Capítulo 3

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Pero ellos no estaban dispuestos a que yo viajara tanto, muchas horas en un avión, aeropuertos, más viaje, era imposible que yo pudiera sobrevivir a eso.

Pero no podía esperar más, cada día yo iba empeorando y me quedaba menos vida. El momento tenía que llegar y tenía que ser pronto porque en cualquier momento yo podía morir.

Llego el día de mi cumpleaños número dieciséis, recuerdo que siempre me hacían una fiesta con mis amigos, familiares y lo típico, pero esta vez no había nada.

Me desperté muy temprano y lo primero que vi fue a mi madre con una caja grande en las manos y una sonrisa.

—Buenos días princesa, feliz cumpleaños —dijo besando mi frente tiernamente. Yo sólo la abracé. 

—Gracias mamá  —respondí con mis ojos humedecidos, esta vez no quería llorar pero era casi imposible, siempre me ponía así de sensible en mis cumpleaños—. ¿Dónde está papá?

—Él fue a buscar tu pastel —dijo sonriendo. Yo suponía que sería de chocolate y frambuesa.

—Ah, bueno mami. —noté que ella estaba muy risueña, de pronto me extendió la caja que tenía en sus manos—. ¿Qué...qué es?

—Es tu regalo de cumpleaños —¿quizá un nuevo celular? Nah, es muy liviano. ¿Un peluche? ¿Un...?

—Ábrelo hija —Sin más preguntas rondando en mi mente lo abrí, era un hermoso vestido color calipso, ajustado en la parte de arriba y suelto de la cintura para abajo, le acomodaba a mi cuerpo, yo era distinta a las demás chicas, no estaba muy desarrollada.

—¡Gracias mami! Esta hermoso —Dije emocionada. Me gustó, enserio que sí, también vi en la caja unos zapatos de taco bajo del mismo color del vestido y algunos accesorios, todo era muy hermoso, casi para una princesa.

—¿Y qué esperas? —Me miró con una cara juguetona.

—¿Para qué? —La mire confundida.

—¿Para irnos a casa? —No lo podía creer, me iría a casa.

Rápidamente me levanté, mis cosas estaban arregladas, me despedí de todos mis amigos, de seguro que los vería en mi casa en la "fiesta sorpresa" que planeaban cada año mis padres. Me subí al auto junto con mis cosas, se me olvidaba mi caja con la ropa hermosa, por suerte la traía mamá en sus manos. Comencé el viaje, el trayecto era largo a mi casa, pero me entretuve viendo los árboles, la gente caminar, algunos chicos jugando, algunas parejas compartiendo su amor, besándose, haciendo picnic, me pregunté si algún día yo tendré un novio...sólo sonreí. Estaba segura que ese día sería especial, el hecho de no estar en el hospital ya lo hacía especial. 

Después del largo trayecto por fin llegamos, me baje del auto y corrí a mi habitación, estaba como la recordaba la última vez, mis posters seguían en su lugar, mi cama, mi televisión, todo está perfecto.

Me recosté por un momento mirando hacia el techo de mi habitación y me di cuenta que habían muchas fotos de Bill, pero yo no las había puesto ahí, quizá fue mamá...

No pude seguir pensando en quién fue porque alguien estaba entrando a mi habitación, sacándome completamente de mis pensamientos.

Sueño CumplidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora