Liz se encontraba en esos momentos esperando una fila de duración eterna en las oficinas de Recursos Humanos, por fin había decidido levantarse a buscar un nuevo empleo y como iban las cosas, dudaba que lo consiguiera ese día, aun así decidió esperar pacientemente mientras se dedicó a observar como las nubes rozaban la punta de un rascacielos adyacente.
- ¡Liz! – la llamó una voz que ella reconocería a kilómetros.
Apenas se volteó, dos grandes brazos la rodearon fundiéndola en un abrazo profundo en el cual parecían unirse dos corazones reencontrándose después de tantos años separados. Esta fusión duro lo suficiente para sentirse en paz y protegida.
- ¿Qué fue eso? – preguntó ella sonriendo mientras él le devolvía la sonrisa.
- Ya lo sé todo. Oh Lizzie, perdóname, de verdad me siento como un tonto después de lo mal que te he tratado este último tiempo, si hubiera sabido antes...
Liz lo silenció con un beso que él respondió inmediatamente, al terminar el contacto se miraron ambos a los ojos asimilando la cercanía que sentían ambos sin conocerse por tanto tiempo.
- No quiero que te culpes por nada, ambos no lo sabíamos ni lo imaginábamos. Todo sucedió en el momento que tenía que pasar – le dijo suavemente mientras le acariciaba la mejilla – tenemos que sentirnos afortunados porque pasó y pudimos volver a encontrarnos... A propósito, ¿Cómo te diste cuenta de todo esto?
- Bueno... luego de esa noche no lo había estado pasando muy bien, por lo que en un momento de debilidad, decidí someterme a lo impensable. Contacté a tu amigo Jaime y bueno, yo creo que te imaginaras el resto...
- ¿Sabes que en verdad yo nunca te quise dejar? – al decir eso lo abrazó fuertemente mientras enterraba el rostro en su pecho. Ethan, sonriendo, comenzó acariciarle el cabello tranquilizándola.
- Si, ya lo sé todo. Solo tengo una objeción acerca de aquello – en ese momento Liz levanto su mirada – Si me vuelves a dejar así mas vale que tengas una buena excusa, sino te perseguiré hasta el fin del mundo.
- Lo prometo, pero ahora tenemos muchas cosas que hacer. Partiendo con ponernos al día de todos estos años separados – dijo Liz mientras tomaba la mano de Ethan - pero eso si tu invitas al café, verás que hace poco el ogro de mi jefe me dejo sin empleo.
- Creo que perfectamente puedes invitarlo tú, ya que según oí ese ogro se dio cuenta que haces un trabajo eficiente y quiere volverte a contratar. Además, después de un engaño de medio milenio creo que me lo debes...
- Acepto, pero por el bullying laboral que tuviste contra mí, exijo como mínima indemnización que vistas, por lo menos una vez para mí, un kilt escocés.
Mientras reían, llenos de dicha e incertidumbre por el futuro, caminaron por las calles de la mano, siendo esta moderna ciudad testigo del reencuentro de dos almas que compartieron un amor que siguió perdurando a través de los siglos.
FIN...
Nota: Al lector que llegó hasta el final de esta breve historia, gracias por leer este pedacito de fantasía que estoy mas que feliz por compartir por primera vez a los demás <3
ESTÁS LEYENDO
Un resentimiento de medio milenio
RomanceElizabeth Paterson vivía una vida tranquila con un empleo soñado, pero todo cambia de hace tres meses cuando llega trasladado a Chicago el nuevo dueño de la compañía editorial, Ethan Berkley. Desde ese momento su vida se vio interumpida por constan...