Capítulo II: La Peor Fortuna

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-Por fin. Al fin mi deseo de extingir a la humanidad será realizado -dijo este con una cierta alegría en su pronunciación.

Mientras este, ante tal alegría, lanzaba varios ondas de ki en diferentes partes, mientras contemplaba tal destrucción.

- ¡Ja,Ja,Ja,Ja, Por fin! -dijo extendiendo una gran sonrisa. Poco le duró la alegría, pues un ruido le alejó de sus pensamientos.

Dirigió su vista al lugar de donde se producía el ruido. Proveniente de una casa llena de escombros, lleno de curiosidad decendio de los cielos para llegar a un suelo lleno de tierra y piedras.

Camino sin pensar llevando una cara bastante sería y lleno de maldad. Al llegar notó que ciertas piedras eran empujadas con brusquedas.

- ¿Hm? -repudio confundido. No sabía cual era el motivó por el que las piedras eran empujadas. Pero un chillido hizo que el ser maligno dirigiera su vista ante el lugar del ruido. Para después lanzar unas consecutivas ráfagas de ki al lugar. Al terminar notó que no había nadie.

- "Debió ser algún animal" -pensó este ante no ver presencia de vida ahí. Los escombros era nuevamente empujados, llamando la atención del ser maligno nuevamente.

Este al ver como una mano salía de aquellas piedras, no puso más que una cara de sorprendido. Pero duró poco al ver que la mano caía poco a poco. Black sonriendo volteó su cuerpo dispuesto a irse, pero la curiosidad lo mataba, dudo un par de segundos, pero al final volteó nuevamente ante la antes atención de black. Agarró la muñeca de este y lo sacó de aquellos escombros dejando lo un tanto sorprendido.

Una chica de cabello celeste con una vestimenta rara ante el ser maligno, lo miraba apenas con sus ojos celeste lo miraba entre abiertos. Que al apenas verlo puso una cara de horror, pero poco duró cuando está cayó inconsciente.

- ¿Así que sobreviviste? -dijo black, que claramente lo decía con odio. Pero sonrió después al imaginarse el maquiavélico plan que haría- Esto se puso interesante -dijo soltando a reír a carcajadas

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- ¡¿Alguien ha visto a Emi?! -grito una peli negra

Miraba al rededor de al menos allar una esperanza, pero sólo miraba caras de tristeza

- ¡Mai! -gritó una niña corriendo hacía Mai, quién tenía una cara de miedo

- ¿Haruki?..., ¡¿Haruki?! ¿Dónde estabas? No sabes lo preocupada que estaba -dijo una Mai aliviada

Ambas se abrazaron, sintiéndose como si nada de lo que buscaba Mai importará ahora. Ambas dejaron de abrazarse para verse y está vez que Mai hablará

- Ven. Tenemos que irnos de aquí, las explosiones retornar otra vez cerca. Debemos huir lo más lejos posible hasta que llegue trunks

- Pero Emi, está atrapada allá arriba. No podemos dejarla.

- Cuándo este se haya ido, volveré por ella. Pero no podemos quedarnos aquí

- Pero es mi onee-sama -respondió al borde de las lágrimas

Mai, antes de responder miro un par de segundos a la niña, que ante una mirada de tristeza y llenas de súplicas no podía decir que no. Se agachó a la estatura de la niña y la acaricio de la cabeza.

- Está bien, iré ahora mismo. Pero tu debes de irte ahora mismo. ¿Bien?

La niña aún insegura asintió. Mai llamo aún soldado de la resistencia para que cuidara de la niña.

Mai al ver que Haruki se había ido, subió las escaleras que conectaba con la superficie y el subterráneo para salir a una ciudad totalmente devastada. Observo en distintas direcciones para verificar si aquel tirano no estuviera ahí. Al comprobar que no, corrió al lugar donde la niña le había dicho.

Después de correr unos pequeños minutos llegó al lugar acordando donde supuestamente debería estar. Pero sólo veía casas de escombros y varios cráter en el suelo. Como supuso Rem ya no estaba con ellos, no pudo dejar salir unas lágrimas pero un estallido hizo que reaccionará y corriera de nuevo al escondite donde ellos se ocultaban.

Al llegar, calló arrodillada soltando un gran jadeo de tanto correr. Noto como unos pasos se iban aproximando a donde ella estaba. Alzó la vista viendo aquella niña que venía llena de esperanza.

- ¡Mai! -grito la niña,pero su mirada dejó el brillo de esperanza en su vista- ¿Y, Emi?

Mai no sabía que responder, le seria difícil decirle a la niña que su "protectora" estaba muerta. Pero sabía que debía que decírselo ya sea tarde o temprano, pero no hoy. No sería hoy

- No la encontré, pero no te preocupes. Vi unas pisadas llevando algún lugar. Estoy seguro que es ella así que no te preocupes, de seguro está bien -dijo con una disimulada sonrisa

Haruki un poco insegura sonrió igual, llenando un poco de esperanza en su sonrisa

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- ¿Eh? -dijo una chica que al fijarse del lugar, se levantó enseguida. Pero al tal movimiento brusco le dolió el estomago y la pierna- ¿Dónde estoy?

Observó y observó pero no encontraba respuesta. Recordó lo que pasó antes de llegar ahí, y recordó aquella mirada que reflejaba odio y despreció mientras recalcaba una sonrisa siniestra.

Ante tal recuerdo no dudo ni un segundo de salir del lugar, llevándose la idea de que aquel tirano fuera el responsable de que ella estuviera allí.

Al salir de aquel lugar de detuvo rápidamente, dándose cuenta de que estaba en una cueva, pero unos cuantos metros arriba. Pero antes de tratar de ser cuidadosa al intentar bajarse algo la detuvo o más bien alguien la detuvo

- ¿Qué crees que estas haciendo? -dijo una voz siniestra y llena de odio

Dirigió su vista de donde provenía aquella voz, que al verla no puso más que una mirada de horror. Pero debido a su distracción no cuido que su pie tropezar provocando una caída segura de aquel barranco gigante, cerrando sus ojos, esperando lo peor.

Al no recibir algún dolor de parte de la caida decidió abrir un poco insegura los ojos, que observaba que aún estaba el los aires, confundida miro a su alrededor pero sintió un agarre en su pie, que al verlo se asustó viendo aquél ser que la miraba con odio y despreció.

Este se levantó aún sosteniendo aquél pie cogido, para luego aventarla con fuerza a la cueva, impactando aquél cuerpo frágil con dureza contra la dura y gigantesca pared. Aquél sujetó que caminaba con pasos firme y a la vez temible llegó aún par de metros de ella, quien está alzó su vista aún con dolor pero aún más con miedo viendo aquél tirano que sonreía maquiavelicamente

- Puede intentar huir las veces que quieras pero jamás saldrás de aquí -dijo riendo- Bien, Empecemos -Sonrió de una manera siniestra

Ella Es Mía |Black Goku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora