Capítulo 8

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Miro el reloj, el minutero avanza tan lento, el sonido del tic tac es sumamente desesperante, no puedo pensar en nada, mi mente divaga. 


Trato de concentrarme en mi libro, pero en este momento es muy difícil estudiar, como se me ocurrió pensar que el sumergirme en mi atlas de anatomía humana, serviría de distracción.

La realidad es que lo único que me dará paz es recibir la llamada de Matt, han sido dos días muy largos y complicados, necesito que me explique todo, con lujo de detalle, mi cerebro nunca había estado tan habido de información como ahora.

Decido cerrar el libro, me levanto de mi escritorio y recorro la habitación, llevo haciendo esto desde que me levanté esta mañana, eran casi las cuatro de la tarde y aún no había rastro de él.

Hice anotaciones de todo lo que quería saber, no quería olvidar algo y después arrepentirme de no habérselo preguntado.

Si tan solo pudiera ir a algún lado, pero no, mi madre se puso muy seria y me castigo por tres días sin salir, esa fue la forma en que me hizo pagar mi retraso y mi falta de atención de no avisarle que llegaría tarde.

Creo que la mejor manera de pasar el tiempo en este momento, es tomar una siesta, necesito apagar mi cerebro por un rato, así que me recuesto en mi cama, pongo mi celular en la mesita para tenerlo cerca, no sin antes subirle todo el volumen para poder escucharlo cuando llame Matt, cierro los ojos y trato de poner la mente en blanco para conciliar el sueño.

Abro los ojos, estoy recostada en el suelo, no sé en donde estoy, empiezo a entrar en pánico, no reconozco el lugar, está oscuro, es frío y sombrío, quiero salir de aquí. Me levanto y empiezo a caminar sin rumbo, parece que es un pasillo largo, hay varias puertas a los lados, están cerradas con llave. Intento abrir una a una en busca de una salida, pero no logro encontrar una.

Siento que me falta el aire, estoy mareándome, intentó en la última puerta y por fin encuentro una abierta. Hay varias personas, no puedo verles el rostro, pero parece que todas son mujeres, algunas recargadas en la pared otras sentadas en el suelo, la luz es muy tenue así que apenas puedo distinguir sus facciones.

Trato de preguntarles en donde estamos y que hacemos aquí, pero me ignoran, se mueven de lugar o simplemente voltean hacia otro lado. Se escuchan solo murmullos y entre ellos oigo a alguien llorando desconsoladamente, trato de identificar de donde viene el llanto, pero no lo encuentro, es frustrante ver como nadie reacciona, ni se inmuta al oír ese llanto desgarrador. Empiezo a gritar que reaccionen que me ayuden a buscar quien llora, que intentemos salir de aquí, pero no hacen nada, me doy la vuelta para salir corriendo de la habitación en busca de ayuda. Pero chocó con unos ojos esmeralda que me hielan la sangre, mi corazón palpita tan fuerte que siento se me saldrá del pecho, me dice algo y no logró entenderle.

Me armo de valor, lo tomo por la muñeca y ahí está, el mismo tatuaje, solo que puedo verlo más claro, son un par de iníciales que se entrelazan y terminan con un signo, lo miro a los ojos otra vez y me dice ¡corre!... Le hago caso sin decir nada, empiezo a correr, no sé de quién, ni porque, corro sin mirar atrás, pero me tropiezo y....

Caigo de mi cama exaltada y asustada, mi respiración es increíblemente rápida, estoy sudando y tengo escalofrío, me encuentro muy confundida, que tiene que ver ese chico conmigo, he soñado dos veces con él y siempre me pide que corra ¿que querrán decir estos sueños?

Me levanto del suelo y me siento sobre mi cama, tomó mi celular para ver la hora, me sorprende ver que dormí tanto, son casi las siete, empieza a oscurecer y sigo sin noticias de Matt.

Siento que recorren por mi cara algunas gotas de sudor, las limpio con el dorso de mi mano, doy vueltas en mi cabeza una y otra vez lo que vi en la horrible pesadilla, lo que sucede en estos sueños es tan real que todo mi cuerpo se estremece.

Decido darme un baño, necesito refrescarme y quitarme de encima esta sensación pegajosa que me dejo el sudor. Entro al cuarto de baño y abro la llave para que comience a llenarse la bañera, busco mis sales de lavanda, son excelentes relajantes.

Me quito la ropa y me meto en la bañera, empiezo a sentir como burbujea el agua sobre mi piel, ese efecto efervescente es realmente reconfortante. Trato de relajarme, cierro los ojos y respiro profundamente, estoy decida a poner mi mente en blanco. Pero el solo hecho de pensar en su nombre me trae millones de preguntas sin respuestas a mi cabeza.

Empiezo a caer en cuenta de lo complicada que es mi vida con él en ella, es tan raro, misterioso y curioso, me molesta que se desaparezca de esta forma, que no pueda buscarlo, no saber en donde localizarlo. Sé que está muy interesado, pues el otro día pregunto tantas cosas de mí y de mi familia, sobre todo de mi padre. Tal vez como mencione que era posesivo y extremadamente analítico y observador, piense que tiene que saber todo de él para ganárselo y que permita que tengamos una relación.

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2019 ⏰

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Estocolmo: Dulce AmenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora