Mojada - Camren Hot

La apuesta

Trigger Warning ⚠️
Hermanastros
Si no les gusta este tipo de relaciones, corran!

Besos in sus pussys 😍
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Contenido g!p

Cuando mamá anuncio que Mike ,su novio, le había propuesto vivir juntos no me había sorprendido, ellos llevaban ya varios años saliendo juntos y sabía que ambos se adoraban. Mamá alquilaría nuestra casa y ella se mudaría a casa de Mike junto a su hija Lauren a la cual yo había visto ya un par de veces, era una cría hermosa pero para mí solo seguía siendo una niña de 12 años. Ese mismo año yo entré a la universidad así que en realidad no viví con ellos, pero si iba a visitarlos de vez en cuando y nos manteníamos siempre comunicados, Lauren siendo una niña muy animada y parlanchina nunca perdía oportunidad para pedir hablar conmigo un rato así que mantenía una relación sana y amigable con ella y Mike, sabía que eso hacia feliz a mamá.

Cuatro años más tarde por fin termine la universidad así que decidí tomar un año sabático para pasarlo con mamá y su nueva familia. Nuestra nueva familia. Y por supuesto mi madre estaba fascinada con la idea, en realidad todos, pero en especial Lauren que parecía contenta pues no dejaba de decir que podríamos pasar más tiempo juntas. Adoraba a Lauren pero no como mi hermana, intente verla de esa forma pero simplemente no pude, sin embargo. Todos en casa sabían llegaba el día de mañana pero yo quería darle una pequeña sorpresa así que llegue antes, cuando la fierecilla me vio parada con mi equipaje en la puerta con una sonrisa muy parecida a la del gato de Cheshire, ella se volvió loca lanzándose a mis brazos en un brinco dejando besos por toda mi rostro, solté mi maleta para abrazarla y también para evitar que cayera, mientras mamá y Mike reían al ver la escenita que estábamos armando.

En unas semanas de mi estadía, fui consciente de los cambios que ocurrieron en mi ausencia, Lauren estaba por cumplir 17 años, de aquella pequeña que recordaba cuando la vi por primera vez quedaba nada, ella había florecido con plenitud convirtiéndose en una mujer arrebatadoramente hermosa, de pechos firmes, caderas amplias, trasero y muslos de infarto, en pocas palabras Lauren era la personificación de una diosa egipcia. Me di un golpe mental, no debería ni siquiera estar pensando de esa forma sobre ella, era casi mi hermana. Casi.

Lauren siempre había sido cariñosa conmigo y desde mi llegada se la pasaba encima de mí y rara vez se alejó de mi lado, ahora que ambas habíamos madurado y que yo me encontraba consciente de su cuerpo era un poco peligroso no saber cuándo sobrepasábamos los límites de afecto entre hermanastras.
Me gustaba molestarla casi todo el tiempo, no podía no evitar hacerlo además de que encontraba encantadora la forma en la que ella de alguna manera refutaba con una respuesta mordaz o nos la pasábamos haciéndonos bromas. Mike y mamá no dejaban de reírse de nosotras diciendo todo el tiempo que parecíamos unas chiquillas haciéndonos mutuamente travesuras.
Solo en una ocasión mamá me sorprendió con un comentario que soltó al aire cuando estábamos solo ella y yo en la cocina, yo me encontraba llenando globos con agua para tirarlos encima a Lauren, que se encontraba cómodamente en el jardín tomando el sol.
― Si no supiera que ustedes son hermanas, diría que se trata de una joven pareja felizmente enamorada. ― me acaricio la mejilla y salió sonriendo. Obviamente su comentario me descoloco por un par de horas pero luego solo decidí dejar de darle vueltas al asunto.

Una noche, sentadas en la sala de nuestra casa mientras mirábamos The 100 mi querida "hermanastra" y yo una vez más nos encontrábamos molestándonos, unos momentos antes accidentalmente la encontré en una situación bastante embarazosa en el baño, a la muy tonta se le olvido poner el seguro a la puerto asi que cuando entré, ella hablaba con su novio con las braga hasta las rodillas mientras se tocaba desesperadamente, retorciendo las piernas buscando su placer. Nunca espera verla de ese modo, ella se miraba... radiante e increíblemente caliente pero mi deleite fue rápidamente eclipsado al saber que era por el idiota con el que habla, estaba por arrancarle el teléfono de las manos para colgar cuando ella llego a la cúspide de su place diciendo mi nombre sin producir sonido, sin embargo, supe leer mi nombre en sus labios y eso me devolvió el júbilo, tuve que girarme antes de que abriera los ojos pues estaba segura que ella notaria la erección que me apretaba los jeans.
Espere que saliera del "tocador" para soltarle la bomba
― Así que... sexo telefónico. Solté como si como si nada. ― Ella se quedó quieta en su lugar ― ¿Me escuchaste? ― el color rojo invadió por completo sus mejillas, en realidad te vi pequeña diablilla, pero eso lo pensaba decirle, así que la deje creer eso. ― ¡Oh dios mío! ― calló por un minuto, luego pareció recuperarse ― Bueno al menos tengo una relación real.- Lauren siempre se molestaba cuando los fines de semana la dejaba para salir con una de mis amigas, las cuales siempre era una chica diferente, lo que ella no sabía realmente es que solo eran simples salidas muy rara vez me involucraba sexualmente con una pero eso era algo que ella no tenía que saber. Mi risa fue una clara burla a su comentario y eso la molesto un poco más.
― Ok, señora gran imbécil yo... te reto. Declaro mientras una vena le saltaba en el cuello, Lauren comenzaba a enojarse de verdad, me reí con ganas. ― 8 meses sin sexo, sin salidas con tus "amiguitas" a no ser que lo vayas a tomar enserio.
8 meses realmente no eran muchos ¿no? Creo que he estado más tiempo sin el realmente. Claramente yo podría hacerlo pero tenía que ver que ganarías yo a cambio.
― Si yo gano ¿qué obtengo a cambio? ― El carro de papá que siempre has deseado. Silbe, bien ya casi lo podía sentir en mis manos, ella continuo como si acaba de ofrecerme un juguete insignificante, el auto era un Mustang Fastback Bullitt 1968, un auto que yo había ayudado a reparar junto a Mike y que le había costado una pequeña fortuna pero el carro lo valía, era una belleza. ― Pero si yo gano... harás lo que yo quiera sin excusas.
― ¿Qué es eso que pedirás? ― A su tiempo lo sabrás ¿trato?
Asentí.
Lauren se giró para seguir con lo suyo, pero la detuve a tiempo ― Ah! Y Lauren, nuestro trato incluye cero sexo telefónico, ni sexting, ni masturbarse. Nada para ambas.- ella abrió los ojos como plato por los últimos términos, ella estaba contando con auto complacerse seguramente, lo cual me hizo pensar que tal vez ella recurría a esta práctica mucho más seguido que yo. Y yo era la que tenía polla inquieta. Lo pensó unos minutos y finalmente acepto, no sin ver antes como alguna idea se le había cruzado por la mente, algún plan de sabotaje.