τέσσερα

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Hacía ya tres días de que estabamos en la pequeña casa, Christopher se había encargado de ir a buscar comida y agua mientras yo estaba despierta.La herida del hombro ya había mejorado bastante pero aún me dolían las costillas cuando hacía movimientos muy bruscos.

- ¿Crees de que alguien haya muerto? - preguntó mientras le sacaba la cáscara a su manzana.

- Cuando alguien muere lo siento, no creo que lo haya echo nadie aún.

Chris había encontrado un par de frutas y posiblemente era lo más parecido a la comida que habíamos tenido en días.Me ayudó a levantarme del suelo y a me ponerme la campera, agarramos todas nuestras cosas y salimos de la casa.Christopher no estaba contento de que ya volvamos a caminar, el dice que necesitaba más días de descanso pero yo no quería quedarme más tiempo sin hacer nada.

Afuera estaba bastante fresco, el día estaba nublado y le daba al pueblo una vista un poco triste.Las casas estaban algunas destruidas y otras estaban intactas pero deterioradas por tanto tiempo sin que nadie las habite.Un par de casas más allá había una estación de servicio con autos abandonados, a lo lejos se veía la salida al pueblo.

- ¿Crees que alguien vivió aquí? - pregunté mirando mis alrededores.

- Tal vez.No sé que pudo haber pasado.

Luego de unos quince minutos atravesando el pueblo llegamos al final.Una ruta estaba delante nuestro, a muchos kilómetros se veía como la ruta pasaba por arriba de una montaña.

Me costaba caminar a la par de Christopher debido a que no podía respirar bien, intentaba que este no se de cuenta de mi situación pero me miraba de reojo cada paso que yo daba y al ver que me quedaba atrás empezaba a caminar más despacio.

- No podemos cruzar una montaña contigo así, no seas cabeza dura, por Zeus.

- No, estoy bien..sigamos - me miró con una sonrisa burlona en sus labios - Si me canso, prometo avisarte.

Seguimos caminando sin hablar ni detenernos, el frío viento daba en nuestra cara y nos costaba avanzar.Cada vez faltaba menos para llegar a la gran montaña, pero el problema iba a ser cruzarla, era demasiado alta e ibamos a tardar horas en cruzar una parte.

- Ahora hubiera decidido elegir el camino donde estaba el mar - me queje y la risa del chico resono en mis oídos.

- Seguramente había sirenas esperandonos para atraparnos y cantarnos sus maliciosas canciones hasta matarnos - Chris tenía muchísima imaginación, me reí.

- ¿De donde sacas tantas ideas tontas?

- No lo sé - levantó sus hombros con un gesto de inocencia y sonreí.Sentí un escalofríos.

-  Tienes linda sonrisa - bajé la vista al sentir mis mejillas calientes.

- Supongo que gracias.

[...]

Ya habíamos llegado a la montaña e ibamos caminando cuesta arriba por un camino lleno de árboles.A veces el castaño tenía que sacar su espada y cortar plantas que tapaban el camino,
habia barro por todos lados y eso complicaba la subida.

- Christopher deben faltar unas dos horas para que oscuresca, mira esa cueva - señalé una cueva a un par de metros - Dormamos aquí y mañana continuemos.

- Bueno - entramos a la cueva y me ayudo a sentarme, que era una de las cosas que más me costaba - Hace más frío aquí que en la montaña - se sentó a mi lado.

- Usaremos las frazadas - las saqué de la mochila y nos tape.

- ¿Te duele cierto? - me quedé en silencio - Por eso no querías dormir afuera.

La hija de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora