Capítulo 10

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12 de abril de 1816

Abrí los ojos, los bebés no se habían despertado en toda la noche, así que descansé un poco más. Me senté en la orilla de la cama, me sentía un poco casada, tal vez tome una siesta por la tarde para reponerme un poco.

El día de hoy regresarían los tíos de Damien, aún tenía la duda de qué era lo que estaba haciendo el señor Williams el estudio de Damien. No preguntaría, pero lo observaría más de cerca, algo ocultaba y tenía que saber.

Me levanté y me acerqué a la campanita para llamar a mi doncella, en unos minutos apareció frente a mi puerta dando tres suaves golpes en esta.

—Adelante— dije y entró después de una reverencia.

—Buenos días señora Becher, ¿en qué la puedo ayudar?

—Buenos días Alice, ¿el señor Becher ya bajó?

—Sí, en estos momentos está desayunando.

—Muchas gracias, por favor ve a llamar a la señora Beckett y a la señora Reed.

—Enseguida milady, ¿le ayudo antes con su vestimenta?

—No, yo lo hago, gracias.

—Permiso. —hizo la reverencia y se marchó.

Caminé a mi closet, de donde saqué un vestido rosa, realmente no tenía ganas de bajar, creo que mejor mandaré a que me traigan el desayuno a mi cama.

Me acerqué una vez más a la campanita y la toqué. Unos minutos después escuché los pequeños toques en mi puerta.

—Adelante.

Entró la señora Collins, hizo una reverencia. —Señora Becher, ¿en qué la puedo ayudar?

—Este día me siento muy cansada, preferiría comer en mi habitación.

—Claro, en un momento se lo traigo, con permiso. —hizo la reverencia y se marchó.

Después, fui a la cuna de los bebés, ellos dormían plácidamente, incluso estaban tomados de las manos, lo que me hizo sonreír. Me acerqué más a ellos y besé sus pequeñas mejillas rosadas.

Después de eso, escuché nuevamente que tocaban la puerta.

—Adelante.

Volteé y vi a la señora Beckett junto con la señora Reed entrar, hicieron una reverencia y se adentraron en la habitación.

—Buenos días señora Becher, ¿quiere que nos llevemos a los niños? —preguntó la niñera.

—Sí, aún no despiertan.

Me quedé mirando cómo tomaban a mis hijos y se los llevaban a su habitación.

—Permiso. —dijeron ambas y se retiraron cerrando la puerta.

Caminé nuevamente a mi cama, al lado de esta en la mesita de noche vi la nota que había decidido hacer para Damien, la tomé y la leí.

— ¿En qué estaba pensando? Esto no servirá de nada, además que seguro en cuanto se dé cuenta de que es mía la tirará.

La volví a dejar en la mesita y me empecé a cambiar.

Cuando terminé de cambiarme, escuché a la señora Collins tocar, traía mi desayuno.

—Adelante. —Entró y dejó mi desayuno en la mesa del centro de la habitación, después se marchó. Me acerqué a la mesa, me senté y comencé a comer.

Mientras comía, vi por el ventanal cuando el carruaje de los tíos de Damien llegó. Me levanté y me acerqué al balcón.

Vi que se bajaron sus tíos y seguido de ellos se bajó una joven de cabello rubio, traía una sombrilla. Vi a Damien salir de la casa a recibirlos, saludó a la joven con un beso en la mano, lo vi sonreír.

Olvidar Mi Honor (D.M.H. 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora