En La Oscuridad

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―¡Oh maldición no ahora por favor! ― me apresure a caminar por la solitaria acera, mientras lo hacía podía sentir mis propios fluidos deslizarse por mi pierna.

Disimuladamente apreté contra mi sexo para darme un ligero alivio pero solo hizo que deseara aún más contacto. A varios metros visualice algunos locales comerciales, quizá, alguno de ellos tenga algún baño no soporto más necesito desahogarme o me volveré loca. No es que este acostumbrada a ir por ahí masturbándome en lugares públicos, pero hace un par de días mis hormonas han estado por los cielos inexplicablemente al grado de que me excito de la nada y por nada, incluso con el roce de mis bragas, razón por la cual decidí no usarlas para evitar situaciones vergonzosas. Ayer el bus que tome estaba saturado y no llevaba asientos libres, entre los roces de las personas que iban cerca de mí y el roce de mis bragas en mi clítoris por los movimientos al andar el autobús la humedad en mi entre pierna comenzó a crecer que en cualquier momento me correría enfrente de todos los pasajeros, trate de evitarlo no concentrándome en la deliciosa sensación fallando enormemente pues a solo unas cuadras de llegar a mi destino explote en un no muy silencioso orgasmo obteniendo miradas curiosas en mi persona.

Estoy por llegar a uno de los locales cuando choque con una persona haciendo que me desestabilizara, me prepare mentalmente para mi inminente caída pero unos brazos firmes lograron detenerme. Su esencia invadió mis fosas nasales, gemí, su aroma era delicioso, embriagante. Arrastré mi nariz por su cuello llenándome aún más de su olor la persona que me sostenía se estremeció, al instante fui consiente de mi acción. Avergonzada, excitada y curiosa me aleje para ver su rostro.
Jadee.

Unos ojos de sirena colmados de verde lozano absorbente y profundo como el mar de donde seguramente provenía, me escrutaban con intensidad, por mi parte mi perplejidad no me dejo articular palabra alguna temerosa por la acción tan íntima y osada que tuve con ella hace unos instantes. ¡Ay de mi meterme en esta rara situación tomando en cuenta el estado tan deplorable en el que me encuentro debido a mi lujuria! Mi centro volvió a palpitar recordándome que debía buscar algún tipo de consuelo o estallaría en la locura. Recorrí con la mirada la calle buscando no sé qué. Un callejón. Mi cuerpo tomo vida propia, yo ya no estaba pensando, solo el instinto me gobernaba. Tome de la mano a la chica parada frente a mi dirigiéndome a mi nuevo objetivo, adentrándonos bajo la protección de la oscuridad del callejón la empuje contra la pared - ¿Qu...― lo que sea que fuera a decir murió en sus labios cuando me lance directo a ellos devorándolos, introduje mi lengua en su boca sin más, provocando que ella gimiera. Justo cuando creí no poder estar más excitada. La extraña con la cual estoy comiéndome a besos dirigió sus manos a mis nalgas estrujándome con la misma ferocidad que yo, a pesar de que estaba disfrutando sus apretones necesitaba urgentemente atención en otro lugar así que tome una de sus manos y la coloque en mis pliegues ya muy lubricados con mis jugos.
― Tócame ― mi voz sonó lasciva, ella abrió los ojos de golpe, oh mierda, esa mirada depredadora junto con sus caricias en mi vulva provoco que me corriera al instante. Ella gimió de nuevo me tomo de la cintura girándome ahora era yo la que se encontraba contra la pared, comenzó a mordisquearme el cuello mientras sus manos exploraban todo mi cuerpo, enrede mis manos en su melena oscura. Bajo un poco más y de un brusco movimiento tiro de mi blusa y par de botones salieron disparados, removió mi sujetador y mordió mi pezón erecto.
― Si, justo así ― solloce mientras de su garganta salía gemidos que parecían más ligeras melodías que tenían un efecto erótico en mí ya deseoso cuerpo. Tomo una de mis piernas y la elevo haciendo que la enrollarla en su cadera, deslizo su mano por toda mi pierna, sus caricias quemaban deliciosamente en mi piel. Comenzó a subir mi falda con una lentitud tortuosa hasta que llego justo al lugar que yo deseaba tocara de nuevo. ― ¡Oh! ― exclamo ronca mientras me mordía en labio inferior y me miraba fijamente a los ojos. Me penetro de golpe con 3 dedos. ― Más por favor, dame más ― ella sonrió satisfecha por mi suplica.


― Me ha puesto muy cachonda tus suplicas, guapa ― el tono de su voz provoco cosquillas en mi vientre, maldita no bastaba físico tan perfecto tenía que tener esta voz tan erótica. Sus embestidas eran concisas y deliciosas, no sé qué mierda estaba haciendo con sus dedos en mi interior pero eran la puta ostia la sensación sumándole que no dejaba de succionar y morder mis pechos. Tuve la necesidad de tocarla también, maldición nunca me había enrollado con otra mujer y mucho menos con una completa extraña, pero justo ahora no me importaba dejárme llevar por el deseo que me dominaba. Solté su cabello y descendiendo mis manos a sus vaqueros para desabrocharlo, sin preámbulos deslice mi mano en su vulva. Gruñí al sentir sus pliegues y su humedad ella estaba hecha un desastre igual que yo, no entendía cómo podía soportar no tener atención allí, localice su botón sensible y comencé a estimularlo poniendo un poco de presión en él y haciendo círculos sobre el, la sirena de ojos verdes abrió la boca jadeando, al momento aproveche su vulnerabilidad y ataque de nuevo sus labios, me sentía muy hambrienta de ella, aun jugando con su clítoris me acomode un poco mejor para cumplir mi cometido lentamente deslice un dedo en su interior ― ¡AH! No pares ― me pidió con desesperación, ella estaba a mi merced ahora. La aleje de mi con un ligero empujón ― NO ― dijo frustrada pero yo solo sonreí volviendo a cambiar de posición con ella de nuevo apoyada en la pared. Aun sonriéndole me agache, ella de inmediato comprendió, baje sus vaqueros hasta sus rodillas y observe perversa su sexo, en el, colgaba un hilo de su humedad se me hizo agua la boca y trague con pesadez, ella me tomo de la cabeza y me dirigió directamente a su intimidad de inmediato saque la lengua para capturar el hilo de su fluido, carajo su sabor es lascivo mi deseo incremento, todo mi cuerpo combustionaría en cualquier momento.
Solté aire entre tus labios hinchados por la excitación ella se estremeció visiblemente, me acerque nuevamente a sexo para succionarlo mientras yo comencé a masturbarme introduciendo dos de mis dedos, mi lengua recorría sus pliegues sin cesar a ratos mordiendo o chupándole el coño, note que habían fluidos cada vez más por lo que asumí no tardaría en correrse enterré mi lengua en su cavidad ― Más rápido, penétrame más duro ― eleve mi mano y le introduje mis dedos junto con mi lengua ― Sisisi, hasta el fondo ― coloco sus manos sobre la mía ayudándome a penetrarla más profundo. Se corrió con intensidad en mi boca, alce la vista, su rostro cubierto de placer y satisfacción con las mejillas sonrojadas, sus labios rosas carnosos y ligeramente hinchados por los besos apasionados y por ella misma al mordérselos para no gritar. Una imagen digna de ver, digna de recordar. Le llevo unos segundos recobrarse de su aparatoso orgasmo me tomo de los brazos y me alzo para besarme de nuevo ― Esa boca tuya es magnífica... pero ahora es tu turno de disfrutar guapa ― susurro cerca de mi oído. Ella me cargo y yo en automático enredé mis piernas a su cintura apoyándonos en el muro y comenzó a penetrarme con brusquedad ― Eres una pequeña sucia para venir a follar a un lugar como este y con una desconocida.―
― ¿Te está gustando como te estoy follando? ― yo solo podía gemir y gemir, siendo un manojo de sensaciones ― Respóndeme, ¿eres de esas putitas que buscan polvos por ahí? ¿Sientes eso? mis dedos deslizándose en tu coño húmedo y ansioso por mí ― las penetraciones aumentaron ― ¿Quieres correrte, eh? Respóndeme putita, hazlo o te quedaras así ― No! Grite en mi fuero interno. ― SI carajo quiero correrme en tu dedos― ella movió sus dedos con agilidad dentro de mí, encontrando mi punto sensible solo presionó una par de veces y yo comencé a correrme como una maniaca ― AAAAH AAAH AAAH ― no me importo suprimir mis gritos mientras sentí un líquido saliendo de mí, es como si hubiera orinado cuando me corrí. Nos miramos sorprendidas comencé a sonrojarme por la idea de haberla orinado. Ella rio ligeramente levantando mi rostro para que la viera a la cara― ¡Hey! No es lo que crees que es. Eso, hermosura, es una eyaculación femenina y créeme es lo más excitante que jamás he vivido. ― Le devolví la sonrisa aliviada por su respuesta. Me tomo de la cadera y me acerco a ella depositando un beso sensual y erótico.


― Soy Lauren, Lauren Jauregui. Y ha sido un placer esta experiencia señorita... ―
― Camila Cabello ― la mire hipnotizada.
― Bien, Camila, que te parece si seguimos... conociéndonos en un lugar más privado ― me sugirió con picardía.
― ¡Oh sí! Por supuesto que sí ― le respondí mientras enredaba mis brazos en su cuello plantándole un beso húmedo.

Mojada - Camren HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora