Capítulo VII

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Era un hecho que la inminente responsabilidad de proteger a los alumnos de la academia recaía en mí. Pues aunque estuviesen entrenando para este tipo de circunstancias, aún eran inexpertos combatiendo criaturas mágicas. Y más allá de eso, estaban desarmados, ya que todo el equipo y armas que se empleaban, estaban resguardado en los niveles subterráneos; a los cuales solo se podía accesar con autorización del director. Ésto se planteó así con el fin de prevenir incidentes. Aunque en ese momento, solo parecía representar una desventaja.

En cuanto a las Colibra. Fue hace 5 años cuando me enfrenté a estas bestias con cabezas y alas de colibrí y cuerpo de cabra. No fue una misión muy convencional. Ellos, normalmente no som agresivos. Para acortar la historia, solo diré que ellos querían apoderarse de todos los antros, discotecas, ballets y cualquier otro lugar donde se bailara y/o danzará. Me vi obligado a enfrentar a Mailo, su "líder", en un concurso de baile y de una forma u otra, gané. Aceptaron el destierro y él juro vengarse si algún día me volvía a encontrar. Supongo que nunca pensé que de verdad lo volvería a encarar. Mi error.

— Mason Paint — su voz chillona me taladraba los oidos — Por fin, después de tan...

— Es 'Pines', no 'Paint' — Dije mientras me limpiaba los oidos.

— ¿Disculpa?

— Mi nombre, es Mason Pines, no Mason Paint. Creí que eso ya lo habiamos aclarado la última vez.

— Oh, me disculpo por eso. Voy a empezar de nuevo... Mmmjum... Mason Pines. Por fin, después de tantos años, nos volvemos a mirar las caras, pero te prometo que esta vez, será la última — su pico esbozó una suerte de sonrisa malévola — ¿Qué piensas? ¿Salió bien? ¿Fue intimidante?

— Eeeh, sí... Tubo impacto, sí.

— Gracias, lo estuve practicando.

— Entonces, ¿Quieres tener otro duelo de baile?, porque de hecho estoy un poco ocupado.

— Oh no, no, no, para nada, no. Los chicos y yo lo estuvimos discutiendo por un rato y decidimos dejar los duelos de baile solo para los de la especie. Lo que vamos a hacer es luchar a muerte. Sí, planeamos matarlos a todos.

— Genial, eso suena mucho más razonable.

— Sí, así es... — un silencio momentáneo se hizo presente — Entonces... ¿Iniciamos ya?

— Sí, por supuesto.

Sujeté con fuerza el bat con mi mano derecha, aún mirando a la criatura fijamente. Lancé un golpe con la intención de asestar directo a su cabeza, pero Mailo eludió mi agresión con rapidez y se elevó desplazándose hacia atrás.

— Buen intento, chico, pero tendrás  que hacer algo mejor — él se reía sintiéndose superior — Ahora, a bailar.

— ¡Ese chiste fue totalmente predecible!

Las bestias con alas comenzaron su ataque. Wendy y Mabel arremetían contra ellas con vigor. Estaba convencido, desde hace un tiempo, de no tener que preocuparme por ellas, sabía que eran capaces de luchar por su cuenta. Sin embargo, no podía decir lo mismo de Pacífica, ella no era una caza-demonios como nosotros.

— No te preocupes, Pacífica, no dejaré que se te acerquen — mi intento por sonar genial era muy obvio.

— ¡Masón, detrás de ti!

— Lo tengo cubier... ¡Aah! — un fuerte impacto me derrumbó.

El bat voló lejos de mí, al momento de mi caída. Adolorido, me coloqué boca arriba. Las pesuñas de una colibra se postraron con bravedad en mis hombros, y el enorme pico de la bestia apuntaba directo a mi rostro.

— El jefe va a tener que perdonarme, pero ahora danzarás conmigo, chico.

— Creí que las pésimas bromas sobre bailes eran cosa de Mailo.

Mis ojos se abrieron en sobresalto cuando la criatura alzó su pico con la intención de incrustarlo en mi craneo. Más, de la nada, un choque eléctrico brilló tras la criatura, haciéndola caer inconsciente o, tal vez, muerta.

— ¿Estás bien, Mason? — Pacífica me extendió su mano.

— ¿Tomaste mi bat?

— "Gracias, Pacífica", "Oh, no es nada, Masón, tú hubieras hecho lo mismo"

— Sí, ya entendí. Muchas gracias.

— No fue nada. Ten, te regreso tu bat.

— Quédatelo, creo que lo sabes usar bien.

— ¿Y tú? ¿Con qué pelearás?

— Ya lo tengo resuelto — rompí mis jeans hasta dejarlos a la altura de mis rodillas y con la tela me cubrí las manos como si fueran vendas — ¡Wendy! ¡Hacha!

La pelirroja arrojó una de sus hachas a través de los colibraes que volaban de un lado a otro, pasando entre ellos hasta llegar a mis manos. Ya no había nada que me frenara para luchar con todo mi ser.

Conforme avanzaba la lucha, más tensión acumulaba en mí, pues era evidente nuestra desventaja. Más mi angustia se vería mermada al percatarme de que los alumnos comenzaban a salir armados improvisadamente. La falta de armas no impidió que salieran a defender su escuela, aunque no entendía porque se arriesgaban así.

— Arriba de ti, Pines — la voz chillante de Mailo llegó a mí.

Se aprovechó de mi descuido y me tomó por la chamarra, alzandome en el aire.

— Ahora, tú bailarás a mi son.

— Por favor, podrías arrojarme antes de decir tus malas bromas.

— Veamos si te burlas de mí cuando estes hecho "salsa" — la criatura rió con fuerza - Cof cof... Reír así destroza mi garganta.

— Muy bien, eso fue el colmo — Tomé el hacha con fuerza y, en un movimiento errático y rogante de suerte, enterré el arma en el pecho de mi bestia captora, haciendo que me soltara -— ¿Quién baila al son de quién, imbécil?

Busqué una de las bombas temporales en mi chamarra para detener mi caída. Más en mi burla, no me percaté de que una colibra venia hacía mí. Reaccioné de manera tardía, el golpe con la criatura hizo que soltara las bombas. Ahora iba en picada sin nada que detuviera mi caída.

Gravity Falls "Una Vida de Misterio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora