2 veces en un día

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No podía dejar de pensar en la situación antes vivida, qué pasaba si lo delataban, si revisaban las cámaras de seguridad. Dios, estaba perdido.

¿Aquel chico quedaría igual?

Ahora, pensándolo bien, esos rasgos hermosos y delicados no eran usual verlos, parecía que toda la gente en este país se veía igual, se vestía igual, hasta hablaba igual. Era un asco. Pero ya nada era diferente, nada era particular, excepto aquel chico que sólo le había causado problemas mentales (y ojalá no legales)

Entre la preocupación de que lo pillaran se acordó de que había salido en parte, a buscar a su gatito ¿dónde se habrá metido? No era ni agosto como para que saliera y no volviera en semanas. Realmente estaba preocupado, el gatito era lo único que tenía, lo único que lo ayudaba a sentir y ahora mismo lo estaba haciendo sentirse un ser realmente irresponsable por dejarlo ir.

Siguió caminando, cabeza gacha y mirando y escuchando por si pillaba al gatito, jamás le quiso poner nombre ¿cuál es la necesidad del ser humano de propiar todo lo que está con él? A Jin le parecía que nada le pertenece nada y las "mascotas" no eran la excepción, el gatito era de él como él de el gatito.

Había caminado bastante, ya hasta casi le dolían los pies y gatito no había aparecido.
De un momento a otro pareció ver el rostro del chico de la cafetería, no sabía si buscarlo con la mirada o no, no quería meterse más en problemas.
Pero parece que el destino no era muy fan de Jin por lo que el chico de la mañana lo encaró, de frente. Se quedaron mirando, el uno al otro, ninguno sabía que decir o hacer, hasta que Jin rompió el lazo de miradas y posó sus ojos a las manos de aquel chico. No lo podía creer ¡aquel chico tenía a gatito!

-E-ese es ga-gatito.

-Oh, e-este gatito lo pillé vagando.

-Sí, lo conozco, Dios estaba tan preocupado, vive conmigo.

-Por cierto, soy Shin Woo, hola- el ahora chico con nombre le estiró la mano.

-Hola, soy Jin.

-Yo, he estado buscándote, desde la mañana.

-¿La mañana?

-Sí, saliste corriendo de la cafetería, tengo miedo, no quiero que lo comentes con nadie ni menos con la polizei, no sé qué haría si Mörderer sabe que no sigo las reglas, no quiero que me pase algo.

Tenía los mismo miedos que Jin -no te preocupes, pienso lo mismo, también tengo miedo, mucho miedo-.

-Entonces... creo que hacemos olvidado el tema.

-Creo- Jin tomó delicadamente a gatito y entre ello, se rozaron los dedos, un calosfrio recorrió sus espaldas.

La polizei venía hacia ellos.

El chico del desayunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora