CAPÍTULO 5

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Jimin esperó a que le conectaran con uno de los encargados del teléfono.  

- Periódico BigHit, a sus ordenes. 

- Comuníqueme con... -Miró el nombre del columnista. -Min... Yoongi, el columnista Min Yoongi-

- Los siento, el escritor no esta disponible.

- ¡Se esconde ttebayo! Cobarde... señorita, necesito hablar con el.  

- Si gusta, recibiremos su queja nosotros y haremos lo posible...  

- ¡¿Crees que nací ayer?! Dígale a Min Yoongi que se cuide por que lo mataré ¿Me oyó? ¡Lo mataré!  

La llamada terminó, Jimin arrugó el pedazo de papel y lo tiró al suelo, estaba por pisarlo cuando escuchó el estornudo de su hijo.   

- ¿Jihoon? ¿Llevas mucho tiempo ahí?   

- Desde que marcaste.   

- Ya veo... escucha, yo...   

- Estás muy feliz hoy ¿verdad?   

- ¿Eh? - Jimin esperaba que Jihoon se asustara por su conducta no que estuviera tan pacífico.  

- Cuando estas con el, estas feliz.  

- ... ¿Tu crees?   

- Si, eso veo. Papi, vamos a comer ya.  

- Claro, ayúdame a preparar la mesa.  

- Ya lo hice.   

- Bien. ¡Hoy comeremos ramen!  


Yoongi se estiró en su silla, estaba pasando a computadora su siguiente capítulo, era de esos escritores de alma vieja que necesitaba inspirarse con paisajes naturales y un buen café. Miró sus páginas impresas, llevaba ya 270 y pronto finalizaría su preciada historia. Deseaba ganar ese concurso y que la editorial publicara su libro  

-Por fin...  

- Van a estar orgullosos de mi. - Se prometió en el resguardo de su sala.   

Cuando decidió mudarse, planeó todo en silencio y buscó con tiempo un lugar accesible pero habitable por un Min como el, no era el gran lujo al que estaba acostumbrado pero sabía que valía la pena el sacrificio.  

El departamento solo contaba con una habitación, cocina y sala. No había mucho espacio para poner un comedor así que lo omitió y el baño... incluso el de su trabajo era mas amplio. Sin embargo, vivía cómodamente en el, todo lo que tenía ahí lo había comprado con su propio dinero y muchos sacrificios por eso estaba orgulloso.   

Iba a extrañar ese auto pero aceptaba el movimiento de su padre, total, no era suyo en si. Veía, desde muy pequeño, como si su progenitor fuera un rey en el ajedrez y el debía ganarle... era algo que ambos compartían en silencio, ni siquiera Tae tenía esa clase de relación con su padre. -Yoongi pensaba que su hermano hubiera hecho papilla a su papá en cualquier momento.- Así que debía ser fuerte y soportar.  

Su celular sonó, su tono era un simple pitido cada cinco segundos, sin vibración, sin ritmo.  

- Diga. 

- Yoongi  ¿estas en casa? -Era Mina, ella estaba sentada encima de su escritorio con un papel en la mano.   

- Depende...  

- ¿Depende de qué...?  

- De si quieres venir.  

- Pues... ya que lo mencionas...   

La verdadera dicha de la felicidad. (Adaptación yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora