El recuerdo que atormenta

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Hacia frío, y yo no sé cómo conseguí energías para construir una fogata y sobrevivir al frío. Por mi mente no pasaba la idea de conseguir ayuda e intentar volver a casa, porque francamente ni siquiera sabía donde era mi casa.
Conseguí poner a quemar la leña con el encendedor que siempre cargo en mi bolsillo derecho del pantalón. Me senté y esperé a que la noche pasara por completo, sentía la espalda congelada, pero la parte delantera de mi cuerpo caliente como el mismo infierno.
Ajusté el gorro de mi sudadera y me encogí por completo.
En eso, volteo hacia la oscuridad y me quedo impactado.
Era aquella chica con la que soñaba cuatro veces a la semana y era difícil de olvidar o dejar de pensarla.
Estaba ahí, viéndome lentamente como el frío se apoderaba de mi cuerpo. Yo puse todas las fuerzas que me quedaban en mis piernas, y traté de caminar hacia ella, pero al primer intento de acercarme, desapareció con el viento y no pude ni siquiera acercarme. Caí al piso rendido y entré en un profundo sueño qué pasó al instante.

Carretera de los melancólicos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora