Contamos Contigo Ladybug

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Capítulo 9: Contamos Contigo Ladybug

Marco y Jackie llegaron a la dimensión de Hekapoo llevando a rastras a Ladybug.

–Espera, yo me encargo –dijo el latino, cuya voz sonó más gruesa de lo usual.

Marco alzó a Ladybug en brazos y la llevó a la torre de Hekapoo. Jackie le siguió el paso, y vio como las ropas de su novio poco a poco se empezaban a rasgar.

Al llegar, Marco llamó a la puerta mientras que Jackie lo veía fijamente toda ruborizada.

Hekapoo apareció ante ellos y, al igual que Jackie, se puso toda roja por ver nuevamente a Marco en su fornido cuerpo de hombre adulto usando únicamente un traje de gala todo desgarrado de tal modo que no dejaba nada a la imaginación.

–¡Cielos Marco!, ¡ponte unos pantalones!

Hekapoo se tapó los ojos, tanteó el aire con una mano y le dio un zape en la parte de atrás de la cabeza a Marco quemándole parte del cabello.

–¡Auch! –protestó el.

–¡Eso fue para que aprendas modales! ¿Qué no ves que hay chicas presentes?

–Dímelo a mí. Yo ya perdí mi deposito por este traje.

Marco entró en la torre de Hekapoo quien seguidamente volteo a ver a Jackie que estaba inmóvil y completamente acalorada. 

–¿Y tu? ¿Vas a entrar o te vas a quedar ahí afuera?

Jackie aceptó la invitación cortésmente y entró en la torre.

Marco depositó a Ladybug en el sofá y miró Hekapoo que nuevamente se ruborizó y se cubrió los ojos con ambas manos.

–Necesito usar tu espejo mágico. Tengo que hacer unas llamadas.

–Sabes que está en la siguiente habitación a la derecha, y ya que estés ahí: ¡VISTETE!

Marco agarró una vieja mochila que se hallaba junto a la chimenea y fue a la habitación que le indicó Hekapoo.

Clic, clic, clic, clic, clic...

Los aretes de Ladybug titiritaron una vez más y esta terminó por des transformarse.

Tikki cayó débil por el agotamiento sobre el pecho de Marinette y se encontró frente a Jackie y Hekapoo quienes la miraban fijamente.

–Por favor... –se limitó a suplicar–, necesito una galleta o cualquier cosa de comer... Debo recuperar energías...

Aun confusa, Hekapoo fue hasta su despensa, sacó una galleta de un frasco y regresó a dársela a Tikki. Por su parte, Jackie se acercó lo más que pudo a la kwami, se puso en cuclillas para verla de cerca y extendió su mano para acariciarle su cabecita.

–Ouh, ¿no eres una cosita adorable?

Hekapoo se encogió de hombros, y decidió olvidarse de lo ocurrido por el momento y se animó a imitar a Jackie en lo que esperaba a Marco. Al rato, ambas se turnaban por sostener a Tikki en sus manos y hacerle una que otra caricia.

–¿No quieres quedarte a vivir aquí conmigo? Podemos ir de aventuras y te daré todas las galletas que quieras.

–Eh, de hecho yo tengo que...

–No la acapares, ya la sostuviste mucho tiempo. Me toca a mi.

***

Al cabo de unos treinta minutos, Marco regresó vestido con sus ropas de aventurero. Hekapoo dejó a Tikki en el pecho de Marinette para que pudiese terminarse su galleta en paz y fue a hablar directamente con el.

Star vs las Fuerzas de los MiraculousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora