TRUE LOVE

El amor en el tiempo...o el tiempo del amor.

Si bien es cierto que el amor es innegablemente inherente a cada uno de nosotros, pues es algo universal, el individuo adquiere a través del tiempo un significado distinto del mismo y que muchas veces se torna incomprensible a sus semejantes aunque se trate del mismo concepto, es decir, el amor con la edad o el paso del tiempo adquiere connotaciones diferentes.
Me refiero a cuestiones subjetivas de cada individuo y su desarrollo físico y psicológico, desde sus etapas tempranas de la vida hasta los últimos días en este plano existencial.
Un claro ejemplo de lo que trato de explicar se resume a la propia vida de un individuo, digamos que el significado del amor para una persona varía de acuerdo a su edad, sus proyecciones, su personalidad, su entorno social y familiar, sus actitudes y aptitudes en situaciones diversas y el medio en el que se desarrolla, incluyendo en esto último sus gustos, preferencias, ambiente laboral, amigos y pasatiempos. Todo es una mezcla que da como resultado un concepto de amor totalmente diferente a la de otro ser humano, pues ninguna persona vive la vida de otro.

Supongamos entonces que, para un niño, el amor significa un beso de su madre o un pequeño regalo por haber cumplido un año más de vida o tal vez quizás una recompensa por levantar sus juguetes del suelo y haberlos colocado en su sitio; pasados ya algunos años, este pequeñín ahora tiene 15 años, supongamos que para él, y como para todo buen adolescente, el amor significa tomar la mano del chico o chica que le gusta en la secundaria, el primer beso, el típico estereotipo de un grupo musical de chicos que vuelve locas a todas las pubertas, el soñar con el primer príncipe azul, una modelo desnuda en una revista, etc; y a continuación viene lo interesante...cuando el individuo crece física y psicológicamente, tomando consciencia de sí mismo y le da a la vida y al amor significados reales, deja de lado lo superfluo y banal.
A partir de entre los veinticinco y treinta años, el individuo le da un significado al amor totalmente opuesto del que le daba hace 10 años atrás, ahora...más maduro y enfocado, el amor significa hacer una vida juntos, pensar en un futuro con su pareja, adquirir o construir una vivienda para su pareja e hijos, convivir en armonía para darse lo mejor de sí, una cena romántica, un ramo de flores después del trabajo, etc. Ahora es más sólido y estable, el concepto de amor ahora toma un significado real.

Ya pasada una vida...cuando los cuerpos se han desgastado por el transcurso del tiempo, cuando la energía física ha decaído por los años de trabajo, por el criar de los hijos y verlos partir, por haber construido tanto en común y por haber permanecido toda una vida juntos, el amor se vuelve algo sagrado, algo sagrado y puro, adquiere tonalidades divinas y en este punto, más que nunca, significa todo, todo y toda una vida, el amor de su vida. Una pareja de ancianos, que estuvieron todas sus vidas juntos, que se esforzaron, que lucharon, que no se rindieron, que trabajaron y que creyeron...para ellos, el amor es haber estado con la persona que tiene a su lado, que la apoyó y que jamás se alejó pese a todo. El amor ya no es un grupo de estúpidos chicos bailando en televisión, ya no es una modelo sexy mostrando su cuerpo, ya no es hacer el amor todas las noches, ya no son los poemas ni las promesas, mucho menos los mensajes de texto ni el llanto por esa persona antes de ir a la cama...ahora solo son recuerdos. Lo lograron, superaron todo lo anterior y llegaron al final del camino juntos, el amor en ellos fue real porque ambos le dieron el mismo significado en sus vidas.

Es por ello que el amor es complejo, es inmaterial pero se materializa en la vida real, es intocable pero puedes sentirlo, es efímero pero puede durar una eternidad, es frío y cruel y al mismo tiempo cálido y dulce, es alegría y tristeza, es invisible pero puedes apreciarlo en lo que amas, o en quien amas; es blanco pero a la vez negro, es luz y oscuridad, es un beso de una madre en la frente pero también lo es un jalón de orejas.

Lo es todo y es la nada...