Llegue al parque retardada por un par de minutos, me mire en el espejo retrovisor para asegurarme que el maquillaje siguiera perfecto, tome mi bolso y las llaves del carro y baje a toda prisa, empecé a adentrarme en el parque cuando caí en cuenta que por la emoción no había quedado en un punto específico para vernos, el parque era muy grande y ahora como se suponía que encontraría a Matt.
Saqué el celular de mi bolso, empecé a buscar entre mi registro de llamadas, mi última llamada había sido la de él, pero era un numero privado, como carajos voy a localizarlo. En eso alguien toco el hombro, al voltear vi que era él.
- Hola guapa, al fin llegaste -
- Hola Matt, como supiste donde encontrarme, ¿acaso me estas siguiendo? -solté una risa un poco infantil.
- Si -dijo en un tono muy frio, mi risa desapareció al instante, era la segunda vez desde que nos conocimos que me causaba algo de temor.
- Es broma, supuse que llegarías por aquí, es el único camino que conecta al parque con el aparcamiento –hacia el intento de parecer gracioso.
- Sí, es cierto es la única entrada desde ahi, pero qué tal si hubiera llegado en autobús, la parada es por la otra entrada o en bicicleta hay dos entradas más para eso –no sé porque de repente tenía esa necesidad de interrogarlo.
- Sé que hay varias entradas, pero no creí que usaras bicicleta con este frio, ni creo que alguien como tú este acostumbrada a usar el autobús, pero aun así tengo tu número recuerdas, podría haberte marcado para saber dónde estabas -estaba tenso, lo notaba en cómo se contraían los músculos de su cuello.
Mientras él hablaba, no dejaba de embargarme la sensación de que algo no estaba bien, pero no sabía que era exactamente, entonces lo escuche decir "tengo tu número recuerdas" y un escalofrió recorrió todo mi cuerpo.
- No, tú dijiste que no lo tenías, ¿de dónde lo sacaste? ¿Cómo me pudiste marcar anoche? -dije sin pensar, estaba asustada, tal vez el sueño de anoche me quería prevenir de algo.
- Yo no dije eso -respondió titubeando.
- Claro que sí, me reclamaste que yo te había dado mal mi número de celular, me dijiste que por eso nunca te pudiste comunicar conmigo – note que apretaba la mandíbula, parecía muy molesto, su mirada me evadía, parecía que buscaba algo o a alguien.
- Yo creo que estas confundida, me entendiste mal, no recuerdo haberte dicho nada parecido -
- No lo creo, estoy segura de cada palabra que me dijiste ayer –
- Parece que le pones mucha atención a todo lo que digo ¿no crees? – dejo de dirigir su mirada hacia otros lugares y la fijo en mí, comenzó a acercarse hacia a mí de tal manera que lo único que separaba nuestros cuerpos en este momento, eran mis brazos que tenía cruzados frente a mí, así que, como era mi costumbre ante una situación que me hiciera sentir nerviosa comencé a titubear.
- Pues sí pero no como tú piensas.... Yo suelo poner atención, a todos, no te sientas especial además no cambies el tema -
- No estoy cambiando el tema, solo digo que no recuerdo haberte dicho eso, solo sé que no podía comunicarme contigo y después sí, lo importante no es cómo, si no que pude encontrar la manera de llamarte, no piensas que lo más importante es lo increíble que tú y yo estemos aquí juntos y sin interrupciones –Cada vez me hablaba más de cerca, sus labios rozaban los míos, sentía que todo me daba vueltas, me aturdía su forma de hablarme.
- Creo que debemos de ser honestos desde el principio, solo es una pregunta, es que no entiendo porque si tenías bien mi número no llamaste antes -Soltó un resoplido de desesperación por mi insistente interrogatorio y luego dio un paso hacia atrás.
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Estocolmo: Dulce Amenaza
Ficção AdolescenteEstocolmo Dulce Amenaza es una novela de amor, entre dos jóvenes que se conocen bajo las peores circunstancias, ella inexperta, dulce y muy decidida, es privada de su libertad y él con una vida difícil y complicada que lo a llevado a tomar malas de...