(Ilustración: https://twitter.com/Rukiana_/status/959448192721993728).
—¡No puede ser! —exclamó D.Va mientras miraba la pantalla de su ordenador. Últimamente se había aficionado a un juego online bastante rudimentario que estaba adquiriendo un montón de fama: Dungeonslaughter. Se le había dado muy bien durante la semana que llevaba jugando y ya dominaba todas las modalidades de juego (su favorita, por supuesto, eran las clásicas arenas JcJ). Si quería sacar logros y demás todavía tendría que invertir unas cuantas horas, claro, pero en aquel momento su máxima preocupación era que...—. ¡No lo entiendo! ¿¡Cómo es posible!? —... el mismo usuario llevaba tres días seguidos desafiándola a duelos individuales en los que la aplastaba y ella no conseguía mejorar lo suficiente como para que su adversario sudase por la victoria.
La cosa estaba tan descompensada que se había enrabietado. Decidió empezar a grabar los combates para demostrar que su enemigo hacía trampas.
Cerró el juego y dejó que el OBS (un programa de grabación que solía usar cuando aún era gamer profesional y emitía sus partidas por streaming) renderizase el vídeo del duelo que acababa de echar para examinarlo con detalle.
—Es que es imposible... —musitó para sí mientras sacaba un refresco de su nevera. Regresó a la habitación y escudriñó el vídeo frame a frame. Estuvo a punto de escupir su bebida contra la pantalla al darse cuenta de que justo antes de derrotarla, su oponente le había enviado un beso. ¿¡Cómo podía resultarle tan fácil vencerla como para permitirse incluso el lujo de enviar emotes!? Y lo peor era que el combate había sido completamente limpio. No se veía nada mínimamente sospechoso en la grabación.
Furiosa, inició el juego y buscó a su enemigo anónimo; el nombre de usuario era Ecbhae (un nombre sin ningún sentido, en opinión de Hana) y lo encontró online.
«¿Qué equipación llevas?», le preguntó por susurro.
«Te lo cuento si me ganas», llegó la réplica por parte de Ecbhae. Después agregó una carita guiñando el ojo: «;)».
«¿No te aburres de jugar con tanta ventaja? ¿tanto necesitas ganar?».
«Alguien se ha p1c4d0... :O», le respondió.
—¡Será imbécil! —gruñó Hana. Iba a cerrar de nuevo el juego cuando llegó un nuevo susurro por parte de su rival.
Era un enlace para entrar en una sala privada de Discord (un programa de voz comodísimo). Sin poder contener su curiosidad, lo pulsó y accedió. Ecbhae estaba dentro, esperándola, con el mismo nombre de usuario que en el juego y una calavera morada en la foto de perfil.
—¡Vaya, vaya! —le dio la bienvenida una voz femenina que hablaba inglés con un marcado acento que la piloto de MEKA no supo identificar.
—¿Vamos a hablar sobre el juego o me has hecho venir para regodearte?
—Hablaremos del Dungeonslaughter, tranquila. —Ecbhae dejó escapar una risita pícara. Hana no supo por qué, pero le resultaba fácil simpatizar con su voz—. Pero te voy a explicar mis tarifas... tengo que sacar algo de todo esto.
—Yo no pago para que otros me suban de nivel.
—No quiero dinero, quiero divertirme. Mis condiciones son que por cada diez minutos de charla echemos un duelo; así evaluaré si juegas lo suficientemente bien como para que te dedique mi tiempo o si eres un caso perdido, Conejita. —Ese era el usuario de Hana.
La coreana enrojeció.
—¡Yo no juego mal! Soy... —Se contuvo antes de revelarle su identidad a la desconocida. Como estrella, le resultaba difícil tener algo de intimidad... y no quería perder la poca que había conseguido—. Soy muy buena. Vas a flipar.
—Encantada, señorita Muy Buena —se burló su rival, pronunciando la palabra «señorita» en mexicano en lugar del inglés con acento que estaba usando—. Puedes llamarme Sombra.
D.Va asumió que aquel era un nombre típico en la lengua materna de la tal Sombra.
Durante los minutos que siguieron a aquella extraña presentación, Sombra repasó las mecánicas más básicas del juego y las comparó con las puntuaciones en las estadísticas de las armaduras, logrando que Hana se diese cuenta de algunas cosas en las que no había reparado previamente. Descubrió que era muy poco lo que hacía mal, aunque tenía algunos errores en el reparto de las habilidades.
Controló su DPS y se dio cuenta con gran satisfacción de que por fin estaba rindiendo tal y como le correspondía a una gamer de su nivel.
—Se han pasado tus diez minutos, Conejita —le informó Sombra—. Duelo. Ya.
—Te voy a machacar.
Pero se equivocaba. Si bien hubo alguna mejora por su parte, Sombra volvió a derrotarla.
—Nunca me habían ganado de esta forma... es increíble.
—No creo que se te dé mal. Simplemente yo soy mejor —replicó Sombra con el mismo tono de mofa que había caracterizado su conversación desde el primer instante.
—Tienes demasiado ego, ¿eh?
—Puedo permitírmelo, al fin y al cabo ahora mismo te hablo desde Corea. ¿Sabes qué hago aquí? Prepararme para convertirme en una estrella de los e-Sports.
—¿¡En serio!? ¡Yo soy coreana! —comentó Hana, súbitamente entusiasmada.
—¿Sí? Qué casualidad... Bueno, quizá cuando mejores un poco podamos ir a alguna liga juntas. —Seguía burlándose.
—¡Oh, vamos! Te reto a otro duelo, me apuesto lo que quieras a que esta vez no te me escapas.
—¿Sabes lo que es el tilt, Conejita?
—¡Duelo!
—Vale, muy bien. Pero que sepas que acepto tu apuesta. Hm... si la gano, tienes que presentarte en la zona enemiga sin armadura.
—Juego para ganar —declaró D.Va.
Sin embargo, perdió de nuevo. Y también perdió la siguiente apuesta, que le supuso parte de los recursos que había farmeado.
Y la siguiente, teniendo que borrarse un personaje.
—Sombra, necesito verte jugar con mis propios ojos. Ven a mi casa.
—Conejita, pareces una persona de lo más encantadora, pero no voy a meterme en la casa de alguien a quien no conozco... como comprenderás.
—Entonces quedemos en un bar de gaming.
—Eh, bueno... de acuerdo.
Desde la base coreana de Talon, Sombra esbozó una sonrisa: su objetivo había mordido el anzuelo.
* * * * *
[ACTUALIZACIÓN] Esta historia es la tercera de un pequeño universo alternativo de Overwatch que estoy construyendo. Puedes leerla de forma independiente a las demás, pero si te interesa seguirlo puedes encontrar el enlace al primer relato debajo del texto (donde pone «vínculo externo»).

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Conectadas [Overwatch].
Fanfiction[D.VaxSombra]. Talon se ha propuesto llegar al gobierno surcoreano. Para conseguirlo, infiltra a su agente Olivia Colomar (Sombra) en el círculo social de Hana Song (celebridad y piloto de MEKA) con el objetivo de pinchar sus líneas.