Capitulo 22: Para siempre

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Jeje...Holi...
Verán, hace ya un rato comunique que haría el final de la historia. Después de leer, hacer algunas anotaciones y eliminar algunas partes, logré terminar ese paso. Entonces, este será el capítulo final.

Nunca he estado tan preocupado en un hospital. De estar aquí tan solo una hora es como juntar todas las veces que he estado, sentir todas las emociones de todas esas ocasiones, y, sentirte mucho peor. Mamá no ha pronunciado palabra alguna, tampoco es que quisiera escucharla en estos momentos, papá solo me mira preocupado, Nando me ofrece cada 10 minutos un poco de agua o algún dulce, pero no acepto nada. Teo llega, solo la miró, intenta abrazarme pero me rehusó. Pasado ya un tiempo de hora y media, llega un doctor que se acerca a nosotros.

- Ustedes vienen con la señorita Xochitl? -. Decía el médico al llegar a la sala.

- Sí, doctor -. Respondio Leo.

- Veran, no hay nada de que preocuparse, el golpe le causó solo una contusión, quedó inconsciente por este lapso, la mala noticia es que se rompió una pierna y tiene algunos moretones y rasguños, tardará un mes en sanar la pierna -. Comento el médico de forma tranquila.

- Me alegro, doctor. Y ¿como está en estos momentos? -. Pregunta Leo de forma más tranquila, pero aún con preocupación en su rostro.

- Oh, preguntecelo usted mismo. La razón por la que vine fue porque acaba de despertar, puedes entrar cuando gustes -. Dijo antes de recibir un nuevo llamado e ir a atender.

-Muchas gracias, doctor. -Leo empezó a sentir una enorme alegría, saber que está bien y que podrá verla. Tomo rumbo al cuarto que se le indico, toca la puerta sin hacer mucho ruido y abre lentamente la puerta. - ¿Xóchitl? -. Pregunto muy esperanzado en recibir la respuesta de la joven.

- ¿Eh? ¿Quién eres tú? -. Fue la respuesta de esa joven.

- ¿Xochitl? ¡¿Que te pasó?! -. Volvió a preguntar a la joven con un poco de exaltación.

- Jaja, estoy bromeando -. Dijo Xóchitl con su clásica y adorable risa. -Pasa, Leo -. Le indico a su novio.

- Uf, que susto me diste -. Con calma este se sentó en la orilla de la camilla. - Me da mucho gusto que estés bien, me preocupe bastante de que te llegará a pasar algo más... -. El joven se contuvo a apretar las sábanas que cubrían a la chica herida.

- Tranquilo, Leo -. Respondio ella tomando la mano de su novio para tranquilizarlo. - No debes preocuparte, mis padres siempre dicen que necesitan más de un camión para arrollarnos -.

Esa afirmación ayudo a que los jóvenes olvidarán lo que estaba pasando y rieron durante algunos segundos, que poco a poco se fue apagando al recordar justamente el porque están ahí para empezar.
Ninguno quiso hablar de lo sucedido, no sabían cómo sacar el tema. Se dedicaron a tomarse de las manos y bajar la mirada.

Un golpe en la puerta los hizo regresar en sí. Ambos miraron a la puerta, pensando que sería Teodora, Juan o el padre de Leo.

- ¿Se puede? -. Una suave voz de una mujer se hizo presente. Ellos sabían quién era.

- Adelante -. Respondio Xóchitl con amabilidad.

Era la madre de Leo quien solicito entrar. Con mucho cuidado abre la puerta, asoma un poco la cabeza para mirar a los jóvenes, lentamente se acerca a ellos con una postura tímida, con las manos enfrente y la mirada hacia abajo. Se detiene al quedar a unos cuantos centímetros de la cama, del lado contrario donde se encontraba su hijo.
Los chicos sabían que ella quería hablar, así que esperaron a que estuviera lista. No paso mucho tiempo cuando decidió hablar.

UN AMOR PARA ENCONTRAR ,LIBRO UNO:EL ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora