Capítulo 1: Regresemos, por favor...

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—Y, entonces, ¿qué dicen chicos? ―les
pregunta el hombre que trata de negociar con ellos, más fama, más dinero. Ellos se voltean a ver entre sí, para ver si sus miradas están de
acuerdo.

―No, de hecho estamos muy bien como estamos. No necesitamos ni más, ni menos fama ―dice uno de ellos, dándole al hombre una sonrisa amable.

―Oh, vamos, Pete, las fans se volverán locas. ¿Y quién no dice que vengan más?

―No, en serio, gracias. Y nos vamos, el bus nos espera.

Lo habían platicado entre los cuatro, todos estaban de acuerdo en que no, no era necesario confirmar un tonto ship por el que miles de fans se volvían locas. Pete lo negó, aunque, a decir verdad, le parecía tentadora la oferta. Solo iba a hacer la confirmación dicha en un vídeo, y unas que otras fotos de ambos en sus redes sociales. Con posiciones comprometedoras. Oh, demonios.

A Patrick le causaban escalofríos el tan solo escuchar el nombrecito.

Hay que recordar porqué Fall Out Boy se formó: porque ellos aman la música, hacen lo que aman, ser lo que aman, nunca lo hicieron por conseguir fama y dinero, era lo que menos les importaba. Saben que el público que los acompaña en cada concierto los aman, aman lo que hacen, y no puede haber sensación más hermosa.

Patrick a veces se pregunta si la amistad con Pete parece que va más allá de cómo se puede ver una amistad. Pero, no. Él sabe que Pete es así, es la forma de expresar el cariño que Pete tiene por Patrick, que hay que saber que Pete a veces es un poco raro, es la forma de ser de Pete y sabe que no la puede cambiar. Y se alegra porque es uno de los principios de su amistad, porque su amistad es auténtica.
No pensaron que pasaran 2 años después de que el hombre les ofreciera aquella oferta y se tomaran un descanso.

Y vaya descanso, tres años y medio.

***
Suena el celular de Patrick cuando deja su taza de café en la mesita que esta a un lado de su sofá y toma su laptop y la pone sobre sus piernas. Cuando toma el teléfono, el nombre de Pete esta en letras grandes en la pantalla de este, contesta.

―Triiiiiick. ¿Qué tal? ¿Cómo está todo por allá?

―Pete. Todo está genial, ¿qué hay de ti?

―No me quejo. Hey, sobre lo que platicamos, ¿te gustaría reunirnos? No sé, tomar un café, ¿algo?

―Pete, sabes bien lo que te dije. Aún me falta pensarlo y Joe--

―No, no, no Patrick, sin presiones ―lo interrumpe―. Solo quiero verte ¿bien? Además, piénsalo, álbum nuevo, tour, el regreso, nuestro regreso. No es taaan malo si lo piensas así ―Pete sonríe como si Patrick fuera capaz de verlo a través de la bocina, Patrick deja escapar una pequeña risa.

―Bien, bien, ya. ¿En dónde?

―Donde siempre, tú sabes ―Patrick rodea los ojos por el tono lascivo que Pete le pone a la última frase―. Ponte algo lindo, cariño. Te veo mañana a las 6.

―Que te den.

―Siempre, aunque no estaría nada mal que tú lo hic--

―Ya vale, mañana, a las 6 ―lo interrumpe Patrick, lo que quiere decir que ya es suficiente. Ahora a Pete se le escapa una risa.

―Te veo mañana entonces.

***

Para Pete ya es común ponerse nervioso o ansioso, llega a morderse las uñas, lo cual no es un muy buen habito que digamos. Patrick es quien lo pone en su lugar, Patrick es una de las pocas personas que sabe cómo tratarlo, porque lo conoce, lo conoce muy bien, mejor que Meagan, hasta mejor que él mismo. Patrick es alguien que pone sus pies en la tierra, que lo logra tranquilizar, pero en estos momentos sus dientes ya están llegando a la cutícula y no sabe porque está tan nervioso; y lo recuerda: es porque no ve a ese pequeño desde su boda.

The fear of falling apart // Peterick Donde viven las historias. Descúbrelo ahora