendo ‘Bajo la misma estrella’, una historia muy irónica para lo que pasaba en mi vida.
No hizo falta llamarlo, sólo me senté a su lado, contemplando su perfil.
–El olvido es inevitable– pronunció una frase del libro antes de cerrarlo.
Posó su mirada en mí, con una sonrisa de lado, amaba su sonrisa, aunque a la misma vez la odiaba, Andrew tenía una vida muy perfecta en comparación a la mía, sus dos padres estaban vivos y aunque por sus trabajos no le prestaban mucha atención, aun así estaban a su lado, y también tenía una hermanita pequeña que era la definición de tierna.
–¿Qué ha sido de tu vida, solecito?– se dirigió a mí con sus estúpidos apodos.
Andrew será muy listo, pero sus apodos eran un asco, ¿Solecito? ¿Yo? Soy todo lo contrario a eso, ¿porque no me pone otro apodo como ‘Aura Fría’ o ‘Alma Negra’? No sé, algo que de verdad me represente.
–No mucho, he estado visitando a Michelle algunas veces en la clínica– empecé a contarle– Ah, y por cierto he acabado aquel libro de poemas que tanto me has recomendado.
Mientras le contaba lo que pensaba del libro, Andrew paso su brazo por mis hombros, sólo a él le dejaba hacer eso, ya lo dije soy cerrada, pero permito al menos que alguien cómo mi mejor amigo Andrew, se me acerque.
–Qué bueno que te ha gustado, a eso, solecito, se le llama Poesía oscura.
–Me encanta, le da un toque realístico a las cosas.
–Sabía que te iba a gustar.– dijo guiñándome un ojo.– ¿Qué tal poetisa negra, si te traigo una taza de café?
–Con azúcar por favor–dije aventándolo del sillón jugando de una patada.
Cuando Andrew se paró, pude ver a un chico observando el local desde afuera, como si estuviera decidiéndose o no a pasar. Decidí ignorarlo así que me paré por un libro de literatura francesa para poder leerlo con Andrew. Al darme la vuelta choqué con un fuerte dorso, que hizo que mi libro y mi frágil cuerpo cayeran al suelo.
Me paré de un brinco sin dejar que el chico me ayudara.
–Fíjate por donde caminas, inútil– dije claramente enojada, caminando de vuelta al sofá.
Cuando siento el roce de mi brazo con su piel al caminar hacia el sillón, siento que un brazo me jala deteniendo que me mueva.
–Que humor, nena– dijo el chico que al parecer era el que vi afuera del local hace un rato.– Me gusta, ¿Cómo te llamas?
–Cómo si eso te importara pedazo de inepto, ¡déjame pasar!– eso es lo que les decía cuando me refería al mal carácter que tengo.
– No te soltaré hasta que me digas tu nombre– dijo con una sonrisa sarcástica. Odio cuando la gente es así, cómo si pudieran tener todo lo que quisieran de las demás personas.
–¡Cara! He encontrado la trilogía del libro que vimos la semana pasada– dijo Andrew gritándome desde la barra de café.
Mientras, el chico aún no me soltaba la muñeca y sonreía arrogantemente, había conseguido lo que quería.
¡Andrew por favor sálvame!
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Ojala les guste esta novela, sólo que ojala no esperen finales felices.
Algunas ya conocen esta novela, ya que la había subido antes, les pido que me ayuden a volver a llegar a mis antiguos votos. x
-G
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Fall in love with me» teenfic
Ficção Adolescente❝Enamórate de mi y perderás❞ // @t0xicmind