"Frases que algún día te diré"-Goldred

❄-Anécdotas IV

¿Alguna vez sentiste miedo de lo que podría la gente pensar de tí? Una sensanción tan sofocante y dolorosa como estar ahogándose en el mar.
Era sumamente horrible escuchar los murmullos de todos hablar de el a sus espaldas, escuchaba cada insulto y chisme que surgía desde la oscuridad del instituto.

—¿Escuchaste lo que dijeron acerca de ese chico? —escuchó Fred abriendo su casillero—. El es un marica.

Una palabra que Fred escuchaba seguido, un insulto que pareció resonar por las paredes blancas de la institución como un eco.
Terminó de colocar la clave de seguridad y en ese instante su casillero se abrió, develando las malígnas notas que la gente solía colocar dentro de el. Suposo que ahora todos sabían muy bien su contraseña. Por lo menos esta vez no había basura dentro.

Todo había surgido por una simple foto. Un estudiante los había visto besarse y decidió "capturar el momento" Para luego subirlo a todas sus redes sociales. Golden había logrado excusarse diciendo que fue un accidente, pero Fred no pudo hacer nada, cada vez que abría su boca, la gente revolvía sus propias palabras creando oraciones diferentes a las que originalmente el de cabellos azabaches había dicho.

Fred tomó las notas en sus manos y las arrugó, para luego tirarlas a la basura. Vió como la cabellera rubia de su amado se movía por los pasillos, rodeado de sus mejores amigos y otras personas las cuales le iban a pedir autográfos. El piel más pálida estaba feliz de que no hubiese perjudicado a Golden, después de todo, la culpa solo debía caer en el.
Valía la pena escuchar insultos para ver su sonrisa, la cual nunca era dedicada a el.

—Sigue sonriendo —comentó para sí mismo caminando hacía su hogar—, me alegro por el.

El año escolar estaba por terminar y Fred iría a estudiar al extranjero, en donde estaban sus padres, claramente, eso significaba dejar de ir a la institución donde actualmente recibía clases.
Escuchó los pasos de Golden y sus amigos delante de él, no parecían tener tantos problemas como Fred.

La felicidad que tanto emanaba el de cabellos color azabache se vió interrumpida por la mirada de cierto rubio en el. Había parado de caminar y lo miraba fijamente, junto con sus compañeros, los cuales no entendían la expresión de horror que su rostro reflejaba.

—Fred...—parecía intentando encontrar las palabras
indicadas—no te me acerques, me das asco.

Le dolió muchisímo, pero aún así su sonrisa no desapareció, si todos pensaban que estaba bien eso era suficiente.
Lágrimas escaparon por sus hermosos ojos color azabache y colmaron sus mejillas, su sonrisa seguía sin desvanecerse, lo que sorprendió a Golden.

—Lo sé.

Lo saludó con la mano, como si estuviese despidiéndose de su mejor amigo, y luego corrió hacía su hogar lo más rápido posible.

Tal vez el tenía razón.