Capítulo 6

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Adolescencia: Expectativa/Realidad

Recordar el instituto desde mi perspectiva, no es extremadamente un sueño perfecto como el que vemos en las películas de Hollywood donde es música, canto, baile y romance... A no, eso es High School Musical. Ino fue la expectativa y yo la realidad. Mis problemas típicos como los días que mi pelo estaba hecho un asco, los granos, las imágenes del infierno en clase, no tener nunca ropa adecuada, no tener acompañante para los bailes, la grasa infantil -de la que nunca conseguí librarme-, que me eliminaran de los equipos, perder las elecciones para tesorera de la clase, cosas así. Ah, y la abrumadora sensación de tristeza y angustia que iba y venía cuando quería -principalmente una vez al mes-, al parecer sin que yo pudiera controlarla. Simples cosas de la adolescencia. Clichés que todos viven. Todos menos Ino Yamanaka, que los cuatro años del instituto fueron <<perfectos>>.

Muchas veces fui el mal tercio, entre ella y susmuchos novios. Recuerdo las veces que <<la sin novio>> -o sea yo-tenía que vigilar para que ningún profesor interrumpa la sesión de besos entreIno y Hidan Jashin detrás de las gradas. Ella era muy coqueta y tenía a cadachico que quería bajo sus encantos, pero aun así sus amigas estábamos antes.Ino prefería inventar una excusa barata para dejarlos plantados a ellos antesque a Shion y a mí. Siempre éramos primero, lo cual era asombroso en una chicatan popular como ella. Aunque era más frecuente que nos incluyera en en sus planes que plantarlos. Nos recuerdo a los cuatro en la misma fila del cine, Shion, yo, el romance del mes e Ino. Ella era atrevida e independiente, cosa que es extraño en una chica de su edad ya que la mayoría deja que los sentimientos por los chicos las absorban por completo. Los muchachos que estaban con ella la mayoría de las veces quedaron muy enganchados de Ino, tanto que han pasado muchos años y ella aun recibe e-mails de Hidan para su cumpleaños, y eso que esta casado y con hijos. Bueno, la que puede, puede.

Hasta el día de hoy Ino habla de los días de preparatoria como lo mejor del mundo. Me da un escalofrío cada vez que lo dice. Es verdad, tenemos buenos recuerdos de aquellos días y disfrute de una popularidad -gracias a ser la mejor amiga de Ino- moderada. Me encantaba ir a ver los partidos de futbol con Shion, nos pintábamos la cara de azul y naranja, nos sentábamos en la parte más alta de las gradas y gritábamos a todo pulmón a Ino, que estaba abajo, entre las animadoras. Me encantaban los sábados de helados en Colonian Ice Cream, donde siempre pedíamos y repartíamos entre las tres lo mismo. Un helado sundae de tres leches, un pie de Snickers y un pedazo grande de Brownie con doble chocolate.

Recuerdo a mi primer novio, Sasori Akatsuna, que me pidió ser su novia en el último año. Sasori era como yo, un chico bueno que seguía las reglas, una versión mía en masculino. No bebía ni consumía drogas, se sonrojaba y se sentía culpable al hablar de sexo. Ino, que había perdido la virginidad en el segundo año, con un estudiante inglés de intercambio, llamado Shikamaru, siempre me daba instrucciones de como romper la barrera de Sasori y corromperlo para que nos perdamos en el camino del mal. <<Agarrale el pene y así, te garantizo que hará lo que pidas>>. Pero jamás lo hice, yo era absolutamente feliz con nuestras largas sesiones de besuqueos en la casa que tenía sobre su árbol detrás de la casa de sus padres y nunca tuve que preocuparme del sexo seguro ni que condujera borracho. Así que mis recuerdos no son tan glamurosos, por lo menos lo pase bien unas cuantas veces.

Yo estuve rodeada de los clichés de adolescencia, como el acné, una que otra burla hacía mi forma de vestir, complejos por mi talla, rebeldía por piercing y hacer lo que quería con mi cuerpo, a veces extraño las discusiones con mi madre sobre el porqué no debía teñir mi cabello de rojo. Es decir, cosas que toda adolescente pasa. Todas menos Ino, que hizo lo que quizo y jamás tuvo complejos sobre ella misma, tiene una seguridad desde muy pequeña. Claro que adoraba el instituto, porque el instituto la adoraba a ella.

Al parecer, muchas chicas con esta opinión de su adolescencia, luego pagan. Son las que se presentan a la reunión de generación diez años después gordas, divorciadas, con muchos hijos -o mascotas- que solo se dedican a querer volver a los días de gloria del instituto. Pero Ino no, a ella la vida le sigue sonriendo y cada vez es más dulce, Ino tiene el mundo agarrado de las pelotas. Era -y es- una descripción perfecta. Ino siempre consigue lo que quiere. Y eso incluye a Sasuke, el prometido perfecto.


Le dejo a Ino un mensaje confirmándole que no iré a la cena. La verdad es que, de repente, tengo mucha hambre. Busco los menús y llamo para pedir una hamburguesa con queso cheddar y papas fritas. Supongo que no voy a perder kilos antes del último lunes de mayo, Día de los soldados muertos en campaña. Mientras espero la entrega, me imagino a Ino y a mí jugando con el listín telefónico, hace ya tantos años, preguntándonos por el futuro y por lo que nos traerían los treinta años.

Y aquí estoy yo, despidiéndome de mi fantasía de tener un marido guapísimo, dos hijos, una casa y un matrimonio fantástico a los treinta. Pulso <<rellamar>> en el teléfono y añado un helado de chocolate al pedido. Imagino a la chica sentaba al fondo del jurado, ella me hace un guiño, ella me entiende. Opina que el helado es una idea excelente. Si lo miramos bien, ¿No nos merecemos todas unos momentos de debilidad el día de nuestro cumpleaños?

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~NelaMoon~

Algo Prestado -Adaptación SasuSaku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora