Recuerdo aun el día en que conocí lo que jamas desearía que alguien conociera, a la edad de tres años mi padre sufrió un asesinato brutal luego de salir de su trabajo, un hombre justo, trabajador, sacrificado, y buen compañero. Mi madre por su parte padecía de cáncer desde mi nacimiento, mi padre se exigía cada vez mas para poder pagar sus medicamentos y tratamientos, haciendo jornadas laborales largas con mas de dieciséis horas cada día, aquella noche tan oscura al salir de su trabajo exhausto pero con la frente en alto volvía a casa con su familia, cuando fue interceptado por unos ladrones. Despojaron a mi padre de toda pertenencia incluso la mas valiosa... su propia vida, algo que nadie tiene el derecho de arrebatar, pero igual se lo llevaron sin mas, dejando a una pequeña niña sin su padre y a una esposa con cáncer sin su fiel compañero. Nos dejaron a ambas completamente solas en un mundo tan materialista que a muy pocas personas les importa a quien les esta quitando el pan de la boca, mi madre peleo con uñas y dientes para nuestra subsistencia a pesar de estar postrada en una cama de hospital luego de la muerte de mi padre, la ayuda del gobierno no alcanzaba para que nos alimentáramos, pero continuo hasta mas no poder.
Por su enfermedad no aguanto demasiado, tan solo paso un año de aquella cruel fecha del 13 de marzo para que el recuerdo de no tener a mi padre le arrebatara a ella también su vida. Tengo recuerdos vagos de ellos pero son los mejores, lo que mi mente aun puede recordar lo atesoro, ambos lucharon por su vida y eso es algo digno de respeto.
Lamento decir ahora que no puedo seguir su ejemplo, tal vez por la sociedad, por el sistema en el que nos obligan a vivir, pero al estar abandonada a tan temprana edad, fue algo bastante difícil, estuve en bastantes casas hogares esperando que alguien se hiciera cargo de mi. Pase dos años de mi vida cambiando de casa cada una semana, perdiendo cada vez mas pertenencias hasta casi terminar sin nada que pudiese recordar que realmente sea mio, hasta que por fin yo misma pensé que esta odisea se habría culminado, una familia se intereso en mi y por fin me adoptaron. Mi mente por fin tendría un descanso, aquel día fue perfecto hasta me dieron mi propia habitación y tiempo para que acomode mis pertenencias en ella, a la hora de cenar me llamaron a mi cuarto muy amablemente. Allí fue cuando me presentaron a Juan, otro niño al que habían adoptado, un niño de ocho años bastante tímido que no hablo demasiado.
Al día siguiente me desperté con una sorpresa inesperada, aquella hermosa casa es mantenida por el trabajo infantil de decenas de niños adoptados, los cuales vivían todos en un diminuto sótano pero con el techo lo suficientemente grande como para meter una cucheta de diez camas, sin espacio para nada mas, cada uno de estos niños son llevados a mendigar por las calles, para poder pagar su codicia, su ambición. Aquel día me despertaron de manera muy abrupta, me levante asustada, me dieron ropa rota por todas partes, tiraron todas mis pertenencias a la calle, dejando lo que les podía llegar a servir con ellos, me llevaron a mi y a otros niños en la caja de una camioneta ultimo modelo a una esquina para pedir dinero, si no lo hacia no podría seguir estando con ellos, si decidía no hacerlo me quedaría en la calle esta vez sin casas hogares, la decisión estaba en mi.
Allí fue donde volví a ver a Juan que lo dejaron mendigando en el mismo lugar que a mi para que me enseñe, el destino parecía no querer estar de mi lado, en toda mi infancia padecí desgracia, perdida, muerte e injusticia y ahora hay que sumarle que debo hacer jornadas de doce horas bajo el abrumador sol de mi ciudad, para alguien que compro los derechos de hacerme trabajar... No de adoptarme. Pero como saberlo, engañan a todos con el estereotipo de pareja perfecta, con una casa lujosa, amorosa, el "hogar perfecto". Pero ellos no hacen nada por sus vidas, se quedan viendo series, con el aire acondicionado prendido y cuando es hora de buscar a sus esclavos salen en sus camionetas ultimo modelo con la caja llena de niños con las caras largas pero con los bolsillos llenos de dinero y mentiras. El pobre niño que no logre aportar nada a este perfecto sistema que idearon es castigado sin comida, sin bebida, o ser dejado en la calle si esto se repite.
Aquel primer día Juan fue mi único amigo, el hombro donde pude sacar sin preocupación mis lagrimas aunque no lo conocía. Trabajo por ambos aquel primer día en el que solo pude llorar sin lograr ni un centavo, allí me contó parte de su historia para poder tranquilizarme un poco, sus padres lo dejaron abandonado en un centro comercial cuando apenas y sabia hablar, desde entonces se hizo valer por si mismo hasta hace un año que esta pareja lo vio en un semáforo pidiendo, le ofrecieron una cama, un lugar donde pasar cada noche y comida. Por su relato me doy cuenta que el paso por bastante mas que yo, en ese entonces calme mi llanto, salí adelante porque ya comprendía que no era la única en aquella situación, que ademas Juan paso por mucho mas tiempo que yo en esto, me enseño lo básico, para poder engañar a las personas generando lastima y así sacarles un poco de su dinero, así nos fuimos afianzando cada vez mas, cada día podíamos sacar un centavo mas que el anterior, en aquella casa nos dan hospedaje hasta los quince años, luego seriamos un estorbo para ellos, así que nos quedan bastantes años con un techo y al menos un plato de comida asegurado, no es la mejor infancia que se puede pedir, mientras pasas todos los días en un semáforo viendo como otros niños caprichosos les piden a sus padres que manejan autos caros que les compren el ultimo modelo de celulares, o golosinas, mientras nosotros pedimos para poder continuar estando vivos, pero es lo que nos toco vivir, DOS REALIDADES DISTINTAS.
Al paso del tiempo lo tomamos como un juego, cada día mas calor, cada día la misma esquina, la misma ropa, la misma traza, las mismas personas a ciertas horas de la mañana o de la tarde que ya acostumbra vernos allí, con nuestra inocencia y buena voluntad a pesar de toda adversidad nos entregaban algún presente, pasamos toda nuestra infancia viendo como otros niños dentro de los autos lloran porque no les trajeron su IPhone mientras que en sus estudios les va fatal, consiguiendo irónicamente aun así lo que desean nos den sus sobras, lo que ya no tiene valor para ellos. Aunque quisiéramos estudiar es imposible, leer, escribir, hablar con propiedad, las cosas mas básicas, nosotros no pudimos a esa edad completar ninguna. Pero no nos preocupamos demasiado, continuamos nuestra vida aguantándonos mutuamente con el único amigo que se me permitió tener; ademas de que unidos ganábamos demasiado, cada día en el que nos dejaron allí aprendimos que si deseas algo debes ganarlo, no importaba el frió, la lluvia, el calor, bajo cualquier circunstancia nosotros estábamos allí trabajando. Pero ademas de ello vimos cuanta diferencia se puede ejercer en una ciudad en que solo importan ellos mismos. Por dentro nuestro deseábamos progresar, nos imaginábamos conduciendo autos de alta gama, sentados en oficinas gigantes con vista a la ciudad y aire acondicionado, una casa con todo lo que deseáramos, despertar tarde, hacer todas las comidas (que ahora solo nos dan dos) a pesar de todo soñamos en grande esperando que en algún momento la vida nos de algo por todo lo luchado, continuamos día a día bajo el calor que genera el ser humano destruyendo el único planeta que tiene, por la avaricia de algunos, tomando agua que, en cada sorbo se torna mas caliente, sufriendo pero con la frente en alto, orgullosos de cada centavo recibido, despertando cada mañana cuando el sol se asoma y retirándonos en su ultimo resplandor, exhaustos, nos conformamos con dos platos de comida al día y una cama en la cual dormir por las noches, pasaron los años y a pesar de eso la rutina seguía igual de cansadora, sin descanso de lunes a lunes. Ya en el ultimo año de Juan en esta casas decidimos en seguir unidos como lo hicimos tantos años, ahora debemos pensar en que haremos de nuestras vidas fuera de aquí.
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Amor sin barreras
RomanceEl complicado pasado de Ana Lucía la lleva a ser una mujer desconfiada en el amor, pero todo cambia con un poco de atención y buenos gestos... Después de todo el amor todo lo puede