Capítulo 17 Parte 2

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17 de abril de 1816

Llegué a mi habitación, donde las velas estaban encendidas. Me acerqué a una de ellas y abrí el sobre que tenía en manos.

"Camille

Seguro esta carta llegará con días de diferencia a la anterior, y si me responde la anterior, seguro no podré leerla. Una disculpa por anticipado. 

Mis negocios en Francia acabaron antes de lo esperado. En estos momentos, me encuentro alistando mi viaje de regreso a Londres, llegaré antes de finales del mes de abril. 

Espero que todo esté bien en con su familia en Winchester, y con mi amigo en Wellington. 

No tengo más que decir, hasta llegar y conocer al heredero de Wellington. 

Robert Murphy."

Con una felicidad inexplicable, me puse en pie con la carta en mano. Me sentía nerviosa, sin saber porqué. No le escribiría de vuelta, seguro venía en camino y mi carta no le llegaría a tiempo, por lo que tendría que esperar a que él llegase a Londres.

Sonreí y dejé la carta en mi mesa de noche, donde vi mi anillo de matrimonio brillar, lo que me borró la sonrisa y me hizo sentir mal. Sentía que engañaba a Damien con sólo mis pensamientos. 

Quité aquellos pensamientos que me atormentaban y me alejé de aquella carta, para ir a la habitación de los bebés. 

Caminé por el pasillo, donde escuché a Damien subir las escaleras, por lo que apuré mi paso para llegar y que no me viera, pero fue en vano.

—Camille.—soltó con algo de impresión.

—Señor Becher. Sólo voy a ver a los bebés.—expliqué con nerviosismo, sin saber por qué.—Buenas noches.—hice una rápida reverencia y me fui casi corriendo, sin esperar respuesta de su parte. 

Llegué y vi a la señora Beckett tejiendo un ajuar. Cuando me vio, se puso en pie y reverenció.—Señora Becher.

—Sólo vengo a verlos. ¿Han despertado?

—Sí, pero la señora Reed los ha alimentado y han vuelto a dormir.

Asentí.—Si se vuelven a despertar, me los lleva a la habitación.

—Desde luego.—hizo otra reverencia y salí de ahí a mi habitación.

Caminé por el pasillo, la puerta de Damien estaba abierta, algo raro. Me apresuré a abrir la mía y entré de inmediato. Me recargué detrás de esta, volteando a la que comunicaba mi habitación y la de él. Después de varios minutos, no escuché movimiento, por lo que me moví de la puerta y comencé a cambiarme sola. 

Una vez me puse la bata, me senté frente al tocador con espejo. Deshice mi peinado y quité los broches en él, poniéndolos sobre el tocador; quité mis pendientes y los guardé. Tomé el cepillo y lo pasé por mi cabello, mientras pensaba en Damien; su mirada había cambiado hacia mí, lo sentía menos alejado que al principio, como si empezara a realmente aceptar la idea que yo estaría a su lado, aunque no me recuerde en lo absoluto. Cerré los ojos y me  recargué con los codos en la mesita de este. ¿Qué debía hacer? Todo era muy raro últimamente. Sacudí mi cabeza y seguí despojándome de mis joyas.

Una vez acabé, me levanté y serví agua en la copa, la cual tomé. Volteé a la puerta, donde vi bajo el pequeño espacio de esta, la sombra de Damien moverse de un lado a otro. Seguro también estaba cambiándose.

Olvidar Mi Honor (D.M.H. 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora