Capítulo 3

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Salí lo más rápido que pude no quería que esa mujer me retuviera a la fuerza ahí no me hubiera sorprendido después de lo que le dijo a esa pobre chicha, mi torso ha quedado rojo ya no me arde como antes, pero aún me molesta trato de acomodarme cómo puedo la camisa que ahora tiene una extraña mancha color café sobre ella ya no serviría de nada tendré que comprar una nueva aunque era una de mis favoritas ya no tenía remedio.

En el estacionamiento estaba esa chica aun con su uniforme de camarera, pero que está haciendo, me dirijo hacia ella sigilosamente para que no me notara, está poniendo un con spray color fucsia fosfórescente en el convertible de Eloisa, con letras grandes "BITCH".

— Pero que narices haces. —Le tomo de la mano con firmeza pero el daño ya estaba hecho.

— Solo dándole su merecido a esa idiota.

— Te das cuenta que si te descubren puedes ir a dormir a la comisaria esta noche. — Se gira para empujarme ligeramente, posa su mano sobre mi pectoral.

— Aun te duele, enserio no quería hacerlo, no lo hice con intensión te lo prometo.

— Y yo te creo, pero tampoco es para tanto Eloisa a exagerado la situación fui yo quien iba sin ver el camino.

— Y cuál es tu nombre. — me dice estirándome la mano.

— Alec Travis, ha sido un placer. — me mira como si de la nada me hubiera salido una segunda cabeza. — Hay es enserio. — se apega a mí para abrazarme es tan pequeña aun con sus tacones de aguja su cabeza queda por debajo de mi cuello.

No sé porque siento un escalofrió recorrer todo mi cuerpo, mi corazón empieza a latir de manera exagerada como si quisiera salirse de su lugar, tal vez sea el alcohol que he ingerido, pero es aún más fuerte como para ser solo eso. No se aparta de mí, siento como su aroma empieza a invadir todos mis sentidos es una mezcla entre flores de lavanda y fresas campestres, la aparto de mi con cierto recelo.

— Pero quien eres. — le digo con más rudeza de lo que le quería poner al asunto.

— ¿Quién eres? — Digo ahora con demanda.

— A si donde quedan mis modales soy Annie Lewis. Recuerdas éramos amigo en el instituto.

No puede ser todos mi sentidos se ponen en alerta, recuerdo todo el dolor que tuve que pasar, sin contar los problemas judiciales que tuve después por Richard, es solo que no iba a permitir que le siguiera pegando a su esposa, no mientras yo lo viera me recordaba como él le pegaba a Annie no podía dejar que lo hiciera. Después el juez Maison me obligo a ir a terapia durante un año. No lo podía asimilar aún era ella como no la reconocí talvez sea por el color fucsia intenso de su cabello o por las múltiples perforaciones que tiene ahora en su oído.

— Es enserio, sigues viva. — Contesto sin pensarlo su rostro se ensombrece por un minuto

— Después de que te fuiste el murió, fue una sobredosis. — Se me cae el alma al piso sea como sea él era la única familia que tenía.

— No me refería a eso. — Digo con tristeza.

— No te preocupes lo he superado, trate de buscarte por todos lados pero desapareciste del mapa.

— Vamos a mi casa si, podremos hablar más a gusto. — Sentía una mezcla de emociones en ese mismo instante quería abrazarla, besarle y jamás soltarla siempre había sido ella la causa y la solución a todos los problemas de mi vida.


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