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  Me recuesto sobre el lavabo y bajo la mirada al piso.

  —¿Y bien?

  —Mira, Charles, no creo que debas preocuparte.—levanto una mano para callarlo al ver que quiere protestar.—Soy una figura pública, ahora que estoy haciendo presentación contigo y los chicos, creo, y es normal que estas cosas sucedan al ser una chica.

  Él suspira y se pasa una mano por el pelo. Joey definitivamente le ha mudado esa costumbre o todo los chicos lo hacen. Se cuidan el cabello más que yo, en verdad.

  —Es sólo que no estoy tan acostumbrado como creen, ¿sabes? Eres mi hermana y resulta molesto ver todos esos comentarios tan desagradables hacia ti.—sonríe sin una pizca de humor.

  —Lo sé, pero estoy tratando de dejar pasar aquello, lo entenderán.—asiento con la cabeza repetidamente.

  —Está bien, ahora salgamos de aquí, esto se debe ver raro.—me sacude el cabello y salimos del baño riendo.

  Thomas nos ve y niega con la cabeza poniendo los ojos en blanco. Le da un zape a Charles como saludo y nos dirigimos a la salida, oyendo las quejas de Charles.

  Apenas salimos y se oyen los quejidos de Joey que se unen a los de Charles. ¡Me va a explotar la cabeza!

  —¡Bueno, ya! ¿Que está pasando?—le pregunto para que calle.

  Joey me manda una mirada severa y se cruza de brazos.

  —No quieren dejarme conducir. —dice.

  —De acuerdo, si queremos llegar vivos al hotel es lo mejor.—me burlo.

  Rueda los ojos y entra al coche enfadado. Frunzco el ceño y miro a Charles confundida.

  —Le trae malos recuerdos, es todo.—me dice, poniendo una mano en mi hombro.

  Me doy un palm-face, es verdad, me había olvidado que ellos pasaron un mal momento hace un año, cuando Joey estaba conduciendo. Tal vez no debí haber bromeado al respecto.

  Todos subimos al coche, y los demás a los suyos. Charles se sienta en medio y yo a un lado suyo. Joey me ignora en todo el camino, así que no digo nada más.

  En el trayecto Charles habla con Thomas y Sam, mientras que yo intento distraerme con el paisaje. En verdad me siento mal por haber sido algo desconsiderada con Joey, en esos tiempos yo estaba en segundo año de secundaria en Los Ángeles, viviendo con mi padre, y no pude ir a darle mi apoyo por más que quise. Me sentí como una mala amiga, por más que me dijese que no había pasado a mayores, y que Charles estuvo con él en todo momento.

  Era mentira. Debí haber estado allí en ese entonces.

  —Oye, Alex.—me detengo en el vestíbulo del hotel para esperar a Thomas, que me habla.—Mamá me mando un texto, quiere que te acompañe a comprarte ropa en el Mall para esta noche.

  Suelto un bufido y el se cruza de brazos.

  —¿No puedo ir sola?

  —No. Tampoco es que a mi me guste la idea de acompañarte.

  Miro a Joey, quién toma un ascensor diferente al de los chicos, distraído en el celular.

  —De acuerdo, bajo en media hora.—le digo antes de correr hacia el ascensor.

  Lo detengo con la mano antes de que cierre y me meto en él. Joey me mira sorprendido, pero luego la baja de nuevo a su celular.

  Pasan unos segundos en silencio antes que hable.

  —Hey, lamento lo de hace rato, no quise sonar borde.—le miro apenada.

  El guarda su celular y suspira.

  —Está bien, fui algo tonto, de todos modos.—se encoge de hombros.

  Le sonrío ligeramente y el me devuelve la sonrisa. Aparto la mirada cuando siento mis mejillas arder. Se me ocurre una idea de repente.

  —Entonces... ¿me acompañarías al centro comercial?

  —Seguro.

  Se me ilumina el rostro de alegría.

  —¡Gracias! Bajo en unos minutos, ten por seguro. —salgo corriendo a mi habitación apenas se abren las puertas del ascensor.

  Al menos no iría con Thomas, y eso es mucho mejor.

little gitnick;; joey birlemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora