Protegeme ||Joerick||

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– ¿Que pasa? Siempre te gustó ablar sobre los chicos con migo —hablo Zabdiel

– Lo se, pero no de clientes, casos o testigos

– Tenés que pase lo mismo que pasó con Alan —no fue una pregunta, fue una afirmación. Joel no dijo nada, pero eso mismo lo delató— no tiene porque

– Lo se, pero desde entonces he aprendido la lección

–Tomate un descanso —sugirio Zabdiel— lo necesitas. Y si no lo haces pronto me verás a mí entre tus piernas —el apuesto boricua se  levantó y se fue riendo,hasta su habitación.

Erick apareció. Con el jersey de Joel que le llegaba un poco por encima de las rodillas.

– ¿Qué tal la ducha? —se atrevió a decir Joel.

– Muy,muy bien —dijo estirándose y mostrando algo más del muslo— estoy súper relajado.

Pues si supieras qué tan tenso estoy yo muñeco....

– ¿Tienes algo para beber? — pregunto el azabache, Joel arqueo una ceja.

– Acabas de llegar aquí y, ¿ya pidiendo? —mascullo el rizado

– ¿Que quiere? Tengo sed y ya sabes qué hacer, sé que no te caigo bien —le dijo mirándolo con ojos de niño inocente— Y sé que no me quieres aquí, que es solo por tu trabajo. Pero sólo tienes que meterme en tu precioso auto y devolverme a la ciudad.

– No haré eso, ¿Para que? ¿Para que te maten? —dijo con una sádica sonrisa— entonces no cobraría por este caso —erick suspiro y se dirigió hacia el refrigerador.

– Te importo solo por el dinero ¿Cierto?

– Claro, no sabes el dinero que ganó en Mi faena, por algo tengo todo esto —abrio los brazos— Y si tengo protegido a un testigo como tú —puso los ojos en blanco— Además, arriesgo mi vida también en este trabajo.

– Es lo que tú eligiste –Joel lo miro serio. Mal, frío, como el era. Nada de sentimientos, nunca.

– ¿Tienes que tener siempre la última palabra? —preguntó.

– Si —le contesto, enfadandolo, dando un trago a un jugo de limón. Joel observó cómo se relamia esos deseables labios.

– Hum...... —murmuro Joel acomodándose los pantalones.

– ¿Por casualidad.... —dijo volteándose hacia el de nuevo— no tendrás ropa o boxers de mi talle....algo para mí?

¿Algo para ti? Ven, bájame los pantalones, y verás lo que tengo para ti muñeco.