Olvidar Mi Honor (D.M.H. 2)

Capítulo 1

22 de marzo de 1816

—¿Estás bien?—preguntó mi tía preocupada al verme agarrarme de la pared del pasillo.

—Si, sólo que... nada, no se preocupe.

—Camille, no te preocupes, puedes decirme lo que te suceda.—me miraba con preocupación.

—No es nada, enserio.—me reincorporé.—Hay que apurarnos, tenemos que ayudar a Danielle y a mi mamá.

Asintió no muy convencida.—Bueno.

Hoy era el día de la boda, todos estaban apresurados, colocando los últimos detalles para el gran día, la familia de George había llegado ya.

Muchos se habían preguntado por qué hacer la boda en el campo, cuando se tenían todos los lujos en la ciudad, en lugar de transportarlos al campo; además, los invitados se tenían que devolver a la ciudad ese mismo día, lo cual era una molestia para muchos.

Entramos a la habitación de Danielle, ya tenía puesto el vestido, sólo le faltaban unos cuantos arreglos para estar lista.—Toma.—le pase a mi madre el tocado de flores para que se lo colocaran.

Le pusieron el tocado y siguieron afinando los últimos detalles, mientras yo veía a Danielle y recordaba el día de mi boda, no quería casarme, era obvio por mi actitud de aquella mañana, en la que me encerré desde que me levanté de la cama.

Cada vez que me acordaba de Damien, sentía como mi corazón sufría y me pedía a gritos que parara, pero mi mente no colaboraba, cada momento juntos, estaba simplemente en mi memoria y jamás se iría.

—Tengo que ir por algo, ya regreso.—dije excusándome para salir, me sentía sofocada ahí dentro.

Caminé hasta la habitación del bebé, de donde saqué de atrás de un mueble una cajita que tenía el anillo de bodas de Damien, lo había encontrado en el carruaje y lo traje conmigo.

Respiré tratando de contener las lágrimas, no quería arruinar mi cara poniéndome a llorar y luego que todos noten que había estado llorando. Cerré los ojos y recordé cada momento de aquel día de nuestra boda, ni uno de los dos quería casarse, pensaba que era muy joven, él simplemente no quería casarse conmigo, yo, muy dentro de mí si quería, pero estaba asustada.

Me dolía recordar aquel día, pero era imposible no hacerlo, estaba en una boda, vería a mi hermana gemela llegar al altar del brazo de mi padre, como yo lo hice; ir a los brazos de su prometido, como mi padre me entregó a Damien.

Preferí guardar el anillo y salir de la habitación.

Caminé de regreso y llegué a la habitación, Danielle estaba lista.

—Qué bueno que ya llegaste.—se acercó a mí mi tía y acarició mi vientre.

—¿Ya es hora?—preguntó asustada Danielle, lo pude ver en sus ojos.

—Ya es hora cariño, le diré a tu padre que venga a recogerte.

—Creo que no estoy lista.—dijo aún asustada.

Me acerqué a ella y agarré su mano. —Yo tampoco estaba lista, creo que nadie estaba listo para vivir aquella grata aventura al lado de la persona que amas, pero juntos podrán estar listos.

—Gracias Cam.—acarició mi mano, y suspiró, diciendo que estaba lista.

Sonreí y salí junto con todas, para dirigirnos al lugar donde se llevaría a cabo la boda.

Al final de las escaleras, se encontraba Ian, esperándome para llevarme. Me vio que iba a bajar y se apresuró en ayudarme.

—Gracias.—dije aceptando su brazo.