Olvidar Mi Honor (D.M.H. 2)

Capítulo 15

15 de abril de 1816

Caminaba al lado de Ian por el Hyde Park, él estaba muy emocionado, yo no, en realidad, pero debía de poner mi mayor esfuerzo. Iba con una sombrilla en mano, hacía un poco de calor. Esperaba que aquella reunión acabara pronto.

—Le gusta hablar del jardín, puede que te suene algo fastidiosa, pero una vez la conoces, es la mejor persona del mun...—volteé a verlo.—...claro, tú también lo eres.

—Tranquilo Ian, déjame descubrir por mí misma todo, sino, ¿por qué vine?

—Tienes razón, lo siento, estoy un poco nervioso.

—Creo que la nerviosa, es ella.—le dije señalándola, pues se paraba de la banca, volteaba a todos lados, y después se volvía sentar.

—Sí.—dijo con una sonrisa.

Yo sólo reí.—Ya está, vamos, antes de que nos arrepintamos. 

—Desde luego.

Caminamos un poco más rápido hacia ella, que al vernos, se puso de pie de inmediato con una gran sonrisa. Grace es una joven muy guapa, tiene el mismo color de ojos que su hermano Edward, son marrones, pero muy expresivos, sus mejillas siempre están rosadas, además de que siempre se le ve sonriendo, lo que marca sus hoyuelos; su cabello es de un castaño claro. Ese día vestía un vestido rosa claro, con unos pendientes pequeños y sencillos, pues lo que más lucía, era ahora su anillo de compromiso.

—Ian, Camille.—dijo una vez llegamos a su lado con una gran sonrisa.—Hola.

—Grace, siempre tan hermosa.—contestó Ian besando el dorso de su mano.—Aquí está, como te lo prometí.

—Grace.—dije con una sonrisa, también.—Es un placer verte.

—El placer es mío, Camille. Luces espléndida.

—Muchas gracias, al igual que tú.

—Bueno, bueno. Vamos a dar un paseo.—dijo Ian sin parar de sonreír, al mismo tiempo que ofrecía ambos brazos para nosotras.

Así comenzamos a caminar, una a cada lado de él. Al principio íbamos en silencio, pero Ian comenzó a hablar.—Es un día muy hermoso, ¿no lo creen?

—Sí, lo es. Es de mis épocas favoritas del año, la primavera. ¿Cuál es la tuya, Camille?

—También me gusta la primavera, mucho más por las noches. Disfruto de sentir la brisa primaveral.

—Es muy refrescante, además de que el olor que desprenden las flores, inunda todo el hogar.

—Desde luego.

—Sé que en mucho tiempo no hemos hablado, lo cual se me hace un poco lamentable.

—Supongo que por tonterías, no hemos hablado.

—Así es. Sé que tal vez no sea de tu agrado, pero me gustaría que me des la oportunidad de conocerte mejor, creo que sería bueno que nos llevemos bien.—dijo lo último pasando a mi lado con una sonrisa, la cual es muy contagiosa.

—Desde luego, deberíamos de llevarnos bien, ¿no Ian?—dije hacia Ian, que se limitó a reír.—Dejemos de lado nuestras diferencias.—seguí con sinceridad, en realidad, no era la misma que había conocido a los siete años.—Creo que podríamos llevarnos bien.

—Claro. Supongo que Ian te ha comentado ya de Ir...—dijo lo último con algo de duda, recibiendo aprobación de parte de Ian.—...landa.

—Desde luego, y me parece bien. Irlanda se ve un hermoso lugar para vivir.