JESSICA
-Oye, lo de hoy en la mañana –suena algo… ¿Extraño? No se si esa sea la palabra, además, con su estado cambiante, ya no sé ni que pensar –en el aeropuerto, yo… no fue mi intención.
-¿Te refieres a por cómo me hablaste? –digo esperando a que sea esa la respuesta –no te preocupes, ya estoy acostumbrándome a eso.
-No, pero lo siento también por eso.
-¿Entonces? –creo que ya sé a qué se refiere y preferiría no recordarlo.
-Me refiero a lo de hoy, cuando estuviste por caerte y yo te alcance a salvar y después…
-No digas nada, olvídalo, solo digamos que no sucedió –lo interrumpo, además es verdad, no sucedió nada, apunto sí, pero jamás pasó.
-De acuerdo –finaliza y sigue manejando a través de la carretera hacia París.
El viaje es un poco callado después de eso, pero no importa, me da tiempo de pensar y hacer mi tarea, me coloco mis audífonos y me sumerjo en la inmensa tarea que tengo, lo bueno es que tengo el hábito de cargar con la laptop a donde quiera que voy, es mi salvadora, su funda tiene la imagen de un libro, por lo que es fácil dejarla en cualquier parte, además de que todas las personas que la llegan a ver solo piensan que es un libro viejo y gordo.
-Hemos llegado –dice Robert quitando un audífono y susurrando en mi oído.
-¿Y dónde estamos exactamente? –es una calle inmensa con tiendas de diseñador por todos lados, frente a nosotros esta Yves Saint Laurent, está también Hermès, Prada; Kr siento en esas típicas películas donde la chica de pueblo va a la ciudad y queda maravillada hasta por la cosa más estúpida.
-Estamos en la calle Rue Royale, hacia arriba esta la Plaza de la Concordia y hacia abajo esta Madeleine, al este está la Plaza Vendome –dice con una sonrisa de satisfacción en la cara –Pasaremos a Yves Saint Laurent a comprarme un poco de ropa, necesito la ayuda de una mujer para no comprar ropa que se me vea mal, tu entiendes de eso ¿No? Vanidad si es la palabra correcta para esto.
-Claro, por favor soy mujer, es obvio que se dé esto –miento ¿Qué no se acuerda cuando estuve en si oficina y que me hizo cambiar de ropa?
Entramos y Robert empieza a elegir trajes al azar y se los prueba para después modelarlos para mi, yo solo digo que si y en ocasiones digo que no, pero son raras todo se le ve bien; pasa a la ropa casual y elige un chaleco de piel del estilo chico malo de motocicleta, camisetas y pantalones de mezclilla. Primero inicia probándose unos pantalones de mezclilla obscuros pegados a las piernas y el chaleco de piel a medio abrochar, dejando ver sus impresionantes músculos de los brazos y pecho.
-Y bien ¿Cómo me veo? –una sonrisa esta dibujada en su rostro, mi cara ha de ser todo un poema por esa sonrisa de satisfacción que tiene, así que recupero la compostura y para cubrir esa musculatura un poco y pueda pensar añado.