Corre

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Se miraron nuevamente a los ojos, parte de ellos se quedaron plasmados en el otro, se comunicaron mediante estos y corrieron, la polizei venía cerca.
Jin tomó a gatito y comenzó a correr, la gente le hacía espacio a la polizei, debían cooperar si no querían terminal en el calabozo.
Shin siguió a Jin, no perdería al chico nuevamente, estaban en un lío y lo enfrentarán juntos o al menos tenía la esperanza de que se librarian de la polizei.
Corrieron, lo más que pudieron, la polizei les pizaban los talones, Jin y Shin corrían uno al lado del otro, sin tocarse, sin mirarse, solo corrían pero sabían que iban juntos, llegaron a un callejón sin salida, agitados levantaron la mirada, se miraron y giraron sus cuerpos, la polizei ya los alcanzaba.
Sería la última vez que se verían, dentro de sus corazones sabían que iban a morir, nadie burlaba a la polizei, menos al sistema.

De pronto ocurrió algo inesperado, gatito maulló, Jin y Shin se detuvieron miraron hacia atrás y las luces del alumbrado público se apagaron, todo quedó en oscuridad, ya que debido a la contaminación lumínica, el sol casi ni daba de lleno en la ciudad, lo único que alumbraba la vida era la luz artificial.
Y aunque estas luces pasaban fallando, los chicos y la polizei presentian que no era un apagón común.

De un momento a otro Jin sintió que le quitaban a gatito y lo tomaban a él por las manos, no escuchaba nada más que su respiración agitada y la de Shin que la sentía casi al lado.
Definitivamente este sería su fin, nadie burlaba al sistema, nunca debió levantar la cabeza, nunca debió mirar al chico de enfrente, aún así no se arrepentía de nada, si iba a morir sería junto a Shin o al menos sabría que lo conoció.

El chico del desayunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora