«The Wolf» Exilio

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Jungkook no lo podía resistir, sus labios temblaban por el simple hecho de intentar formar una palabra. Parecía como si una herida se hubiese abierto en su pecho de forma abrupta entre las costillas. No se podía mover, sólo sus ojos tenían la oportunidad de moverse, como si buscaran algo. Con lo ultimo que quedaba de sus fuerzas sollozó de manera silenciosa y susurró, mirando haca un lado. Incluso al borde de la muerte él estaba dispuesto a perdonar para buscar y mostrar amabilidad para dar salvación. Y ante él, el asesino cayó en sus rodillas, contemplando la escena entre gritos, pero ya era demasiado tarde...

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Sus ojos se abrieron mostrando el pánico. Taehyung empujó al contrario lejos mientras que su respiración se había tornado irregular, casi dolorosa. Había sentido como si hubiese sido apuñalado como en esa visión. Demasiado profundo; su lazo era demasiado profundo, más profundo que con cualquier otra persona. Para Jungkook, tener un vínculo tan íntimo con otro hombre era extraño y no era natural, pero sus pensamientos sólo se enfocaban en Taehyung y aquello era demasiado como para ignorarlo. Nadie había sido tan amable con un artista callejero anteriormente. La gente le decía que debía obtener un trabajo, hacer una vida y cambiar su actitud, mirándolo en menos como si fuese un animal. Para pelear la injusticia que antes había visto, había decidido ser considerado y comprensivo y aun así, estaba siendo egoísta tratando de imponer sus sentimientos a un hombre que estaba casado. Cuando el mayor se separó, Jungkook se sintió aterrorizado esperando que Taehyung actuase de manera violenta. Quería llorar; llorar por su impulso por cercanía que se veía perecer. El sueño de los labios de Taehyung sobre los suyos y el de sus brazos al estrecharse con los otros en un cálido abrazo se desvanecieron en la oscuridad, donde deberían haberse quedado en un principio. Dos hombres sintiendo talcosa el uno por el otro era algo que no debía ser, pero tratar de llevarse a alguien que ya tenía un lugar a donde pertenecía...
Jungkook ya no tenía fuerzas ara mantener el agarre del mayor o siquiera mirarlo. Hundiéndose, con su corazón lentamente rompiéndose, no mostró sus lagrimas mientras los pasos de mayor causaban eco al salir del apartamento. 

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Agonía. La electricidad sacudió su cuerpo; sus músculos se retorcían y su cabeza daba vueltas descontroladamente.  Estaba caminando, pero no veía a donde sus pasos le estaban llevando. Lejos, muy lejos del núcleo del problema, tratando de desconectarse de la emoción. Los sistemas para su propia preservación estaban al máximo, empujando a Taehyung desde la calidez a otra cosa. Necesitaba traer de vuelva al frío y despiadado asesino; el lobo real. Sus sentidos le llevaron a ese lugar abandonado de la cuidad. Erala hora adecuada para traer a cualquiera a una muerte segura. El científico ni siquiera se tomó la molestia de observar el rostro de la joven que iba a ser su victima, quien le había ofrecido un oral por 10.000 won. Obtuvo más de lo que había pedido. Cuando estuvo listo con ella,pensó que ni su madre podría reconocerla cubierta de sangre aún con las ropas casuales que llevaba. Taehyung se arrodilló a un lado del cuerpo, llorando. Sus lagrimas mezclándose con las gotas de sangre causando un leve eco en la habitación vacía, parecían resonar dentro de él. La persona sobre la mesa debería haber sido Jungkook. 

Taehyung con poca fuerza de voluntad se había contenido al momento de estrangularla al estar en el escondite. Realmente no lo quería. No quería matar, pero el deseo, la primitiva sed de sangre lo llevó a cometer tal acto. En esos momentos sabia que aquel hábito había echado raíces dentro de él tan profundamente que ya no había escapatoria alguna. Taehyung era esclavo de su pecado y ese pecado, le quitaba la cordura, lavando su cerebro a tal punto de hacerle ver alucinaciones e imágenes que no quería ver. Por primera vez, sentado en ese lugar, teniendo la sangre de la desconocida en frente, no supo que hacer. Algo había aparecido en su corazón así como en su mente que debía permanecer dormido.  El solo saber que Jungkook había tenido intención de estar cerca de él, de besarle y abrazarle, confundía al científico. No entendía cómo ni porqué. ¿Qué había hecho para merecer amor o amistar? Las pestañas de Jungkook se había agitado con timidez y sus dedos temblaron cuando la distancia entre ellos se había hecho casi nula. El mayor sintió todo, cada momento de duda y deseo; o peor era que él habría querido darle una respuesta a todo eso, Deseando tomar control sobre cada parte de su cuerpo, podría haber sentido los labios del menos sobre los suyos, pero la bestia apareció. Un final triste. 
El color carmesí cubría la pantalla de su teléfono mientras daba un par de toques a la misma, sintiendo su cuerpo exhausto y su cabeza a punto de estallar. Un sonido indico que había enviado un mensaje a 'Jimin'.  Afirmó su espalda en la pared y antes de saberlo, había perdido la consciencia. 

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