TU LOBO DOMESTICADO

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Querida chica de la capa roja:

Recibí tu carta. Para ser sincero no creí que fuera para mí, por algún momento pensé que el mensajero se había equivocado, la dejé en la entrada de mi guarida esperando que se la llevara el viento pero los días pasaron así que decidí abrir el sobre y leer el contenido...quedé sorprendido.

Debo confesarte chiquilla que de feroz ya no me queda nada, he perdido mi fama del malo de los cuentos, ya no me lo creo. Ahora todo es distinto, ya nadie me teme, las personas del pueblo ahora se burlan de mi, el cazador ha decidido que no vale ni el esfuerzo salir tras de mí pues ya no represento ninguna amenaza para nadie, incluso los niños juegan en el pequeño jardín que está afuera de mi oscura guarida sin miedo a ser devorados.

Y la verdad es que el cuento ya no tiene ningún sentido desde que te marchaste, ya no tengo un propósito aquí, mi papel en esta historia se acabó en cuanto cerraste el libro. Mis colmillos ya no recuerdan el sabor de tu piel, mis garras ahora débiles y quebradizas ya no me sostienen ni a mí mismo, mi astucia y agilidad se han marchitado como aquellas flores que llevas en tu canasta. No chiquilla, no, ya no soy feroz, ni lobo...ni mucho menos querido. Ya no sé lo que soy.

Aún así en ocasiones logró salir un poco de mi guarida, débil y moribundo, trato de olfatear tu rastro, intento seguir tus huellas pero cada día se van borrando poco a poco hasta que de pronto me encuentro perdido y regreso a aquel oscuro y frío lugar al que pertenezco, mi guarida, donde todo este tiempo he estado lamiendo mis heridas tratando de curarlas.

Querida chica de la capa roja...Contrario a lo que dices he de admitir que domesticaste a este pobre animal salvaje, lo hiciste bastante bien, tanto que ya no debías llamarlo, no debías encadenarlo o encerrarlo, ya sabía lo que debía hacer: Acecharte, saltar de entre los arbustos, rodearte con sus garras, mordisquearte un poco e ir tras de ti, fueses donde fueses, siempre leal a su dueña...

Confieso también que aveces miro el sendero que lleva a tu hogar, quisiera subir por él y esperar hasta verte pasar, acercarme un poco y mover la cola, deseando una simple caricia y un poco de agua, pero sé que contigo llevas siempre una escopeta que custodia tu corazón y la cual has usado contra mí ya en algunas ocasiones, de ahí mis heridas más recientes. Aquellos disparos dolieron en verdad, me asusté tanto que corrí herido hasta llegar a mi guarida y me quedé ahí hasta qué pasó el invierno.

Pequeña, mencionas mucho que yo fui el que partió...no es así. Yo sigo en el lugar de siempre, caminando por el mismo sendero, esperando por ti, esperando verte pasar, no me fui amada mía...te fuiste tú, escapaste de esta bestia irracional con un corazón y amor por ti también irracional, incomprensible hasta para mí. Nuestros recuerdos me azotan, me laceran cada vez que pueden, aquellas tardes bajo los árboles caminando juntos me hacen querer volver a ti, besarte bajo la lluvia, morderte suavemente el cuello, susurrarte gruñidos de pasión y devorar tu corazón apasionadamente...

En estos momentos me encuentro en mi peor condición, sediento y hambriento de tu amor, este invierno ha sido el peor de todos, los anteriores por lo menos podía contar con tu calor. Mi semblante también ha cambiado, demacrado y triste, no quiero ni comer, no tengo fuerzas para cazar nada, de lobo he pasado a ser un pobre perro callejero, deambulando por la ciudad he salido del cuento buscando una esperanza en en la vida real, aquí no hay hadas madrinas ni caballeros resplandecientes en corceles, aquí existen seres malévolos y corazones rotos. Aún así, en mi patético intento de disfraz de lobo, harapiento y sucio, derrotado y destrozado, trato de encontrar a mi doncella, aquella que haga de este animal un hombre de verdad, trato de buscar a la chica de la capa roja que me domesticó, entre todo este bosque de concreto intento seguir sus huellas, trato de encontrarte a ti fuera de este cuento. En la vida real.

Amada mía, no me aferro a un amor imposible, eso tampoco me lo creo, son tonterías. Pero sí creo firmemente en un amor verdadero, sincero, bondadoso, cálido, real y hermoso...que se construya día a día, los cuentos de hadas han quedado atrás, nos enfrentamos ahora a situaciones más allá de los libros y la fantasía. Más allá de la inocente chica que agita su cesta y más allá de la horrible bestia que la acecha para devorarla. Oh mi adorada chica de la capa roja, mi dulce princesa, imperfecta como yo pero real, de ojos bonitos y sonrisa hermosa, labios sabor miel y aroma exquisito...y yo...tu siempre leal lobo feroz, tú lobo domesticado.

No sé que pienses de este pobre animal, mucho menos puedo saber qué sientas por mí, puede que ya me odies y hasta te cause repulsión al verme, lo cierto es que te temo un poco, me aterra tú rechazo, me da miedo que puedas dispararme y herirme de muerte en la próxima ocasión que tengas oportunidad de hacerlo. Ni siquiera sé si habrá una próxima ocasión...

La verdad es que te extraño, dentro de este hombre con disfraz de lobo, hay un corazón latiendo por ti y cada latido es un Te Amo, pero sé que ya no deseas nada de este horrendo animal, te repugnan mis halagos y te asquean mis mejores intentos de ganarme tu amor. Es claro, de este pequeño lobezno ya no deseas nada, quizás la decisión más sensata sea irme a morir a mí nauseabunda guarida, de la cual nunca debí salir a por ti. O mejor aún, tomar el sendero que lleva al cazador y entregarme a él, seguramente mi cabeza se verá bien encima de su chimenea.

Ya no me queda más que caminar sin rumbos, sin prisas, sin un destino. Deambular fuera del cuento, en la vida real, buscando entre la basura algo para sobrevivir, enfrentarme y competir con otros lobos por un trozo de amor, pero...lo más seguro es que no lo logre, moriré inevitablemente de sed y hambre, de frío y maltrato...moriré de amor.

Mi chica de la capa roja? No lo sé, entre tantos libros y entre tantos cuentos es difícil saber dónde buscar, se fue a vivir a otros mundos, a otras letras, a escribir nuevas historias con nuevos personajes. Borrará mi historia, arrancará nuestros más bellos capítulos y en su lugar escribirá versos dedicados a otro ser fantástico, un caballero de verdad, su príncipe azul. Y este lobezno morirá cubierto bajo toneladas de olvido.

Y la nuestra, nuestra historia quedará inconclusa, ya no hubo más papel para continuarla, la fantasía terminó y el viento arrancó las débiles páginas que escribimos, nuestro libro quedará en algún lugar, no sé dónde, cubierto bajo capas de polvo, entre telarañas y otras cosas olvidadas, en la oscuridad del sótano del tiempo.

No sé si esto sea todo, podría escribirte toda una antología de cuentos solo para ti pero debo terminar ya. Sabes que siempre fui malo para los finales, lo sabes bien. Quizás por ello me resisto a dejar de seguir tus huellas...

Tuyo hasta que este amor se extinga conmigo...tu lobo feroz, siempre leal.

Tu lobo domesticado...

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⏰ Last updated: Feb 06, 2018 ⏰

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