Fall in love with me» teenfic

Capítulo 3: No quiero arruinar ninguna ilusión

Fall in love with me

Capítulo 3: No quiero arruinar ninguna ilusión.

<<Loosen the fears that bind you>>

-Dime, te ayudo en lo que necesites.

De repente la llamada se cortó, dejándome con la intriga de que es lo que necesitaba Eleonor.

Decidí ignorarlo y pensar en otra cosa, seguro que no era algo tan importante, o eso espero. Después de todo ella era Eleonor, nunca necesitaba de nadie, nunca.

Además, desde que Eleonor se fue, mi vida es más tranquila, ya no me meto en problemas como antes lo hacía en el orfanato y a los quince cuando vivía con Michelle.

Cuando ella se fue, Andrew de una manera u otra fue mi salvación, un chico tan centrado y alegre, según Michelle me haría bien. Aunque al principio no lo toleraba, lo juzgue antes de conocerlo ya que Michelle estrictamente quería que me juntara con él, cuando lo conocí por primera vez en la biblioteca.

 Por eso mismo me alejaba y me cerraba como siempre a él. Después de un tiempo se ganó mi confianza, en los ratos más duros cuando recordaba con anhelo a mis padres desparecidos, y no tenía con quien hablar, de un momento a otro decidí desahogarme con él, y al ver su apoyo e interés, me di cuenta de que si valía la pena.

Desde entonces soy tomada como la chica rara que se junta con el buen Andrew, cosa que no me molesta en absoluto, da igual lo que piensen de mí, después de un tiempo ellos me olvidarán y pasare desapercibida como siempre.

Andrew era mi amigo, no el suyo, yo podía hacer lo que quisiera.

Desde que nos conocimos en esa biblioteca, no dejamos de ir, es nuestro lugar y de nadie más. Ahí me siento libre, y un libro hace expresar los sentimientos que no puedo sacar de mí a las personas reales, ¿para qué compartir mi  desgracia y mi soledad? No le veo nada productivo al asunto.

Quizá hay algo mal en mí, no soy como todas las chicas, mujeres que sonríen por todo, con personalidades alegres, positivas y burbujeantes. En cambio véanme a mí, tan sola y afectada, aislada del mundo fuera de una biblioteca, ruda, grosera y hasta maleducada, que no soporta sentirse manipulada y mucho menos juzgada. Seguro algo más me paso de pequeña.

No le tengo miedo a casi nada, más que el abandono y posiblemente la soledad. Pero para eso tengo a Andrew, para mantener mis pies en la Tierra cuando algo no sale como quiero, o en los tiempos más difíciles.

Me tiré a la cama, estaba realmente cansada, empuje con uno de mis pies mis zapatillas, y me saque la blusa cambiándola por una de tirantes y unos shorts, até mi cabello a la nuca y me recosté. Mañana tendría que afrontar mi realidad de nuevo.

(…)

Me desperté como siempre por los golpes que Andrew daba en la puerta de mi apartamento. Ah, Andrew era la única razón que me hacía madrugar.

Bostecé y empecé a vestirme, terminando de cepillar mi liso y largo cabello, para luego ponerme mi abrigo, afuera esta helado, como cualquier día usual.

Cuando al fin le abrí la puerta a Andrew, subió la cabeza suspirando, al parecer él era muy impaciente, con una sonrisa con los labios pegados y su revoltoso cabello, me saludó.

-Serás muy fría, y todo eso, pero eres como cualquier otra chica, tardándose horas para arreglarse.

Me causo risa su comentario, aunque era obvio, y ambos lo sabíamos, no me acerco ni a un poco de parecerme a las demás, por el simple hecho de que odio los tacones, odio leer chismes en revistas y no me intereso en cualquier baboso que tenga alguna gracia.