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El lamborgini de color negro, lo aparcó delante de la clínica. Joel se quitó las gafas y miro por la ventanilla. Jugueteo con la foto en sus dedos, volvió a mirar al chico que había en ella. Precioso. Joel se acomodó en el asiento de su auto. Miraba detalladamente la foto de aquel chico. Algo distrajo su atencion. Eran las siete y media de la mañana, y alguien abría la clinica. Lo vio, de espaldas metiendo la llave en el cerrojo del portal. Llevaba una camisa de media manga y unos jeans de color azul. Entro y dejo la puerta abierta

–Bueno vamos a ver que aplicado es en su trabajo—Joel intento asomarse, vio a Erick terminando unos arreglos en la oficina principal. Se relamio la comisura de los labios al verlo, le parecia bonito el ojiverde y de hermoso cuerpo. Alguien entraba por la puerta.

–Buenos dias, precioso—El se giró y se levantó, analizando quien era. Sonrio.

–Hola Alex—obserbo que llevaba algo en las manos— ¿Y eso?—Alzo una ceja.

–Es para ti —Extendio su mano y le entregó un ramo de flores hermosos.

–No hace falta que me des nada...—Dijo Erick finjiendo una sonrisa. Joel no dejo de observarlos. Sacó un par de fotos con la camara que le había prestado Schefer.

Así que? Estas con ese criminal—penso joel y a la misma vez sonriendo— La sorpresa que te vas a llevar cuando te diga que es un coleccionador de hombres muertos— Se volvió a acomodar en el asiento y siguió observándolos.

–Espero que hoy aceptes la cena...—Dijo Alexander acercándose a el. Lo intentó besar, pero Erick lo rechazó. Joel soltó una leve carcajada.

-Buen chico sigue rechazandolo—decia joel casi en un susurro y sonriendo ante tal escena. Una sonrisa limpia y blanca, que haria estremecer a cualquier persona con sólo verla. Agarró su calibre 38 y lo coloco en el borde del pantalón, camuflado.

Alexander lo miro apenado

–¿Que es lo que no te gusta de mi?—Dijo Alex abriendo sus brazos

– A ver...—Erick puso los enormes ojos verdes en blanco— Eres muy atractivo y tendrás a muchos hombres detrás. Pero a mi no me gustas— Alex se le avalanso. Las alarmas de Joel despertaron y se dispuso a salir. Pero lo único que hizo Alex fue besarlo. Erick lo forso a dejarlo.

–Piensalo ¿si?—Alex se giró dejándolo perplejo. Erick negó con la cabeza y se metió a la clínica masajistas  de nuevo

Bien...—Joel miro su reloj—Las ocho—Si tío que alguien entró a la clínica, se fijó en quien era. Una mujer más o menos de la edad de Erick, rubia con el cabello recogido. Iba con una falda apretada negra, dejándole ver las piernas. Una blusa blanca,escotada,que daba bastante imaginación. Joel volvió a sonreír.

–Vaya con la Secretaría, tampoco se queda atras—Abrio la puerta del coche y salio cerrando con el mando inalámbrico, el precioso lamborgini.

Protegeme  ||Joerick|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora