Ahí estaba de nuevo, sentado en la acolchada silla que su psiquiatra dulcemente le ofrecía cada vez que iba. Ella pensaba que estaba ayudándole a superar su introversión y su falta de confianza en sí mismo, pero en realidad, sólo estaba perdiendo su tiempo. Nadie podría cambiarle a esas alturas. Taehyung sólo había comenzado a ir porque su esposa, Jisoo, se lo había pedido. Podría ser demasiado sospechoso si la rechazara y podría hacerla enojar. Tratar con una madre preocupada de dos chicos era problemático, fue por ello que un día fue. Si había algo útil que había traído conseguir el ir a ese lugar, había sido la oportunidad de conocer a sus compañeros, aquellos que mataban con él. lo podía recordar claramente, todos estaban en el lobby; Namjoon hojeando un revista y Jimin suspirando mientras jugaba con su teléfono. Con tal sólo un vistazo Taehyung supo que ellos eran como él. Cuando los tres pudieron hablar, Taehyung sintió que debía mostrar lo que hacía, cómo llevaba a cabo tal acto. Después de eso formaron una especie de alianza y, para mantener su privacidad, tan sólo revelaron el primer nombre, sus ocupaciones y sus números de teléfono. Eran como un grupo hecho en el cielo.
- Un científico forense, un detective y un estudiante de anatomía entraron a un bar... - Murmuro Taehyung, riendo entre dientes.
- ¿Podría repetir eso, señor Kim? No le oí.
- Sólo estaba pensando en una broma. No me preste atención, doctora, a veces mis ensoñaciones se vuelves más profundas de lo que deberían.
- Eso esta bien. -Sonrió- Ahora, ¿me puede decir como fue su semana?
- ¿Cómo fue mi semana? - El forense había considerado muchas veces decir la verdad, pero su instinto de conservación actuaba como barrera. Por su bien, aquello era bueno, pero por el lado de sus victimas no lo era tanto. Esa semana había sido relativamente vacía en comparación a lo que usualmente solía hacer. Un asesinato, un insignificante y drogadicto que trato de robarle. Taehyung había estado satisfecho, le asentó una certera puñalada a través de su corazón, dejando la sangre fluir a través de la herida. A diferencia de sus compañeros "cazadores" no le gustaba prolongar el acto; el tiempo era esencial. Taehyung siempre había sido prolijo en su trabajo, siempre usando uno de sus viejos trajes de laboratorio, guantes y una mascara para entonces cortar el cuerpo y disolverlo con ácido. Como el investigador científico que era, le sorprendía la cantidad de peligrosas sustancias que podía obtener al mezclar simples reactivos de laboratorio. Cuando Jimin y Namjoon mataban, ellos guardaban los cuerpos en un cuarto a la disposición de Taehyung ya que nunca fallaba al limpiar todo de manera perfecta. En comparación con sus compañeros, su sed de matar era más baja lo cual lo atribuía a su edad. Un asesinato era suficiente para satisfacerlo por una semana así como su esposa lo era con una noche de sexo cada cierto tiempo. La señora Kim era dueña de casa porque podía serlo. Después de todo Taehyung era uno de los científicos más conocidos en Corea; el dinero que ganaba era suficiente para que vivieran con todas las comodidades que cualquiera pudiese imaginar. Siendo honesto, sólo se caso porque la sociedad lo quiso así. Tan pronto como sus compañeros celebraban compromisos y llegadas de bebés, sus padres se preocuparon de buscar a alguien que no fe elegida al azar; era inteligente y bastante bonita como para pasar buenos genes, perfecta para ser aceptada por él.
Taehyung se encogió de hombros cuando la doctora hizo otra aburrida pregunta que buscaba volver a una discusión pasada sobre paternidad. No los había querido precisamente, pero era el ejemplo perfecto para demostrar que era el padre que se esfuerza todos los días para darles lo suficiente. Solían compadecerle, pero no le daba importancia. el resto del tiempo prefería ocuparlo en el laboratorio o bien, en su oscuro pasatiempo. - Entonces, la señora Kim me llamo ayer y dijo que la pequeña Yuna gano la competencia el miércoles. Debe estar orgulloso, ¿verdad?
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「Killer Instinct 」
Bí ẩn / Giật gânTres asesinos seriales aterrorizan las calles de Seúl. Durante años la policía ha estado en busca del trío conocido como "The Animals", famosos por su horripilante patrón de masacres. Matan seguido, dejando una huella de sangre detrás de ellos que e...