Capítulo 4-Decidete que Yo Ya Estoy Decidido

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   Pude pensar que era solo celos de mi parte, pero ¿no te molestaría que alguien salga contigo y no te trate diferente al modo en el que trataría a los demás?
Aún no me había enamorado y menos aún porque recién había salido de una relación bastante nociva dónde el concepto de "amor" había cambiado bastante desde ese entonces en mi "corazón" «o en cualquier órgano que se encuentre este sentimiento».

   Dejé pasar el tiempo y este se escurrió entre mis dedos. Seguía esperando que ella viese el mal que hacía si pretendía tener algo conmigo pero no fue así, la situación se volvió más tensa cuando Daniela terminó con Franco ya que en los momentos de "privacidad" entre los dos, había un tercero que interrumpía la comunicación cada vez más fracturada.

   Era absurdo que Franco se uniera a la conversación de nosotros por el simple hecho de que ya no tuviera novia, pero lo peor no era eso, era que Mariam lo permitía. Yo no podía decirle que se fuera o que nos dejara compartir, porque incluso llegaba al punto donde ella le hablaba tan continuamente que yo resultaba estar en un verdadero segundo plano.

   Ya la situación se limitaba a sólo llegar y escuchar sus conversaciones.

— ¿Por qué estás tan callado? —Me preguntaba Mariam mientras estaba sentado en el suelo escuchando su conversación con Franco.

—No, por nada, solo estoy cansado. —Contesto al tiempo que empiezo a agarrar unas pequeñas piedras para luego lanzarlas a lo lejos.

   Mentí, obviamente. La situación no sólo se había repetido en una o dos ocasiones, francamente ya era habitual, incidente que yo sin explicación alguna toleraba.

   En ese momento, Franco se despide ya que su madre le había llamado. Le  agradecí al cielo para luego levantarme y mirar a Mariam fijamente a los ojos.

—No te  entiendo. —Le dije.

— ¿A que te refieres?, ¿por qué? —Contesta desentendida.

— ¿Cómo que por qué Mariam? vengo a este lugar sólo para hablar contigo ¿y ahora todo el tiempo tú te la pasas hablando con el pasado novio de tu hermana?

—Normal. —Contesta fríamente. —Somos amigos.

—Pero estamos saliendo ¿no?, o sea, imagina que tú vas a mi casa a hablar conmigo y yo sabiendo eso me ponga a hablar con tu hermana ¿cómo te sentirías?

—Mal, supongo. —Me quita la mirada.

—¿Ahora entiendes mi  estado?

—Pero es que tú y yo somos amigos, y él también es mi amigo, tú no me puedes exigir que no le hable. —Su voz cambió, se sentía molestia en ella.

—No te estoy diciendo que no le hables, tienes todo el derecho de hacerlo, lo que te digo es que cuando estés conmigo, habla conmigo, tienes todo el día para hablar con él o en cualquier ocasión lo puedes hacer ¿pero justo cuando vengo a dedicarte tiempo?, sabes que yo llego tarde de la universidad y a pesar de que tengo mil cosas pendientes por hacer siempre busco tiempo para ti pero tú no me estás dedicando ése mismo tiempo.

—Sí, pero ¿qué culpa tengo yo de que él llegue y me haga conversación? —Alza sus manos en señal de pregunta.

—Toda, tú se lo permites y sigues hasta que te acuerdas de mi penosa existencia para solo preguntarme que por qué estoy callado, o incitarme a que diga algo sobre un tema del que estoy completamente excluido... Mariam, quiero que el tiempo que estés conmigo sea de los dos solamente ¿puedes?

—Okey, está bien. —Silenció un momento. —Veré que puedo hacer al respecto. —Agregó.

   Su respuesta resultó ser absolutamente inconcreta. Tras analizar sus acciones sentía que solo era un inicio. En ese momento sonrió sin que fuera de forma genuina, era simplemente una sonrisa forzada. La abracé fuertemente haciéndole sentir que yo estaba allí para lo que necesitase cómo le había prometido, pero estaba ausente, la sentía lejos de mí aunque estuviera a mi lado.

Zarah-Un Último SentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora