UNA BAHÍA,EN ALGÚN PUNTO DE LA COSTA OCCIDENTAL DE AUSTRALIA.
AÑO 2512
Connor:
Hijo mío,heredero de mi imperio.
Aquí está el primero de los tres regalos para señalar esta noche iniciática en la que beberás sangre por primera vez. Ven a mi camarote cuando el reloj marque la medianoche y te haré los otros dos regalos.
Tu padre consanguíneo, Sidorio.Connor se detuvo delante de la puerta del capitán. De forma instintiva,se llevó la mano al cinto y sus dedos buscaron la espada,enfundada en su vaina.Asió la empuñadura,como a menudo hacía cuando se notaba tenso.Le recordaba los momentos en los que era totalmente dueño de sí mismo,en los que tenia la espada desenvainada y estaba en plena batalla. Ojalá pudiera alcanzar en el resto de su vida la misma simplicidad y claridad que conseguía cuando estaba combatiendo.
La adrenalina le corrió por las venas.《La adrenalina es muy rara-penso-La nesesitas para estimularte cuando estás bajo presión. Pero,si es demasiada,casi te paraliza.》Su vida había cambiado y él sabía que no había vuelta atrás. Ni tan siquiera podía estar seguro de que su hermana Grace fuera a seguir viva por la montaña. La última vez que la había visto,ella le había dicho que eran dueños de su destino. No podía haber estado más equivocada,pensó con amargura. No eran más que moscas,apresadas en una telaraña de acero. El reloj de oro que había acompañado la nota de Sidorio le pesaba en la muñeca. Lo miro y lo vio titilar bajo las luces del pasillo. Solo faltaba unos segundos para medianoche. No podía posponerlo más. Respiró hondo,alzó la mano y llamó a la puerta metálica. Hubo un silencio,seguido del ruido de cerrojos descorriéndose. La pesada puerta se abrió y Connor entró.--Connor --dijo Sidorio mientras cerraba --¡Bienvenido! Me alegro de volver a verte. Y has encontrado el primero de mis tres regalos. Te sienta bien.
--Si-convino Connor --.Gracias padre.
-Ven aqui -dijo Sidorio,incándole que se acercara-.Tengo el segundo regalo.
Connor se aproximó. Sidorio estaba delante de un cofre azul de madera lacada. Era alargado y tenía caracteres plateados grabados en su superficie.
--Este fue el cofre que Kublai Jan llevaba a la batalla-explico Sidorio mientras pasaba las manos por su superficie---.Lo guardaba en su pabellon para poder elegir el arma que preferia segun el dia.Este cofre fue un regalo de bodas de su esposa.---Con cierta reverencia,abrio el primer cajon y tiro de el.Contenia una coleccion de espadas como ninguna de las que Connor habia visto.Superaba incluso las espadas de los capitanes expuestas en la Academia de Piratas y las que habia en el taller del maestro Yin.
--Son unas armas dignas de un emperador--continuo Sidorio--.Escoge una,hijo mio.Este sera el segundo de mis regalos.
Connor se quedo momentanuamente deslumbrado mientras miraba las hojas de metal bruñido colocadas en un mar de seda azul.Cualquiera de aquellas espadas era un trofeo exepcional.Apenas importaba cual escogeria.
--Si no te gusta ninguna de estas--dijo Sidorio--,abre el segundo cajon,o el tercero.No hay prisa.--Se retiro para dejarle sitio.
Connor no nesesito abrir el resto de cajones.Alli,en una esquina del primero,estaba la espada que queria.No era la opcion mas evidente,ya que se contaba entre las armas mas sencillas,pero Connor vio con su ojo experto que era la espada perfecta.Sabia,en lo mas hondo,que seria la que habria escogido el maestro Yin,el espadero de los piratas que vivia en la isla de Lantao.
Metio la mano en el cajon y alzo la espada elegida.Al asirla por la empuñadura,supo que habia tomado la desicion correcta.Le parecia,como ocurria con las mejores espadas,una prolongacion de su brazo.Si alguna vez la esgrimia en combate,no le cabia ninguna duda de que le traeria suerte.
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| Vampiratas 5 : El Imperio de la Noche |
FantasíaNunca los mares estuvieron tan embravecidos:el malvado Sidorio,sediento de venganza,quiere convertirse en amo y señor de los océanos y sembrar el terror con su tripulación de renegados. Por eso ha llegado el momento de que piratas y vampiratas,enemi...