Golden caminaba contento por los pasillos, después de despedirse de sus amigos a los cuáles no vería en las vacaciones. Abrió su casillero y lo vació por completo, para después meter dos libros y un par de dulces de naranja en su mochila. Todos sus compañeros se habían ido, incluído el chico al cual había tratado de manera tan deprorable. Tragó saliva, de solo recordarlo se sentía peor, realmente no quería haberle dicho esas cosas horribles, pues gracias a el había comprendido que todos podían sentirse atraídos por cualquier persona, sin importar su genéro. Esa conclución la conjugó días después de su último encuentro, por ello no había logrado encontrarlo para hablar con él, sabía que Fred no querría dedicarle palabra de ahora en adelante.
Cerró su casillero con cuidado y observo como frente a él pasaban los últimos alumnos restantantes en la institución, ahora solo quedaba él y Bonnie, el cual estaba en el salón limpiando el pizzarón acompañado de un chico que Golden no logró reconocer, pero que parecía bastante nervioso y avergonzado.
Siguió su camino lentamente, pero paró en seco al notar que un casillero había quedado abierto, alguien salió con tanta prisa que olvidó cerrarlo. El rubio suspiró y lo examinó con la mirada, más de cerca, parecía estar bastante desordenado, miles de notas estaban pegadas en su interior, también habían restos de basura y útiles escolares. Un cuaderno se situaba en el medio de una cartuchera color azul marino y de una nota que decía un insulto bastante desagradable que sorprendió al rubio.
Miró el cuaderno con cuidado, tal vez si lo abría sabría de quien era y podría entregárselo a tiempo durante las vacaciones. Lo agarró con cuidado y movió la tapa, para lograr ver por fin la primer hoja, o mejor dicho, la anteúltima, pues solo había dos hojas dentro de ese cuaderno, solo quedaban restos de las demás, qué al parecer habían sido arrancadas con rudeza.
—¿Quién arranca las hojas de su propio cuaderno? —se cuestionó en voz alta.
La primer hoja solo tenía escritas unas cuantas palabras: "Deseo que su seas quién encuentre esto"
Golden notó que la caligrafía le resultaba muy familiar, era muy pulcra y estilizada, sin ningún error o inperfección.
Luego de leer una y otra vez el primer mensaje, se preguntó si él era la persona a la cuál se le dedicaría la siguiente hoja. Suspiró con pesadez y la pasó con lentitud, casi en cámara lenta.
Sus orbes color plata se abrieron como platos al leer las últimas palabras de aquel ente desconocido.—¿Es de Fred?
Era exactamente la misma letra que una vez había visto del de cabellos azabache.
Se apoyó en la pared y fue descendiendo hasta quedar sentado en el suelo, completamente destrozado. Sus ojos se llenaron de lágrimas y su corazón dio un enorme vuelco.Había comprendido que enrealidad Fred estaba perdidamente enamorado de él y que no solo era un amor de secundaria. Se sintió un completo idiota por menospreciarlo y lastimarlo de tal manera.
Soltó un sollozo y abrazó la nota del chico qué, ya manchada con lágrimas, decía:"Golden, te amo."
—Última frase que algún día te diré.
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"Frases que algún día te diré"-Goldred
Fanfiction❄-Libro en el cuál, Fred, un chico, se enamora de Golden, otro chico.