He de amarte

Celarte

Disclaimer: Los personajes son propiedad de Akira Toriyama & Toei Animation. No tenemos fines de lucro.

Por: Ary Lee y Vidian.

Capítulo 2. Celarte

—¡Bardock, ya detente! —espetó Fasha —. Están todos muertos.

—Quítate o no respondo —bramó, colérico.

En un intento desesperado por lograr que se calmase y terminase esa especie de rabieta desquiciada, Fasha levitó en el aire hasta posicionarse frente a su capitán. Era una de las pocas personas que se atrevían a hacerle frente cuando se encontraba así de enfadado, pero comenzaba a creer seriamente que, en esta ocasión, su intervención sería un rotundo fracaso, probablemente, ni el argumento más sensato que utilizase conseguiría hacerle entrar en razón.

» ¡Apártate!

—Cálmate —le solicitó, esbozando una sonrisa de puro nerviosismo. Notar como Bardock reunía una enorme cantidad de energía en sus manos, la hizo tragar saliva bruscamente —, nuestra misión era acabar con los habitantes y ya lo hicimos.

—Tooma, apártala de mi vista o la mataré.

Antes de que el aludido pudiese intervenir, la única fémina del escuadrón decidió retomar la palabra.

—Nunca pensé que mi comentario respecto a Gine y ese imbécil de la distribuidora de carne te pondría así...

Bastó con que mencionase aquello para que Tooma la jalase de un brazo y la apartase hacia un costado.

Pues en menos de un segundo, ambos apretaron los párpados con fuerza al oír un estruendo horrible y el escandaloso derrumbe de algunas montañas tras sus espaldas. Bardock siempre era implacable al momento de ejecutar la desmantelación de un planeta, pero incluso para sus propios compañeros de escuadrón, lo que estaba haciendo en esos momentos, era sumamente cruel y aterrador.

—Ella ya no forma parte de nuestro escuadrón, lo que haga o deje de hacer me tiene sin cuidado —Tanto Fasha como Tooma le observaron escépticos, pues para nadie era un misterio que entre Bardock y Gine se había generado un vínculo extraño y poco convencional que, pese a ser rotundamente negado por ambos, era evidente que continuaba existiendo incluso teniendo en cuenta que ella ya no formaba parte del equipo, pues todos sabían que en el fondo, sentían una atracción innegable y bastante grande por el otro —. Si escucho que la nombran una vez más, van a terminar igual que esas malditas montañas que acabo de destruir.

Sintiéndose estúpido y confundido con su propia actitud, Bardock les dio la espalda.

A final de cuentas, actuar de ese modo —cegado por la ira y como un chiquillo incapaz de tolerar cualquier clase de frustración—, era algo bastante ridículo y vergonzoso. Bardock lo sabía, pero haberles arrebatado la vida a millones de personas, no conseguía menguar su ira, por el contrario, con ello su rabia sólo parecía ir en aumento.

Consumido por los malditos celos que estaba sintiendo comenzó a lanzar bolas de energía a diestra y siniestra, sin tener un objetivo en claro y con la única intención de destruir todo a su paso, pero en cierto modo... luego de oír aquel comentario indiscreto que emitió Fasha acerca de Gine y ese tipo, Bardock no creía ser capaz de contener su coraje de otra manera. Al menos no después de haber oído que Gine se paseaba por todos lados con un imbécil llamado Nasu.

Recordar el nombre de aquel idiota le hizo apretar los puños.

¿Quién era y por qué acompañaba a Gine a su casa?